Si intentamos pensar en los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) desde un punto racional nunca llegaremos a entenderlos. Nuestro instinto de supervivencia choca con este tipo de decisiones.
Lo admite la doctora Mar Carceller, responsable de la unidad de TCA del hospital de Sant Pau, en Barcelona: “Me sigue sorprendiendo que una enfermedad mental sea tan antinatural, que puedas llegar a morir de inanición o de tantos vómitos que se te para el corazón, por un miedo a ganar peso. ¿Cómo puede ser que el cerebro haga eso?”
Y por mucho que nos sorprenda, es una realidad muy presente en nuestra vida, y cada vez más. Cuando en los años noventa, las modelos se convirtieron en estrellas, a la altura de las actrices de Hollywood, ya se empezó a labrar toda una generación sobre todo de chicas descontentas con su cuerpo. Las redes sociales, han empeorado la situación.
“En los noventa había uno o dos casos en todo el colegio, ahora en todas las clases de ESO o bachillerato hay una o dos personas con TCA”, explica el doctor José Soriano, psiquiatra de Sant Pau.
El trastorno mental con más mortalidad
Hay aspectos de este tipo de trastornos mentales que solemos interpretar mal. “Es una patología mental donde la persona no decide no comer o vomita porque quiere estar delgada, sino al contrario. La persona no tiene la voluntariedad de hacer esto”, explica la doctora Carceller.
Es una enfermedad mental muy grave. Es una enfermedad mortal. “Es el trastorno mental con más mortalidad, hasta el 7%”, apunta la experta.
Se basa en una miedo muy intenso a comer o a engordar. Control del peso y la figura que acaba afectando todas las facetas de la vida. TE sientas muy aislados y con muchas complicaciones.
Las tasas de rehabilitación están entre el 40% y 50% a los dos años. Y la tasa de cronificación de la enfermedad entorno al 20%, “por tanto estamos ante trastornos muy severos que aún tienen una tasa de recuperación baja”, dice la doctora.
Cuáles son las causas del TCA
En tema de psiquiatría y neurología estamos todavía en los principios. Hemos de pensar que la salud mental apenas se trataba e investigaba desde un punto de vista científico hasta hace cien años, cuando las enfermedades de otras partes del cuerpo llevan siglos de investigación.
Se ha avanzado, por supuesto. Pero aún falta mucho por saber. Respecto a las causas concretas de un TCA, los motivos se cree que los motivos son múltiples y complejos:
- Factores biológicos: puede haber una predisposición genética, lo que aumenta el riesgo. Si ha visto mayor prevalencia entre hijas de madre que lo han padecido.
- Factores psicológicos: la personalidad puede influir, por ejemplo, en personas muy influenciables por la opinión ajena. O las perfeccionistas, con una autoexigencia máxima.
- Factores sociales: enlazado con lo anterior, la presión ambiental por alcanzar unos ideales de belleza, que pueden llegar distorsionados por las redes sociales u otros medios de comunicación.
¿Cómo se actúa con el paciente?
Por todo ello, el abordaje de la enfermedad ha de ser biopsicosocial. Es lo que practican, por ejemplo, los especialistas del hospital Sant Pau. “Biopsicosocial quiere decir que a nivel médico la persona esté estable; que a nivel psicológico esté feliz, bien adaptada, y que a nivel social se pueda mover en la vida que tenemos ahora”, explica la doctora Carceller.
Por eso se intenta hacer un abordaje más ambulatorio. Se busca que la persona no esté ingresada en el hospital las 24 horas, sino que haga vida exterior. “Que sea más fácil el paso de adaptación, una vez remitan las conductas alteradas, hacia su vida diaria”, explica.
Puedes comportarte bien en el hospital, “pero si no eres capaz de extrapolar eso a tu vida diaria, realmente no estarás curado”, añade.
Cada vez se ven más casos
Estos centros especializados están aumentando y son más necesarios que nunca en los centros de salud. En las últimas décadas sobre todo se están viendo incrementos en dos trastornos especialmente: la anorexia (dejar de comer) y la bulimia (comer y luego vomitar todo).
También los atracones (un comer emocional), que pueden ser también parte de una bulimia y que se acabe vomitando.
Suele aparecer en la adolescencia, pero también hay muchos casos de adultos, “de hecho, cada vez hay más”, apostilla la doctora Carceller. Según los datos de su hospital, que es un referente, el 40% de los pacientes tiene más de 35 años.
La bulimia suele aparecer más tarde, entre los 20 y los 30 años, y el trastorno por atracones después, entre los 30 y 40 años. El que uno de cada cinco casos se cronifica lo refleja bien una paciente a la que siguen de 74 años que lleva 58 diagnosticada y en tratamiento