No es azúcar: el truco para que las fresas sepan más dulces sin añadir edulcorantes

Para mejorar el sabor de las fresas sin azúcar, basta con dejarlas reposar unos minutos sobre una mezcla de sal y cítricos. Este proceso rápido y sencillo consigue resaltar su dulzura natural, equilibrando los sabores sin afectar su frescura ni su textura. Y no sabrán a salado.

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Héctor Farrés

Redactor especializado en salud y bienestar

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Fresas

Existe diversos trucos para potenciar el sabor de las fresas.

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La decepción es instantánea: muerdes una fresa que parecía perfecta y descubres que no sabe a nada. Ni rastro de esa dulzura jugosa que esperabas, solo una textura aguada y un leve toque ácido que no compensa la ilusión inicial. Da igual que fueran carísimas o que las compraras directamente al agricultor, a veces, la naturaleza juega en contra.

El primer impulso es recurrir a soluciones clásicas. Azúcar, miel, edulcorantes… cualquier cosa para hacerlas más agradables. Pero los azúcares añadidos están bajo sospecha y la salud manda, por lo que estos remedios no son la mejor opción.

Lo bueno es que no hace falta resignarse a comer fresas insípidas: hay un truco sencillo, rápido y sorprendentemente eficaz para potenciar su sabor sin añadir ni una sola caloría extra.

La magia de la sal

Sí, la sal. Puede sonar contradictorio, pero este ingrediente, que es todo lo contrario a dulce, tiene una capacidad extraordinaria para realzar los sabores naturales de los alimentos. Funciona con carnes, verduras... y, sí, también con las fresas.

Ahora, antes de que salten las alarmas: no, las fresas no acabarán sabiendo a salado. No se trata de espolvorearlas como si fueran unas palomitas, sino de usar una cantidad mínima, la justa para que interactúe con sus compuestos naturales sin que el sabor salado se haga presente. Es el mismo principio por el que un toque de sal en un postre potencia el dulzor sin que lo notemos conscientemente.

mujer comer fresas

Las fresas estarán mejor de sabor.

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Esto significa que, incluso si la fruta no ha madurado del todo o es más ácida de lo esperado, puede transformarse en una explosión de dulzura con un simple toque de sal.

De hecho, esto no es algo exclusivo de las fresas. Ni siquiera de las frutas. En la cocina, la sal se ha usado siempre como potenciador del sabor, aunque pocas veces se mencione. Un buen ejemplo es el chocolate caliente, que con una pizca de sal se vuelve más intenso y equilibrado. Lo mismo ocurre con el caramelo salado o con algunos cócteles que llevan una pequeña cantidad de sal para resaltar sus matices.

Cómo hacer que las fresas sepan mejor sin azúcar

El proceso no tiene demasiadas complicaciones. No necesitas más que un poco de sal, un cítrico y unos minutos de paciencia.

  • Prepara la mezcla: esparce una fina capa de sal en un plato y mézclala con ralladura de limón, naranja o lima.
  • Lava y corta las fresas: enjuágalas con cuidado y pártelas por la mitad o en trozos más pequeños.
  • Déjalas reposar: colócalas con el lado del corte tocando la mezcla y espera unos tres a cinco minutos.
  • Retira y sacude: pasado el tiempo, quítales el exceso de sal y disfruta de unas fresas con un sabor más intenso y equilibrado.

La combinación de la sal y la ralladura de cítricos tiene un doble efecto: por un lado, la sal hace su magia potenciadora del dulzor; por otro, el cítrico aporta una acidez natural que equilibra el conjunto y hace que la experiencia sea aún más redonda sin necesidad de aumentar la ingesta de azúcar, algo que está asociado a numerosas patologías. 

De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja que los adultos limiten su consumo de azúcar al 5 % de su ingesta calórica diaria, lo que equivale a unos 25 gramos al día. Superar esta cantidad no es un asunto menor: según un estudio publicado en The BMJ, abusar del azúcar aumenta el riesgo de sufrir obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes, depresión… y así hasta 45 problemas de salud diferentes.

¿Por qué funciona este truco?

Todo está en la percepción del sabor. El paladar no solo distingue lo dulce, lo salado o lo ácido de forma aislada, sino que los sabores interactúan entre sí. 

La explicación está en la química del sabor. La sal no solo aporta su propio gusto, sino que interactúa con las papilas gustativas de una forma que potencia la percepción del dulzor. ¿Cómo? Neutralizando los compuestos amargos y ácidos de la fruta, lo que deja en primer plano los azúcares naturales de la fresa.

mujer muestra fresas

Solo es un toque de sal y, además, hay que limpiarlas luego.

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El resultado es un pequeño ajuste en la percepción gustativa que transforma completamente la experiencia de comer fresas. Y todo sin necesidad de añadir azúcar, lo que lo convierte en un truco perfecto para quienes buscan reducir su consumo sin renunciar al placer de un buen bocado dulce.

Más trucos para mejorar el sabor de las fresas

Si bien la sal es la opción más efectiva para potenciar el dulzor de las fresas de forma inmediata y sin añadir calorías extra, hay otros métodos que pueden ayudar a mejorar su sabor:

  • Déjalas madurar a temperatura ambiente: a veces, las fresas necesitan un par de días fuera del frigorífico para desarrollar su sabor.
  • Añade un chorrito de zumo de naranja: el contraste de ácidos naturales potencia los matices dulces de la fruta.
  • Córtalas y déjalas reposar unos minutos: al estar en contacto con el oxígeno, sus azúcares se concentran ligeramente.

La próxima vez que te encuentres con unas fresas insípidas, antes de rendirte o llenarlas de azúcar, prueba con un toque de sal y cítricos. Puede que descubras un sabor que ni siquiera imaginabas que estaba ahí.