Snus blanco: cómo afecta a la salud el producto estrella de la industria tabaquera y por qué los neumólogos piden su retirada

El snus blanco es un nuevo producto de las tabacaleras que está extendiéndose rápidamente por España y el resto de Europa, por un vacío legal. Se trata de bolsitas de nicotina que se ponen en la boca. Se vende como un sustituto menos dañino al tabaco. Los neumólogos lo desaconsejan.

Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

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snus blanco

Las bolsitas de nicotina se comercializan como un sustituto menos dañino al tabaco.

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Las restricciones al tabaco han puesto coto a los fumadores tradicionales, pero la industria tabaquera se las ha arreglado para abrirse camino de muchas otras formas. A los cigarrillos electrónicos o a los vapeadores se está sumando ahora otra moda que llega con fuerza gracias a un vacío legal.

Se trata delo snus blanco o ‘pouches’ de nicotina. Son bolsitas de nicotina que se venden en cajitas. Se colocan en las encías, para que se vaya deshaciendo. Además vienen con diferentes sabores (frutales, mentolados o a tabaco clásico) para resultar más atractivas.

Las tabacaleras las promocionan como un producto “de nueva generación, que no tiene los inconvenientes del tabaco, ya que no se quema y, por tanto, no se inhala un humo tóxico. Sin embargo, la Sociedad Española de Neumología (Separ) ya ha hecho un comunicado alertando de los graves riesgos y pidiendo que se retire del mercado.

¿En qué consiste el snus blanco?

Estas bolsitas de nicotina no son algo nuevo. Hace tiempo que se comercializan en Suecia, donde hay mucha tradición en su uso. Allí se ha consumido desde hace siglos snus marrón, que son bolsitas de tabaco molido. Están prohibidas en toda la Unión Europea desde 1992, pero Suecia logró que se hiciera una excepción con ellos.

Las bolsitas que han aparecido ahora, de snus blanco, son de nicotina sintética, extraída del tabaco. Como no es tabaco propiamente no tiene esas restricciones. Desde Suecia, que ha iniciado la moda, se han empezado a exportar al resto de países de la UE. También desde el Reino Unido está apareciendo una creciente comercialización.

En España no se ha autorizado su venta propiamente dicha, pero tampoco está prohibida, porque no le afecta la ley Antitabaco. A través de internet se puede comprar fácilmente las cajitas de snus blanco. También las tienen algunos estancos.

Los jóvenes son los que más interés muestran por el producto. Se lo ponen en las encías y se va absorbiendo a través de la mucosa bucal. Pueden durar unos 20 o 30 minutos. Hay ‘pouches’ más fuertes o suaves según la concentración de nicotina.

Qué riesgos tiene el nuevo producto

Con la excusa de ofrecer un producto sin humo, las tabacaleras que los comercializan intentan atraer a un nuevo público, que ve en estas marcas un producto mucho más sano y sin inconvenientes.

Por eso, los neumólogos han hecho un comunicado para que tengamos claro que lo último que se puede decir del snus blanco es que es inocuo. Entre las críticas principales que se le hacen están:

  • Puede ser cancerígeno. Además de la nicotina, cada bolsita tiene, entre otras sustancias, celulosa microcristalina y nitrosaminas del tabaco. “Estos compuestos son tóxicos para la salud y cancerígenos”, avisan los neumólogos.
  • La nicotina no es inocua. La nicotina puede dañar la mucosa de las encías. Además puede provocar taquicardia y aumentar la presión arterial. Con solo 6 mg se aceleran los latidos. En Alemania comprobaron que un sobre contiene de media 8 mg y en algunos productos hay más de 47 mg de nicotina por bolsita.
  • Es una puerta a otras drogas. La nicotina es una droga y crea adicción. La Asociación de NoFumadores además ha criticado que es una puerta para dar el paso al consumo de tabaco. Ya ha ocurrido con los vapeadores. Los que los usan tienen tres veces más riesgo de convertirse en fumadores.

 

Una moda que sigue creciendo

Lo que preocupa más al sector sanitario es que el snus blanco no parece flor de un día, sino que empieza a lanzarse una campaña de márketing para que se convierta en una costumbre muy extendida.

En España hasta hace relativamente poco ni se conocía. De hecho, sus principales consumidores eran los extranjeros que llegaban de los países nórdicos e Inglaterra. Pero detrás de este producto están alguna de las principales tabacaleras, que han visto una manera de abrirse mercado, allí donde se les cierra el de cigarrillos.

Hay toda una generación joven muy receptiva a nuevas experiencias. Muchos futbolistas británicos se han vuelto prescriptores de su consumo. Se le atribuye un supuesto efecto quemagrasas que no está en absoluto demostrado.

En Canadá, donde se había extendido su uso como método para intentar dejar el tabaco, el Gobierno ha reculado. Ha decidido prohibir su venta en tiendas generalistas y limitarlo a las farmacias. Habían comprobado que en lugar de a los fumadores, el producto se dirigía a jóvenes no fumadores.