Cinco enfermedades que puedes contraer en la piscina si no tomas precauciones

Si hay un lugar donde los hongos, virus y bacterias proliferan a sus anchas, ese es la piscina. Eso implica que puedes contraer muy fácilmente algunas infecciones (no graves, pero molestas). Ahora bien, aplicando estas medidas, se pueden evitar.

Dr. Francisco Marin
Dr. Francisco Marín

Médico de Atención Primaria

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Mujer piscina

La piscina es el lugar ideal para el crecimiento de hongos y bacterias. 

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Una vez se da por inaugurada la temporada de verano en las piscinas, pocos son los que se resisten a paliar los efectos de las altas temperaturas con unos refrescantes chapuzones. Algo que resulta tan eficaz como divertido. Ahora bien, no debemos ignorar los riesgos que para la salud tienen esos momentos de ocio.

Así hablan los datos al respecto. Las personas que acuden a piscinas con frecuencia tienen hasta un 50% más riesgo de sufrir una infección causada por hongos o bacterias, según un informe de Dosfarma.com.

¿Qué razones hay detrás de este elevado porcentaje? El calor y la humedad son dos condiciones ideales para la proliferación de todo tipo de patógenos. Y si hay un lugar donde se crean estas condiciones es en las piscinas.

Según los expertos, las infecciones más comunes que pueden contraer los bañistas son: la cistitis, la conjuntivitis, el pie de atleta, la otitis y la candidiasis.

Todos corremos riesgos

Aunque los niños, las mujeres embarazadas y las personas que tienen problemas de salud o toman determinados medicamentos que disminuyen la capacidad del sistema inmunitario para combatir gérmenes son los que tienen más riesgo de contraer este tipo de infecciones, lo cierto es que todos los bañistas están expuestos a ellas, por lo que cualquier persona que sea asiduo a las piscinas debería tomar precauciones para evitarlas.

Gestos como utilizar chanclas al ir a bañarnos, no permanecer mucho tiempo con el bañador mojado o secar muy bien los oídos de los más pequeños pueden evitar una infección en verano. No acostumbran a ser infecciones graves, pero pueden llegar a ser muy molestas y siempre existe el riesgo de que se compliquen.

A continuación, especificamos los síntomas de este tipo de infecciones y precauciones debe tomar para evitar cada una de ellas.

Cistitis, una infección "femenina"

Aunque también puede ocurrir en hombres, esta infección es mucho más común en mujeres jóvenes. Tres de cada cuatro han sufrido alguna vez en su vida esta infección provocada por una familia de hongos del género Candida.

La cistitis o infección de orina se produce por la acumulación de bacterias en la vejiga. La bacteria E. coli es la responsable del 75% de las cistitis en España.

Esta bacteria vive en el intestino y puede llegar hasta la vejiga pasando por la vagina y la uretra. Lo normal es que sea eliminada por el flujo vaginal y las propiedades antibacterianas de la orina, pero si no es así, se adhiere a la vejiga y la inflama.

La anatomía de la mujer (uretra muy corta y cercana al orificio anal) favorece el paso de gérmenes a la vejiga, provocando la infección de orina.

Las cistitis no son patrimonio del verano. Pueden ocurrir durante todo el año por uso de ropa muy ajustada, higiene íntima deficiente, relaciones sexuales frecuentes... Ahora bien, en verano los cambios bruscos de temperatura, la deshidratación o pasar tiempo con el bañador mojado aumentan el riesgo.

OTITIS VERANO

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¿Cómo saber si tenemos cistitis? Los síntomas que provoca son ganas constantes de orinar y dolor o escozor al hacerlo. También puede aparecer sangre en la orina y fiebre. Además, esta infección provoca picor e irritación en la vagina, y flujo espeso y grumoso.

Estos hongos están en la vagina de forma natural y ciertas bacterias los mantienen controlados, pero si se desequilibra la flora vaginal, las cándidas puede proliferar de forma excesiva. Por eso, tomar antibióticos (desequilibran tanto la flora vaginal como intestinal) es una de las principales causas de candidiasis.

Otro de las posibles detonantes sería una diabetes mal controlada, un sistema inmunitario débil o el aumento de los estrógenos por el embarazo o los anticonceptivos.

