Hasta ahora sabíamos que la hipertensión arterial estaba relacionada con la mayoría, por no decir todas, las enfermedades cardiovasculares. No en vano, la Fundación Española del Corazón la identifica como uno de los principales factores de riesgo cardiovascular, junto con la diabetes o los niveles elevados de colesterol.
Ahora, un nuevo trabajo publicado en Neurology sugiere que la presión arterial diastólica elevada podría estar relacionada con la migraña. En concreto, el estudio ha observado que cifras elevadas de presión arterial diastólica se asociaron con una probabilidad ligeramente mayor de sufrir migraña entre las mujeres que participaron en la investigación. Sin embargo, no se encontró un mayor riesgo asociativo entre otros factores de riesgo cardiovascular y la migraña.
En los participantes masculinos del estudio, tampoco se encontraron asociaciones entre los factores de riesgo cardiovascular y la migraña.
solo mujeres con Presión diastólica elevada
Hasta ahora, en trabajos anteriores se había encontrado que la migraña está relacionada con un mayor riesgo de eventos cardiovasculares como accidente cerebrovascular (ACV), enfermedad cardíaca e infarto, pero aún se desconocen muchos aspectos sobre cómo los factores de riesgo de eventos cardiovasculares se relacionan con la migraña.
En el estudio recién publicado se han analizado factores de riesgo conocidos para la enfermedad cardiovascular, como diabetes, tabaquismo, obesidad y colesterol alto, y se ha encontrado "una mayor probabilidad de tener migraña solo en participantes femeninas con presión arterial diastólica más alta", indica la autora del estudio, Antoinette Maassen van den Brink, del Centro Médico Universitario Erasmus MC en Rotterdam, Países Bajos.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores contaron con la participación de 7.266 personas, hombres y mujeres, con una edad media de 67 años, de los cuales el 15% tenía migraña previa o actual. A todos los participantes se les realizaron exámenes físicos y se les tomaron muestras de sangre. También se les hicieron preguntas sobre la migraña, incluso si alguna vez habían experimentado un dolor de cabeza intenso que afectara sus actividades diarias.
Resultados prometedores, no concluyentes
Después de ajustar múltiples factores de riesgo cardiovascular, como la actividad física y el nivel educativo, los investigadores descubrieron que las participantes femeninas con presión arterial diastólica más alta tenían un 16% más de probabilidades de tener migraña por cada aumento de la desviación estándar de la presión arterial diastólica. Un aumento por desviación estándar es una medida para comparar la presión arterial diastólica con otros factores de riesgo cardiovascular.
El hecho de que no se encontraran evidencias sobre la asociación entre la presión sistólica y la migraña, corrobora la teoría ya existente de que "migraña está asociada con una función ligeramente reducida de los vasos sanguíneos pequeños en lugar de una función reducida de los vasos sanguíneos grandes", señala Maasen van den Brink.
Por otro lado, tampoco se observaron asociaciones entre las participantes femeninas con colesterol alto u obesidad.
En lo que respecta al tabaquismo, este se asocia con un 28% menos de probabilidades de sufrir migraña; mientras que las personas con diabetes, tendrían un 26% menos de posibilidades. "Estos resultados deben interpretarse con cautela, ya que no prueban que fumar provoque un menor riesgo de migraña. En cambio, fumar podría desencadenar ataques de migraña".
necesidad de más estudios
Tras la obtención de datos y su análisis, según la autora, la migraña no está directamente relacionada con los factores de riesgo tradicionales para enfermedad cardiovascular. "Dado que analizamos a personas de mediana edad y mayores, se necesitan estudios futuros en grupos de personas más jóvenes a las que se les haga un seguimiento durante períodos más prolongados".
Una limitación del estudio fue el pequeño número de participantes masculinos con migraña, hecho que para los profesionales podría ayudar a explicar por qué no se encontraron asociaciones entre los factores de riesgo cardiovascular y la migraña en los participantes masculinos.