Dr. Francisco Salvador Pascual, presidente del CNPT: "Elegir bien el momento para dejar de fumar influye en el resultado"

Los chicles y otros productos a base de nicotina han ayudado a muchas persona a dejar el tabaco, pero tienen una tasa de recaída muy alta. Por eso, conviene dar con otros tratamientos que rebajen la abstinencia.

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DEJAR DE FUMAR

Los expertos destacan la importancia de elegir el momento adecuado para dejar de fumar.

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Todacitan® y Recigarum® son los nombres de los dos medicamentos antitabaco disponibles (acaba de aparecer un tercero, un genérico, con el principio activo vareniclina). Los cubre la Seguridad Social, pero solo un año. De todos modos, eso ya supone (junto con el ahorro la cajetilla de tabaco) un alivio para la economía de quien ha decidido cuidarse más. Pese a todo, solo están indicados si se fuman más de 10 cigarrillos al día y se tiene un elevado índice de dependencia física. 

Ambas pastillas usan la misma sustancia, la citisina, un principio activo que proviene, en realidad, del mundo vegetal ya que se encuentra en algunas plantas. Su secreto está en que tiene una estructura química muy similar a la nicotina (aunque más débil) y, al entrar en el cuerpo, este recibe la señal de que se está fumando. De hecho, durante los tiempos de guerra los soldados utilizaban esta planta cuando no tenían tabaco y, con ella, aliviaban la abstinencia.

Cómo logran reducir las ganas los fármacos para dejar de fumar

El efecto sobre el cerebro es, en ambos casos, similar:

  • Actúan sobre los receptores cerebrales que “captan” la nicotina y se vuelven adictos a ella. Como estos medicamentos ocupan esos receptores, la nicotina ya no puede instalarse en ellos. Por eso, las ganas de fumar se reducen o incluso desaparecen.
  • El tratamiento tiene una duración de 25 días. En ese tiempo debe seguirse una pauta concreta: en los primeros cinco días se puede seguir fumando, pero al sexto día hay que dejar el tabaco porque los receptores de nicotina ya estarán llenos de su sustituto, la citisina. A partir de ese momento, se baja la dosis de medicamento hasta el día 25. Lógicamente, el médico puede variar ligeramente esta pauta según cómo lo lleve cada paciente. 
  • ¿Realmente funciona? En el abandono del tabaco pueden influir factores muy diversos, pero se ha comprobado que a los 6 meses de finalizar el tratamiento, el 22 % de las personas que habían consumido citisina seguían sin fumar (solo lo consigue el 15 % de quienes toman productos a base de nicotina para lograr deshabituarse de manera progresiva).

El exfumador debe sentirse acompañado

El Dr. Francisco Salvador Pascual Pastor, presidente del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo, subraya que "escoger bien el momento para dejar de fumar influye en el resultado. Es mejor esperar si se prevén situaciones estresantes o que induzcan a la recaída. Y siempre es bueno hacer un listado de motivos por los que se decide dejar de fumar (por ejemplo, mejorar la salud) y las motivaciones que nos llevan a dejar este hábito (ahorrar dinero, etc.)".

Tras el tratamiento, es necesario el apoyo psicológico. "Después de esos 25 días la persona puede sentirse desvalida. Por eso, es importante hacer un seguimiento psicológico con el que se sienta más segura; y poder analizar qué ha provocado la recaída, si es que se llega a producir", destaca el Dr. Pascual Pastor.

Las terapias de grupo son de gran ayuda, apunta el experto. "Son efectivas por el compromiso adquirido ante los demás y por sentirse parte de un grupo con un objetivo común. También es fundamental hacer un seguimiento de los tratamientos que se aplican. Analizar las tasas de éxito nos permite conocer qué otros factores pueden favorecer el dejar este hábito".

Los fármacos para dejar de fumar pueden abrir el apetito

No todas las personas pueden seguir un tratamiento de deshabituación con estos fármacos: está contraindicado en personas con problemas cardiacos (infarto, arritmias o angina inestable) y no se suele recomendar si se ha sufrido un ictus recientemente, a embarazadas o durante la lactancia materna.

Tampoco es el tratamiento idóneo sobrepasados los 65 años, si se tienen menos de 18 o hay problemas de hígado o de riñón porque todavía no hay suficientes datos sobre cómo afecta a esos órganos. 

Los efectos secundarios más comunes son un aumento del apetito (y pasado un tiempo también del peso si no se ajusta la alimentación o se incrementa el gasto energético con ejercicio), irritabilidad y cambios de humor, ansiedad, mareos, aumento de la presión arterial, sequedad de boca, diarrea y erupción cutánea.

La buena disposición del exfumador es fundamental para notar resultados. Debe estar atento y cumplir a rajatabla, sin errores ni olvidos, los 5 cambios de dosis que se dan durante los 25 días de tratamiento.