Investigadores del hospital Sant Pau de Barcelona identifican marcadores para saber cómo evolucionará el párkinson

El párkinson es una enfermedad neurodegenerativa que evoluciona de muy diversas maneras. Unos investigadores del hospital Sant Pau de Barcelona han descubierto cómo saber si habrá disfunción cognitiva. Permitirá anticipar cómo avanzará la enfermedad y de qué manera afectará a su capacidad mental.

Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

Actualizado a

Abuela y nieta

El párkinson no siempre provoca demencia ni es solo una enfermedad de ancianos.

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Para quien no haya tenido un caso cercano, el párkinson es una de las enfermedades que arrastra más falsas creencias. Se ve como una enfermedad que se caracteriza por temblores descontrolados y que lleva a la muerte irremediablemente. Nada de esto es completamente cierto.

El párkinson es una enfermedad degenerativa que afecta a nuestro sistema nervioso central, que hoy todavía no tiene cura, pero que puede alargarse durante décadas. El caso del actor Michael J. Fox ha ayudado a visibilizar lo que puede suponer.

Por eso es importante poder predecir cuanto antes cómo puede avanzar la enfermedad lo antes posible y con años de anticipación. Puede ayudar a tomar las medidas adecuadas y retrasar lo más posible ese avance. En este sentido, unos investigadores del hospital San Pau, en Barcelona, han dado un importante paso.

Marcadores sobre disfunción cerebral

El estudio que han presentado demuestra que se puede detectar con al menos tres años de antelación las alteraciones cerebrales que van a provocar que el paciente de párkinson sufra graves trastornos cognitivos; por ejemplo, avisar de que sufrirá demencia.

El párkinson, aunque es una enfermedad neurodegenerativa como el alzhéimer, no implica que el paciente vaya a sufrir demencia o algún grado menor de deterioro cognitivo. Puede afectar de muchas otras formas. A veces con temblores, es verdad, pero otras con lo contrario: rigidez y parálisis.

Sin embargo, es cierto que una parte importante de los pacientes acaban sufriendo además deterioro cognitivo. Y en ocasiones ese deterioro mental es muy rápido y agresivo. Hasta ahora era muy difícil saber en los primeros estadios y sin problemas cognitivos evidentes quién desarrollará una demencia y quién no.

Estos investigadores han podido comprobar que mediante un electroencefalograma sí se puede detectar. Considera que este hallazgo puede ser muy útil a la hora de evaluar de manera precoz qué tratamientos seguir para minimizar ese riesgo de demencia.

Cómo han dado con la clave

En muchos casos, cuando el cerebro está enfermando, las pruebas de evaluación neuropsicológicas o las técnicas de imagen cerebrales (resonancia magnético o tomografía) no nos permite ver trastornos que ya están presentes”, ha explicado el doctor Saül Martínez-Horta, uno de los investigadores. Cuando se detectan síntomas evidentes es porque el daño cerebral ya está muy extendido.

Para dar con alguna pista que detecte antes ese daño cerebral se hicieron varias pruebas a una serie de pacientes: resonancia magnética, análisis de sangre y miraron la actividad cerebral mediante electroencefalograma. Luego, compararon los resultados entre los pacientes que sufrieron un rápido deterioro en los cuatro años siguientes y los que no.

Confirmaron que ni los análisis de sangre ni las resonancias aportaban nada. No había diferencias. Pero con el electroencefalograma pudieron comprobar que ya dos años antes se notaba una ralentización evidente de la actividad en algunas zonas concretas del cerebro.

Cómo se puede frenar el deterioro cognitivo

Los métodos para frenar ese posible deterioro cognitivo se basan tanto en la medicación como en hábitos de vida. Los más habituales son:

  • Ejercicio físico: los ejercicios regulares, como caminar, nadar se han demostrado eficaces para ralentizar el deterioro.
  • Ejercicios mentales: ponerse retos que desafíen la mente, como rompecabezas, juegos de memoria y ejercicios de atención, puede ser beneficiosos.
  • Actividades: realizar trabajos que mantengan al paciente activo y útil puede ayudar a mejorar su capacidad.
  • Medicamentos: hay fármacos que se recetan en función del paciente y su estado.
  • Relaciones: el aislamiento social es un factor de riesgo de deterioro cognitivo. Se fomentan las relaciones sociales activas y participar en actividades grupales.
  • Dieta saludable: una dieta equilibrada y rica en antioxidantes puede contribuir a la salud cerebral.

Una enfermedad en aumento

El párkinson, como las otras enfermedades neurodegenerativas, son uno de los grandes retos de la medicina. Durante años nos hemos concentrado en ver cómo cuidar el cuerpo y hemos olvidado la parte más importante: la mente. El aumento de la longevidad ha hecho más evidente este tipo de enfermedades, que aparecen sobre todo en la tercera edad.

¿Para qué queremos vivir más años si no tenemos calidad de vida? Por eso, las investigaciones sobre el párkinson han crecido al mismo ritmo que crecen los casos. En España hay más de 150.000 nuevos diagnósticos al año. Afecta al 2% de la población de más de 65 años.

El hecho de que afecte a gente mayor, con menos esperanza de vida, y que puede agravar enfermedades potencialmente mortales que ya tenía el paciente han hecho que se le haya relacionado con una enfermedad mortal.

Cogida a tiempo y bien tratado, el paciente de párkinson puede vivir muchos años. Michael J. Fox fue diagnosticado a los 29 años. Lleva más de tres décadas con la enfermedad.