El color natural de los dientes es el blanco. Esto significa que la mayoría de la gente luce una dentadura de ese color. Eso sí, con matices, ya que, cada uno luce un tono concreto de blanco. Ahora bien, independientemente de cuál es el tono de nuestra dentadura, todos compartimos las mismas preocupaciones, perder la coloración, que aparezcan manchas o que amarilleen.
Temores totalmente justificados, ya que es un hecho que las piezas dentales pueden perder su coloración natural por dos tipos de manchas según sea su origen: interno (enfermedades, medicamentos) y externo (tabaco, ciertos alimentos y bebidas, colutorios con clorhexidina…). Ante esta problemática, ¿qué podemos hacer para cuidarlos?
HÁBITOS a favor
Las medidas para mantener el blanco original de nuestros dientes podrían clasificarse en dos grandes grupos: por un lado, los hábitos, ya que llevar a cabo determinadas conductas ayuda a mantener el blanco original; y por otro, la eliminación o reducción de ciertos alimentos de la dieta, ya que dañan la coloración natural.
En cuanto a los primeros, es recomendable hacerse una higiene dental profesional una vez al año. Y por lo que se refiere a la alimentación, conviene reducir o eliminar alimentos y bebidas azucarados, ya que, con ellos aumenta la actividad de las bacterias y pueden perjudicar al esmalte.
¿Y el café? Mejor no abusar, como con el vino y el té, por sus taninos.
Tampoco hay que excederse con salsas de tomate, de soja, curry… ya que tienen pigmentos intensos.
Una buena opción para mantener la dentadura hidratada, con un buen pH y limpia es realizar enjuagues con esta mezcla: una cucharadita de bicarbonato de sodio y un poquito de sal en una taza de agua caliente. No se debe añadir limón porque contrarresta parte de la acción del bicarbonato y causa sequedad bucal.
Alimentos que blanquean
Frente a los alimentos que conviene evitar, a continuación puedes encontrar aquellos que deberías incluir en tu dieta habitual para mantener el blanco del esmalte de tus dientes:
- Vegetales crujientes. Aunque no son blanqueadores en sentido estricto, sí podrían llamarse limpiadores. Picar palitos de zanahoria y apio o rabanitos es un tentempié muy saludable para los dientes, ya que ayudan a retirar de los dientes los restos de otras comidas que acaban produciendo manchas. Además, masticar vegetales crujientes también favorece la producción de saliva que actúa como un limpiador natural de los dientes y reduce las manchas. El apio además ayuda a combatir el mal aliento.
- Manzanas. Con el simple acto de morder una manzana estamos realizando un cepillado completo, ya que limpia la placa y pule dientes y encías. Además, comer manzanas compensa la acción del café, el tabaco o las bebidas con colorantes que amarillean los dientes. Esta fruta es la mejor opción de postre, en especial si no puedes lavarte los dientes tras la comida.
- Queso. El alto contenido en calcio y fósforo del queso neutraliza más rápido la acción de los ácidos en el esmalte y repone los minerales, reduciendo el riesgo de manchas. El queso aumenta el pH bucal, por lo que protege la salud bucodental. El pH de la boca no debe ser inferior de 5,5 porque la acidez favorece la multiplicación de las bacterias en la boca y las caries dentales. Al comer queso aumenta la salivación y con ella también el pH bucal.
- Leche y yogur. Son grandes limpiadores bucales gracias al ácido láctico, que también contribuye a mantener sanas las encías y combate el mal aliento. No les añadas azúcar. El calcio de la leche y el yogur es esencial para la salud de los dientes.
- Fresas. Contienen ácido málico que ayuda a mantener los dientes con un color saludable. Son ricas en xylitol que combate directamente las bacterias de la placa dental y evita la desmineralización de la dentadura.
- Uvas. También son ricas en ácido málico. Incluir las uvas en tu dieta disminuye las manchas y las decoloraciones dentales. Aportan vitamina C que favorece la producción de colágeno, componente de las encías. La falta de vitamina C aumenta el riesgo de retracción de las encías.
Métodos que blanquean
Los tratamientos con el odontólogo son los únicos que pueden aclarar varios tonos el color de las piezas dentales.
- Cómo lo hacen. Usan productos a base de peróxidos combinados con luz de lámparas led para activarlos. La aplicación se realiza mediante una cubeta en la que se coloca el agente blanqueador. También se puede hacer parte del tratamiento en casa bajo la supervisión del dentista: el agente blanqueador se pone en una férula hecha a medida para el paciente.
- Opciones en casa. Hay dentífricos y tiras blanqueadoras con distintos ingredientes con un efecto más superficial. La concentración de activos es más baja que la usan los dentistas.
Qué hacer tras el tratamiento
Es recomendable seguir una dieta "blanca" los primeros días (evitar alimentos que tengan muchos pigmentos: tomate, zanahoria, moras, chocolate...), ya que el tratamiento aumenta la porosidad del esmalte y los dientes se mancharán con facilidad. No hay que fumar ni tomar café, té o vino. La higiene es aún más importante.