Pie de atleta por caminar descalzo

La humedad y el calor de las piscinas disparan las infecciones por hongos en la piel, sobre todo en los pies. La más frecuente es el pie de atleta, causada normalmente por los hongos Trichophyton, y que afecta sobre todo a la piel de entre los dedos del pie.

Proliferan más en verano no solo porque sudamos más y hay más humedad en los pies, sino por caminar descalzos por piscinas y duchas públicas.

Los síntomas específicos del pie de atleta son picor, enrojecimiento y grietas en la piel. Si no se trata correctamente puede derivar en onicomicosis (infección de hongos que afecta a las uñas).

Conjuntivitis por los chapuzones

Se trata de una inflamación de la conjuntiva, la membrana transparente que recubre el párpado y el globo ocular, provocada por una bacteria o un virus.

Un gesto tan habitual como tocarnos los ojos al salir de la piscina puede hacer que los patógenos del agua pasen directamente al ojo.

La conjuntivitis también puede aparecer por irritación ya que el cloro de la piscina puede inflamar la conjuntiva.

En cuanto a los síntomas, el principal es el picor, la sensación de arena en los ojos o lagrimeo. Si es solo una irritación puede solucionarse con suero fisiológico, pero si hay infección hay que acudir al oftalmólogo para administrar el tratamiento adecuado.

Otitis externa por sumergir la cabeza 

Es el tipo otitis más habitual a causa de los gérmenes del agua de las piscinas. Se trata de la inflamación del canal auditivo externo y está causada normalmente por un tipo de bacterias, las Pseudomonas.

Son más frecuentes en niños porque sus conductos auditivos son más cortos y se obstruyen fácilmente.

Estudian tratamientos para la otitis más efectivos que los antibióticos

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Las otitis externas se disparan en verano porque la humedad y el agua penetran en el oído, dejando los patógenos dentro del conducto auditivo. También pueden aparecer por alergias, eccemas o por usar bastoncillos de algodón. Estos últimos provocan pequeñas lesiones que facilitan la entrada de microorganismos.

Si la otitis no se trata, la infección puede aumentar y el dolor se intensifica. El canal auditivo puede llegar a bloquearse, llegando, en el peor de los casos a afectar a la audición.

Cómo prevenir las infecciones en la piscina

Los expertos de DosFarma recomiendan los siguientes consejos para evitar las infecciones en verano:

  • No te quedes con el bañador mojado. Ponte ropa seca para que no se acumule humedad en la zona íntima. Este gesto evitará las proliferación de patógenos causantes de la candidiasis o la cistitis.
  • Hidrátate bien. La deshidratación es un factor de riesgo para la cistitis, por lo que nunca debe faltar agua en tu bolsa de la piscina.
  • Toma arándanos rojos. Es antibacteriano y ayuda a prevenir la cistitis. Si tienes tendencia a sufrir infecciones de orina, los suplementos de arándano rojo reforzarán las defensas contra esta infección en la época estival.
  • Evita el alcohol. Favorece la deshidratación ya que afecta a la producción de la hormona antidiurética, encargada de que los riñones absorban agua. Al beber alcohol orinamos más y nos deshidratamos antes, un factor de riesgo de cistitis. Por si fuera poco, el alcohol eleva el pH de la orina, lo que favorece la aparición de candidiasis y cistitis.
  • Mantén la piel hidratada. Así evitarás que haya grietas o heridas que sirvan de entrada de hongos y bacterias. Prestar especial atención a la hidratación de los pies evitará el pie de atleta.
  • No camines descalzo. Caminar con chanclas por la piscina y en las duchas y vestuarios públicos es la regla número uno para evitar las infecciones por hongos en los pies.
  • Las uñas de los pies, bien cortas. Si sufren algún golpe, aumenta el riesgo de que entren hongos a través de la herida. Por eso es mejor llevarlas cortas para evitar heridas y cortes.
  • Sumérgete lo menos posible. Así evitarás que el agua, y los gérmenes que pueda albergar, entren en el oído. Este consejo es obligado si tienes tendencia a sufrir otitis en verano.
  • Sécate bien después de bañarte. Inclina la cabeza hacia ambos lados para que salga el agua de los oídos y, con una punta limpia de la toalla, seca con cuidado los oídos.