La postura de la mesa, el ejercicio de yoga que mejor combate la flacidez de brazos

Tener unos brazos firmes y tonificados es uno de los objetivos de muchas mujeres, especialmente a partir de los 50 años. Conseguirlo no es fácil, pero con esfuerzo y constancia, es posible. Este ejercicio te ayudará en tu propósito.

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Eva Carnero

Periodista especializada en bienestar y nutrición

Actualizado a

Postura del sol

La postura del sol es una de las mejores para reducir la flacidez de los brazos.

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Con la llegada del buen tiempo hacemos el cambio del armario, guardamos las chaquetas para el otoño y empieza la temporada de las camisetas de tirantes y manga corta. Esto significa entre otras cosas, que dejamos a la vista los brazos. Cuando esto ocurre, de repente nos damos cuenta de que no están tan tonificados como nos gustaría, sino más bien, todo lo contrario. De hecho, nos encontramos con lo que, coloquialmente llamamos, por su semejanza, "brazos o alas de murciélago". 

Con este nombre se conoce a los brazos con un tríceps caído. Esto sucede cuando el músculo no se ejercita, que poco a poco, se va debilitando y se descuelga. 

Adiós a las alas de murciélago

Es cierto que acabar con este antiestético problema no es sencillo. Ahora bien, también lo es que escogiendo los ejercicios adecuados y siendo constante en su ejecución, es posible mejorar la situación y revertir el problema, aunque sea un poco. 

Para ello, existen infinidad de posibles ejercicios, tanto con pesas como de calistenia (ejercicios con el propio peso corporal). Todos pueden ser perfectamente válidos, ya que, como apuntábamos, el quid de la cuestión es elegirlos bien, ejecutarlos correctamente y ser constante.

Brazos más fuertes

Uno de los ejercicios más eficaces para fortalecer los brazos, y así reducir su flacidez, se llama Purvottanasana y es una postura de yoga. Este ejercicio, también conocido como postura del sol, o fuera del mundo yogui, "plancha boca arriba", no solo fortalece los músculos de los brazos, también proporciona muchos otros beneficios, a cual más valioso. Entre ellos:

  • Fortalece la musculatura de los hombros, el pecho y la espalda. Esto es especialmente interesante en las mujeres de más de 50 años, ya que la bajada de estrógenos propia de este colectivo, favorece la pérdida muscular, el deterioro óseo y el de las articulaciones. 
  • Mejora la postura. Otro de sus efectos para la salud es que ayuda a abrir el pecho y a "recolocar" los músculos y el esqueleto. Es, en definitiva, una excelente manera de trabajar la reeducación postural. 
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ISTOCK

  • Alivia la tensión acumulada en los hombros y el pecho debido al estrés o a malas posturas mantenidas en el tiempo. 
  • Alarga la musculatura de los muslos, el recto abdominal y el psoas.
  • Los expertos en yoga aseguran que esta postura estimula el flujo de energía por los canales del organismo y despierta la vitalidad. 

postura de la mesa 

Aunque existen varias versiones de esta postura, a continuación explicamos detalladamente, el paso a paso, de su ejecución más sencilla:

  • Con los pies descalzos, sobre una esterilla, siéntate con las piernas extendidas. Esta postura recibe el nombre de postura del bastón (Dandasana). 
  • Coloca las palmas de las manos a ambos lados del cuerpo, ligeramente detrás de las caderas, con los dedos apuntando hacia los pies.
  • En esta posición, levanta las caderas. Es como si empujaras el suelo con las manos. 
  • Mantén los brazos firmes, el pecho abierto y las piernas activas. Asegúrate de que los hombros están relajados, ya que es habitual que los tensionemos. 
  • Ya dentro de la postura, mantente firme, como una tabla. Procura que la cabeza esté alineada con la columna vertebral. Evita que la barbilla se acerque al pecho.
  • Lo ideal es que permanezcas en esa posición un mínimo de 30 segundos. Si llegas al minuto, perfecto. 
  • Mientras estás en la postura, no te olvides de respirar lenta y profundamente. Sé consciente de cómo entra y sale el aire por la nariz.
  • La respiración debería ser diafragmática, es decir, utilizando el diafragma para llenar el abdomen de aire. 
  • Vuelve a la posición inicial cuando tu cuerpo te lo pida. Es importante no forzar y, por supuesto, no esperar a sentir dolor. 
  • Para salir de la postura, suelta el aire poco a poco y baja las caderas hasta el suelo.

versiones sin molestias

A pesar de su sencillez, lo cierto es que esta postura puede resultar demasiado intensa para ciertas personas. Y es que, es fácil comprobar que las muñecas soportan gran parte del peso del cuerpo, lo que exige tener estas articulaciones lo más fuertes posible. 

En el caso de que al practicar esta postura te molesten las muñecas, bien por no ser lo suficientemente fuertes, bien por tener una lesión o una dolencia, como por ejemplo, artrosis, puedes realizar este mismo ejercicio con la ayuda de un bloque de yoga. Para ello, puedes colocar el bloque debajo de las palmas de las manos. También puedes usar una silla, colocarla detrás de ti y apoyar en ella las manos. 

En cualquier caso, si te molestan mucho las muñecas, existen otros ejercicios que puedes hacer para tonificar la musculatura de los brazos y también de las muñecas. Y es que, una de las premisas más importantes es llevar una progresión gradual que nos permita avanzar hacia la postura y sus beneficios sin dolor.