La psoriasis es una de las enfermedades que tradicionalmente ha despertado más rechazo social, pese a que no es contagiosa. Las vistosas apariciones de piel escamosa y rojiza, muy antiestética, además de afectación física, provocan problemas psicológicos a muchos pacientes.
Por eso ha sido muy importante que cada 29 de octubre, día mundial de la Psoriasis, alguna personalidad haya dado la cara y visibilizado este trastorno para desestigmatizarlo. En los últimos años lo han hecho Cara Delevingne, Cameron Diaz y Britney Spears o, aquí en España, Manu Tenorio.
La psoriasis es una enfermedad crónica y dolorosa. Hay tratamientos para reducir los síntomas, pero no cura. Y además de la parte visible, puede tener derivaciones graves y afectar a otros órganos. Por eso es importante dar con una solución definitiva. Un planteamiento muy novedoso puesto en marcha por investigadores de la Universidad de Bath, en el Reino Unido, podría haber dado con la clave.
El origen puede estar en el control del hierro
La psoriasis se relaciona con el sistema inmune. La causa última es una proliferación excesiva de células de la piel a la que se suma una concentración anormalmente alta de neutrófilos (un tipo de células defensivas), responsables de la inflamación de las células.
No se conoce por qué pasa esto. La psoriasis es hereditaria, aunque los expertos también creen que el sobrepeso, el tabaco, el estrés y algunas infecciones pueden favorecerla. También se había visto es que los pacientes tenían unos niveles altos de hierro en la piel, pero no se había encontrado la causas de este exceso y la relación con la psoriasis.
Ahora, los investigadores de Bath han comprobado que una hormona responsable de regular los niveles de hierro, la hepcidina, puede ser la desencadenante del proceso.
En personas sanas la hormona hepcidina se produce solamente en el hígado. Pero estos científicos han descubierto que en las personas con psoriasis esta hormona también se genera en la piel.
¿La base para un medicamento que la cure?
Este descubrimiento se ha hecho a través de estudio en ratones de laboratorio, que tienen similitudes genéticas y fisiológicas con los humanos. El exceso de la hormona hepcidina en la piel hizo que retuvieran más hierro del necesario y apareció la psoriasis.
“Un nuevo tratamiento dirigido a equilibrar los niveles de la hormona del hierro en la piel es un enfoque innovador y una esperanza para estos pacientes”, ha asegurado la doctora Charareh Purzand, coautora del estudio.
El hierro es un mineral esencial para el cuerpo. Es crucial para el transportar el oxígeno por la sangre y también para mantener una piel sana: ayuda a la cicatrización, la producción de colágeno y también colabora en el sistema inmune.
Sin embargo, un exceso de hierro puede ser perjudicial. Amplia los efectos negativos de los rayos ultravioleta del sol e incentiva esta superproducción celular, que causa la psoriasis.
Cuándo podemos tener el nuevo tratamiento
La investigación se centrará ahora en ver cuál es el mejor mecanismo para controlar el exceso de esta hormona. Hay varios fármacos que lo consiguen, así que ya hay un camino hecho. Se trata de ajustar el exceso de hierro y en qué proporción.
Los que tienen más probabilidades de beneficiarse de este tratamiento son pacientes con psoriasis pustulosa, una variante grave de la enfermedad. Afecta no solo a la piel, también a las uñas y a las articulaciones. Hasta ahora se ha mostrado resistente a otros tipos de tratamiento.
Hemos de pensar que la investigación está en una primera fase. Se ha de comprobar que las observaciones de los científicos de Bath se confirman en humanos y luego que el tratamiento es efectivo. Todavía tardarán varios años en comercializar un medicamento si todo va bien.
La psoriasis afecta a entre un 2% y un 3% de la población. Afortunadamente, hay distintos grados y no todos son tan graves como la psoriasis pustulosa. Pese a ser crónica, no es una enfermedad constante a lo largo de la vida. Suele aparecer en brotes. Son más habituales en la juventud, hasta los 30 años, y entre los 60 y 70años.
Hay cremas y otros fármacos para reducir los efectos. Hoy los tratamientos biológicos, dirigidos a moléculas que desencadenan el proceso inflamatorio, están dando buenos resultados. Hasta el 90% de pacientes mejoran y casi la mitad consiguen que desaparezca el brote.