El Hospital Vall d’Hebron lidera un nuevo plan para revolucionar la atención al ictus

La Inteligencia Artificial va a permitir avanzar en una nueva forma de diagnosticar, tratar el ictus y prevenir posibles secuelas. Varios hospitales de referencia de toda Europa, liderados por el Vall d’Hebron, se han coordinado para crear un nuevo proyecto que revolucionará la manera de atender al paciente.

Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

Actualizado a

Señor con bastón y doctora

Un nuevo plan integral va a mejorar el diagnóstico y la atención posterior a los pacientes de ictus.

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En la atención al ictus el tiempo es vital. Las neuronas son las células que antes mueren por falta de oxígeno. Además las consecuencias pueden ser nefastas, pues estamos hablando del cerebro, nuestro órgano más importante. Por eso, los sistemas sanitarios tienen unos protocolos especiales en cuanto se produce un ictus para acelerar todos los procesos de atención. Pero no son suficientes.

Cada año hay más de un millón de personas que sufren ictus en Europa, y cerca de la mitad fallecen, muchos al no recibir atención a tiempo. Un significativo porcentaje de los que sobreviven sufre secuelas de diversa importancia. Se calcula que hay cerca de diez millones de europeos con discapacidad debido al ictus.

Estas estadísticas pueden empezar a cambiar en los próximos cinco años gracias a un innovador proyecto que han puesto en marcha un grupo de hospitales. Se trata de Umbrella, un plan que busca acelerar el diagnóstico y proponer tratamientos mas personalizados, gracias a la Inteligencia Artificial.

En qué consiste el proyecto Umbrella

El consorcio Umbrella agrupa a hospitales de referencia de Alemania, Suiza, Italia, Países Bajos y España junto a una veintena de organizaciones privadas. Está encabezado por el hospital Vall d’Hebron, de Barcelona, y promete revolucionar la atención al ictus.

¿Cómo lo van a hacer? No es ningún misterio. Con coordinación y conocimiento. Van a aprovechar la Inteligencia Artificial y el gran volumen de datos que manejan estos grandes hospitales para compartir información y elaborar planes más efectivos.

Vamos a tener un enfoque holístico que abarque el diagnóstico, la prevención y la atención sanitaria”, ha explicado el doctor Carlos Molina, jefe de la sección de Ictus en el servicio de Neurología del hospital catalán. Se han detectado algunas carencias y este enfoque integral busca solucionarlas.

Por ejemplo, se va a reducir el tiempo en el que se aplica una trombectomía mecánica, un método con catéter a través de la arteria que permite quitar el obstáculo que obstruye el paso de la sangre al cerebro y que ha provocado el ictus. Es un procedimiento que se aplica solo a los casos más graves.

También habrá más controles una vez el paciente vuelve a casa a través de aplicaciones informáticas, puesto que las secuelas y recaídas son otros de los principales problemas.

Cómo va a cambiar la atención al paciente

Se trata de una medicina basada en los datos, no solo en suposiciones y que irá desde la atención en la ambulancia, pasando por el hospital y hasta el seguimiento de la rehabilitación del paciente”, ha recalcado el doctor Molina.

Sus primeras conclusiones son que:

  • Van a poder reducir el porcentaje de reingresos a menos del 15%. En la actualidad la cifra es del 25%.
  • La tasa de nuevos ictus en el mismo paciente, que ahora se sitúa en el 30% de los casos, esperan bajarla al menos a un 25%.
  • El tiempo del cateterismo, que ahora está en una hora de media está previsto que se reduzca a 20 minutos. No es una quimera. El Vall d’Hebron ya aplica un programa que ha conseguido hacer la trombectomía en 32 minutos.

Los datos de los pacientes no se comparten, por cuestión de privacidad. Son los algoritmos los que viajan de un hospital a otro y aprenden. De esta manera se construirá una serie de modelos predictivos que acelerará el diagnóstico y evaluará los riesgos futuros.

Parecen pequeñas mejoras, pero en su conjunto son fundamentales y los expertos consideran que puede suponer un “impacto nuevo y totalmente disruptivo en el tratamiento del ictus, en palabras del doctor Molina.

Qué podemos hacer nosotros contra el ictus

El ictus es la interrupción del riego sanguíneo en nuestro cerebro. Ocurre por dos motivos. Se bloquea uno de los vasos que riegan el cerebro por culpa de placas de colesterol. O la pared de los vasos, que se va deteriorando con el tiempo, se rompe y se produce una hemorragia cerebral.

El ictus puede afectar a una zona pequeña o mayor del cerebro, según la importancia del vaso sanguíneo que se ha va visto afectado. Cuanta más zona se ve afectada más grave es y cuanto más tarde en llegar la sangre más células pueden morir y puede dejar más consecuencias en las capacidades del paciente.

Nuestra capacidad de reacción ante un caso es por tanto importante. Hemos de estar atentos a los signos de alarma. cuanto notamos que la persona se queda con media cara paralizada, empieza a hablar mal o deja de poder mover alguna extremidad, hay que avisar inmediatamente a urgencias.

La manera de prevenirlo la conocemos bien. Es la misma para cualquier enfermedad cardiovascular: ejercicio, alimentación variada con alimentos frescos y poca grasa. Tomarse la vida con calma y dormir bien también ayuda.