La sacarina fue el primer edulcorante que se puso de moda. Puede que creas que es relativamente moderno, pero hace más de un siglo que se utiliza para endulzar alimentos y bebidas.
En la década de los años setenta se disparó su consumo cuando se empezó a criticar el uso excesivo de azúcar en la dieta y se comercializó la sacarina como la gran solución para evitar engordar. Tras su explosión inicial empezaron las sospechas médicas sobre sus riesgos y desde entonces también ha sido muy criticada.
En un nuevo capítulo de este historial, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha publicado un dictamen científico en el que concluye que la sacarina es segura para el consumo humano y ha aumentado la dosis diaria admisible: pasa de 5 a 9 miligramos por cada kilo de peso corporal.
Qué ha descubierto la agencia europea
El motivo por el que la EFSA ha cambiado su criterio es porque el anterior informe estaba desfasado. La cantidad de 5 miligramos se dio en 1995. Entonces las autoridades sanitarias ya estaban preocupadas porque veían que se estaba disparando el consumo de sacarina sin medida.
La población entendió que era más saludable que el azúcar. La utilizaba en todas las preparaciones y no había estudios suficientes de qué riesgos podía comportar. La aparición de una investigación con ratones que relacionaba la sacarina con un aumento del cáncer de vejiga encendió las alarmas. Por eso se puso un límite.
En estudios posteriores se ha comprobado que la aparición del cáncer de vejiga por sacarina es un problema exclusivo de los ratones macho. “La sacarina no causa daños en el ADN y es poco probable que su consumo esté asociado con el riesgo de cáncer en humanos”, dice la agencia europea en su comunicado.
Por tanto, ahora se considera que no hay evidencia científica que diga que hasta 9 mgs por kilo sea perjudicial. Una persona que pese 60 kilos puede tomar 540 mg. Es decir, medio gramo.
¿Es segura del todo la sacarina?
Ahora bien, la sacarina, como cualquier aditivo, se ha de tomar con precaución. Hay aspectos que ya se apuntaron en su día y sobre los que se mantiene el debate científico.
Para empezar, la sacarina no solo está en los sobrecitos que le podamos poner a la infusión o a la leche. Hay muchos alimentos preparados que incluyen sacarina entre sus ingredientes.
Hay otras investigaciones que han advertido de que el uso de la sacarina y otros edulcorantes modifica la microbiota (las bacterias intestinales). Estos cambios en la microbiota se han relacionado con un mayor riesgo de diabetes tipo 2 y de sobrepeso, porque el cuerpo no metaboliza tan bien el azúcar natural de los alimentos.
En 2023 la Organización Mundial de la Salud (OMS) dictaminó que tuviéramos cuidado con los edulcorantes. En concreto, sobre el aspartamo, dijo que podía ser cancerígeno y también puso un límite, aunque muy superior a la sacarina: 40 miligramos por kilo de peso.
¿Cuántos sobres de sacarino tomo?
La OMS también dijo que tuviéramos cuidado con los edulcorantes porque si los tomamos en exceso nuestro cuerpo se va a acostumbrar al sabor muy dulce y cada vez necesitaremos más para saborear los productos.
Para hacerte una idea, el consejo es que no tomes al día más de 50 gramos de azúcar añadida. Ahora piensa en todo el azúcar que le ponen a las galletas, pasteles, cereales, refrescos y la que pones tú del azucarero. Verás qué rápido has pasado de esos 50 gramos.
La ventaja de la sacarina es que endulza mucho más. Hasta diez veces más. Así que basta muy poca. Los sobres suelen contener 1 gramo. Pero no todo es sacarina. A los sobres de sacarina se les pone también sales de sodio y potasio. El motivo es que la sacarina en sí no tiene un sabor muy agradable y estas sustancias ayudan a mejorarlo.
De sacarina, en los sobres monodosis hay 10 miligramos. Así que la persona de nuestro ejemplo, que pesa 60 kilos, puede llegar a tomar ahora 54 sobres al día. Antes de que pienses que es como decir que puedes tomar todo lo que quieras, recuerda que hay muchos otros productos a los que se les añade sacarina.
Cómo aplico la nueva norma en la dieta
La recomendación de los médicos es que no nos obsesionemos con la balanza midiendo cada cosa que tomamos y contando cucharadas y sobrecitos.
Lo mejor es variar y así estaremos seguros de no pasarnos:
No tomes solo sacarina. Cambia de edulcorantes. Y no tomes solo edulcorantes. Un poco de azúcar está bien. Y no añadas endulzantes a todo. Acostúmbrate a disfrutar del sabor natural de los alimentos.
Y lo más importante, come productos frescos y naturales. Los dulces son un capricho puntual no la base de la dieta.