El tabaquismo es el primer factor de riesgo mortal evitable que hay. Detrás del tabaco están enfermedades respiratorias, del corazón, ictus, cáncer, úlcera gastrointestinal, impotencia, reumatismo, envejecimiento prematuro… Y podríamos seguir.
Según datos del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT), en España fumar provoca unas 52.000 muertes al año. Los estudios que confirman todos estos riesgos son numerosos y con datos sólidos. El problema es cómo concienciar más a la población.
La Organización Mundial de la Salud ha puesto sobre la mesa un estudio internacional, con participación española, en el que aporta los beneficios de ser más estrictos en la legislación. Si prohibimos el tabaco entre las nuevas generaciones evitaremos casi 1.200.000 muertes por cáncer de pulmón.
España evitaría un 60% de muertes por cáncer de pulmón
El Reino Unido anunció una ley que prohibirá que los nacidos a partir del año 2009 puedan comprar tabaco indefinidamente. Es una medida valiente y decidida que pone en evidencia que si se quiere se puede zanjar el tema del tabaquismo. Pero aún no está aprobada.
En Nueva Zelanda se aplicó en 2022 una ley similar y el nuevo gobierno la ha anulado dos años más tarde. No es fácil porque hay muchas presiones económicas.
La OMS ha querido mostrar hasta qué punto es útil una ley así. Qué pasaría si todos los países hicieran lo mismo y se prohibiera que los jóvenes de entre 14 y 18 años tuvieran fácil acceso al tabaco. Basándose en las estadísticas, la conclusión es que en este grupo de población, de aquí a final de siglo, podrían producirse cerca de tres millones de muertes por cáncer de pulmón. Y si no fuman, el número se reducirá a casi la mitad.
El estudio indica que los más beneficiados a nivel global serían los hombres. Habría un 45,8% menos de muertes frente al 30,9% en las mujeres. “Probablemente porque los hombres empiezan antes a fumar”, señalan los investigadores. Sin embargo, en Europa con más porcentaje de mujeres fumadoras, ellas serían las más beneficiadas.
También se constata importantes beneficios son los países con ingresos medio o bajos y donde la sanidad no está tan avanzada. Pero en los países desarrollados como España el porcentaje sería aún mejor: se evitaría más del 60% de las muertes por cáncer de pulmón.
Un motivo para la reflexión
“Aunque el cáncer de pulmón no es la única enfermedad causada por el uso de tabaco y productos con nicotina, los resultados de este estudio ayudan a comprender por qué el tabaquismo continúa siendo una de las principales causas evitables de pobreza, sufrimiento y pérdida de salud en todo el mundo”, ha comentado el psicólogo Josep Maria Suelves, portavoz del CNPT.
El gran reto consiste en si seremos capaces de proteger a las nuevas generaciones de los intereses de la industria del tabaco. La justificación desde un punto de vista de las libertades parece evidente. También estamos prohibiendo otro tipo de drogas y la sociedad lo acepta.
En concreto, otras medidas deprevención y control del tabaco, como prohibir fumar en determinados lugares y hacer su consumo cada vez más restrictivo es ya un hecho en muchos países incluido el nuestro.
También se ha de tener en cuenta, cosa que no se hace en este estudio, los beneficios para los fumadores pasivos que se ven afectados por un tabaco que no quieren.
Qué se puede hacer para frenar el tabaco
“Vislumbrar una nueva etapa de las políticas de salud pública para llegar a las primeras generaciones libres de tabaco no es una quimera”, asegura Suelves, en declaraciones a la agencia SMC. Pide que no se quede en esa prohibición generacional y se tomen otras medidas de efectividad demostrada:
Aumentar el precio del tabaco, empaquetado aún menos atractivo, restringir más los lugares para fumar y regular las nuevas formas de fumar y los productos con nicotina, que son una forma “con el que las tabacaleras buscan captar nuevos adictos en la adolescencia”.
Los autores del estudio de la OMS están plenamente de acuerdo en este aspecto. Admiten que una política de “generación sin tabaco” no es suficiente para hacer frente al daño que causa el tabaquismo.
En una época en la que aumenta la longevidad, el objetivo es que la población tenga una vejez lo más saludable posible. O el sistema sanitario no lo aguantará.