¿Por qué hay personas que se recuperan mejor de un ictus? Científicos descubren un aspecto clave

La recuperación de los pacientes tras sufrir un ictus puede ser muy diferente, y actualmente la medicina no cuenta con herramientas para predecir sus efectos a largo plazo. Pero este estudio genético podría ser un prometedor paso en la dirección correcta.

Celia Perez León
Celia Pérez León

Redactora especializada en salud y nutrición

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Un estudio genético podría ser la clave para predecir la recuperación tras un ictus y mejorar su tratamiento personalizado. 

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Tras sufrir un accidente cerebrovascular, la incertidumbre puede convertirse en el peor enemigo del paciente. La medicina moderna no dispone de los conocimientos necesarios para predecir el desarrollo y la recuperación de quienes padecen un ictus, lo que afecta tanto al tratamiento personalizado como a la salud mental del afectado.

Es por eso por lo que el Dr. Cramer y su equipo de la UCLA Health han invertido tiempo, energía y recursos para llevar a cabo uno de los mayores estudios genéticos relacionados con la recuperación tras un ictus, y sus resultados son alentadores.

La necesidad de obtener predicciones más precisas

En sus entrevistas con los medios, el Dr. Cramer dejaba clara su motivación a la hora de realizar este estudio. Es desalentador mirar a los ojos de un paciente que ha sufrido un ictus y no poder darle información precisa sobre lo que vendrá después. La recuperación en personas que han padecido un accidente cardiovascular puede ser muy diferente, y la medicina moderna no cuenta con los datos necesarios para obtener predicciones precisas.

Por ahora, todo lo que pueden hacer es atenerse a datos como el estado de salud previo o la edad. Pero estos medidores son insuficientes para obtener respuestas exactas sobre la evolución del paciente.

Sin embargo, hay una vía que parece alentadora para predecir los efectos a largo plazo del ictus, y el Dr. Cramer ha dado con la tecla adecuada en su estudio.

La genética y el ictus

Si bien datos como la edad o el estado de salud parecen insuficientes para predecir cómo irá la recuperación de un paciente que ha sufrido un ictus, algunos estudios genéticos mostraban coincidencias en lo que se refiere al deterioro cognitivo. Es decir, parece haber relación entre ciertos genes y problemas en términos de salud cognitiva (recuperación del movimiento, el habla, etc.).

Pero estos estudios tan solo predecían problemas de este tipo, y dejaban de lado otros trastornos habituales en pacientes que han sufrido un ictus, como el trastorno de estrés postraumático o la depresión.

Es por eso por lo que en el estudio realizado por el Dr. Cramer se han introducido también esta variable, y tras estudiar la recuperación y desarrollo de más de 700 pacientes, han conseguido resultados.

Los genes que impiden la recuperación

Aunque puede ser pronto para sacar conclusiones, el estudio realizado por el Dr. Cramer y su equipo indica que algunas expresiones genéticas podrían darnos pistas claves para predecir la recuperación de un paciente que ha sufrido un ictus.

En particular, la variante genética llamada rs6265 está relacionada con un peor estado cognitivo, mientras que otras variantes (como la rs4291 y la rs324420) muestran mayor riesgo de padecer depresión o trastorno de estrés postraumático.

Estos datos son muy importantes para la medicina moderna, dado que pueden ayudar en dos factores claves de la recuperación. Para empezar, anticipar los problemas que puedan surgir durante el proceso de mejora puede ayudar a personalizar el tratamiento. De esa forma, alguien con predisposición genética a sufrir un deterioro cognitivo puede recibir un refuerzo en la terapia de rehabilitación cognitiva.

Además, el Dr. Cramer se muestra optimista frente a los resultados, dado que este hallazgo podría ser el primer paso para elaborar medicamentos que se dirijan a ciertos receptores genéticos. De esa forma, podrían dividirse a las personas en diferentes grupos para usar este conocimiento, no solo en las predicciones de recuperación, sino en la elaboración de un tratamiento médico individualizado.