El cáncer de pulmón sigue siendo el tumor más mortífero y el más prevenible

El cáncer de pulmón es el cuarto tipo más extendido en España y el más mortal, pese a que también es el que ofrece más opciones de prevención. Y en lugar de mejorar, su prevalencia y mortalidad aumentan, especialmente en las mujeres. ¿En qué estamos fallando y qué podemos hacer?

Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

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Radiografía pulmón
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Cada 17 de noviembre se celebra el Día Mundial contra del Cáncer de Pulmón para recordar el principal tumor al que nos enfrentamos en el mundo. Este cáncer es el más extendido y el que más muertes provoca.

En España no es así. Aún es el más mortífero, pero está en cuarta posición, porque el cáncer de colon y recto, seguido del de mama (en mujeres) y próstata (en hombres) tienen mayor prevalencia. A principios de este siglo conseguimos bajar la prevalencia del cáncer de pulmón gracias a unas políticas decididas en la reducción del tabaquismo, que era y sigue siendo el principal factor de riesgo.

Sin embargo, la línea descendiente, que sí era evidente en el caso de los hombres, se ha frenado con la aparición de nuevos fumadores. Y en las mujeres, el hábito no ha dejado de crecer. Y también la mortalidad asociada.

Las cifras de una muerte evitable

No el cien por cien de los tumores de pulmón son a consecuencia del tabaco, pero es tan alta y tan evidente la relación entre cáncer y tabaco que los expertos se hacen cruces al ver que nuestra sociedad sigue teniendo manga ancha con el tabaquismo.

El año pasado se detectaron más de 30.000 casos en nuestro país. Más de 23.000 murieron, según los datos de la Asociación Española contra el Cáncer. Sigue siendo el cáncer que más muertes provoca.

Uno de los factores fundamentales que explican estas cifras tan altas de mortalidad es que más del 70% de los casos se diagnosticaron en una fase avanzada de la enfermedad. Hoy los hombres mueren de media a los 72 años y las mujeres a los 67 años a causa del cáncer de pulmón.

Las muertes en el caso de las mujeres se ha duplicado en los últimos veinte años. Uno de los motivos es que los fumadores tradicionalmente eran hombres y, por tanto, las campañas de prevención tuvo más impactos en ellos. Otro factor es el laboral. Hay más mujeres no incorporadas al mercado de trabajo (amas de casa sobre todo) y han tenido menos restricciones para fumar.

El tabaco causa 9 de cada 10 tumores

No podemos dejar de ser catastrofistas porque las empresas tabacaleras han ideado estrategias de marketing para no perder negocio. La aparición de los cigarrillos electrónicos, los vapeadores y otras hábitos son efectivamente menos dañinos. Pero siguen siendo dañinos. Y lo más importante, son una puerta de entrada para aficionarnos al tabaco.

El tabaco provoca cerca del 90% de casos de cáncer de pulmón. Dejar de fumar o evitar estar con fumadores y zonas con mucha polución los no fumadores son las dos premisas que bajarían drásticamente los casos.

No solo el de pulmón. Hay hasta 16 tipos de tumores que también se relacionan directa o indirectamente con el tabaco. Se cree que es culpable de uno de cada tres cánceres detectados.

Con todo, hay que apuntar que también se han hecho avances importantes para que el cáncer de pulmón deje de asociarse a muerte. Hace diez años la tasa de supervivencia a los cinco años del tumor era de solo un 13%. La inmunoterapia y los tratamientos personalizados están aumentando este dato.

¿Qué podemos hacer entre todos?

Simplemente demonizar a los ocho millones de fumadores diarios y el millón más de fumadores ocasionales no es la solución del problema. No olvidemos que el tabaco es una droga que crea adicción. Tampoco somos todos iguales. Hay personas con mayor o menor capacidad de desengancharse.

Las organizaciones como la Asociación Española contra el Cáncer apuestan por poner el foco en los jóvenes. Concienciarles de que estos nuevos hábitos de consumo como los vapers no son inocuos.

La última encuestas sobre drogas en educación secundaria, hecha en diciembre de 2023, señalaba que el 54,6% de los jóvenes de entre 14 y 18 años ya han probado los cigarrillos electrónicos. Más de un 10% de aumento respecto a dos años atrás.

Esta tendencia se da también en el consumo de tabaco convencional: más del 33% de estudiantes han fumado alguna vez y ha sido de media a los 14 años.

Frenar el consumo cuando son menores y educación en salud cuando cumplen los 18 años son nuestras mejores armas. Y no desentendernos de los nuevos hábitos. Según la Organización Mundial de la Salud, los jóvenes fumadores de cigarrillos electrónicos tienen tres veces más posibilidades de acabar fumando tabaco normal.