Un equipo de destacados expertos internacionales se ha reunido para proponer un plan que podría cambiar la salud de las próximas generaciones. Se han planteado un reto: ¿cómo podemos reducir el número de muertes prematuras? Es decir, cómo frenar los fallecimientos, más allá de guerras o desastres naturales, que se producen entre los menores de 70 años.
En este grupo, denominado Comisión de Inversión en Salud, han participado desde investigadores de la Universidad de Harvard a miembros del Centro Bergen de Prioridades en Salud, una prestigiosa institución noruega. Y han dado con la solución. Su informe se resume en 15 puntos con los que se podría reducir un 50% las muertes prematuras de aquí al 2050.
Por encima de todos ellos, destaca una medida. Una medida sencilla, pero que sorprende por lo apabullante de sus resultados. Proponen simplemente en subir los impuestos al tabaco. Simplemente esto ya puede reducir más la mortalidad que cualquier otra política o inversión sanitaria.
Los impuestos que salvarán vidas
En 2013 se iniciaron los primeros objetivos para mejorar la salud global. Como admiten el grupo de expertos, “con pocas mejoras” y con brotes pandémicos más seguidos, como el de la covid, o crisis debidas al cambio climático que han echado por tierra esos objetivos.
Por eso, plantean un nuevo reto. De media mundial, una persona que haya nacido en 2019 tiene un 31% de posibilidades de morir en los siguientes 70 años. Si se siguen las recomendaciones, una persona que nazca en 2050 tendrá solo un 15% de riesgo de morir antes de los 70.
Ya hay siete países, entre los más poblados del mundo, que han puesto en marcha las medidas que se proponen en este estudio. Seguramente te sorprenderán: Corea del Sur, Rusia, Sudáfrica, Turquía, Irán, Etiopía y Bangladesh.
¿Por qué no hay ningún país europeo? Hay muchos intereses políticos y económicos que retrasan tomar acciones más directas. Además del impuesto al tabaco, los expertos abogan por subir el precio de los alimentos poco saludables (como bebidas azucaradas y comida rápida) o el de los carburantes contaminantes, como la gasolina.
Esos ingresos extras de las administraciones, especialmente en países más pobres, se pueden invertir en sanidad e investigación para mejorar la atención a los pacientes y que estén mejor preparados para nuevas pandemias.
Quince medidas para frenar la mortalidad
Los expertos han propuesto 15 objetivos en los que hay que centrar los esfuerzos. Los dividen en dos grupos.
- Ocho medidas se relacionan con actuaciones en enfermedades y cuidados maternales:
Mejorar la inversión en centros neonatales, enfermedades respiratorios pulmonares, el sida, tuberculosis, malaria, enfermedades infantiles y atención a las embarazadas.
- Siete son recomendaciones para actuar en enfermedades que no son contagiosas o en problemáticas sociales:
Mayor educación de prevención en enfermedades cardiovasculares, sobre todo ictus e infarto; atención a la higiene y su relación con las infecciones; frenar el tabaco; mayor atención a la diabetes y mejora de la dieta; medidas para prevenir los accidentes de carretera; más atención a la salud mental y las conductas suicidas.
A estas propuestas se han añadido una serie de recomendaciones extras. Piden poner más el foco en la rehabilitación, atención a la educación infantil y adolescente, y mejora de los cuidados paliativos. Medidas que repercutirán en mejor calidad de vida de todas las personas.
El riesgo de una nueva pandemia
“El acceso a medicamentos y material sanitario sobre todo en atención primaria en fundamental para que consigamos nuestros objetivos”, ha explicado Lia Tadesse, profesora de Harvard, uno de los expertos que ha presentado el informe. La profesora Tadesse ha explicado que su país de origen, Etiopía, ha conseguido importantes reducciones de mortalidad precisamente mejorando las inversiones en el Ministerio de Salud.
Los expertos que han elaborado este informe global alertan también que hay más del 20% de posibilidades de que ocurra una pandemiaen los próximos diez años, y que mate al menos a 25 millones de personas, una magnitud similar a la de la pandemia de covid.
Eso hace que los expertos pongan el foco en la necesidad de destinar más recursos en Sanidad. Es la manera de conseguir que la preparación y la respuesta ante una pandemia sean adecuadas.
“Enfoquémonos en lo importante porque tenemos recursos limitados”, ha concluido la profesora Tadesse.
No hace falta recordar que países como el nuestro no tenían los medios de hacer frente a la pandemia de covid, porque no producíamos el material necesario, como mascarillas o respiradores. ¿Se ha solventado este aspecto?