Los antioxidantes de las algas marinas podrían prevenir el párkinson

Una investigación ha confirmado que un alga marina puede frenar uno de los factores que provocan el daño neuronal en la enfermedad de Parkinson. Los componentes antioxidantes del alga han mostrado su eficacia. Es un gran paso para plantear un tratamiento preventivo de esta enfermedad hoy incurable.

Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

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El párkinson es una de las enfermedades que plantea un gran reto para nuestra medicina en un futuro inmediato. No se conoce con exactitud las causas, no hay una cura y las estadísticas indican que su incidencia va a seguir en aumento en los próximos años.

Más de 60.000 personas son diagnosticadas cada año en el mundo. Hay más de 150.000 casos en España, y afecta a un 2% de la población mayor de 65 años.

No es en sí una enfermedad mortal, aunque sus consecuencias aumentan el riesgo de agravar problemas que sean letales, sobre todo cuando afecta en edad avanzada. Pese a que la realidad no es aún buena, se está haciendo unos progresos muy grandes en todos los campos de investigación, tanto en tratamiento como en prevención.

En la prevención acaba de publicarse un estudio que puede suponer un camino muy significativo. Lo han realizado investigadores de la Universidad Metropolitana de Osaka, en Japón. Han conseguido demostrar que un tipo de alga marina puede tener la capacidad de proteger, frenando o evitando la aparición del párkinson.

El alga clave para la prevención

Esta alga marina pertenece al grupo de las algas pardas. Se denomina ecklonia cava. Los investigadores han encontrado que los polifenoles de estas algas tienen la clave.

Los polifenoles son las sustancias químicas de la planta que proporcionan una acción antioxidante en las células. Son los micronutrientes que nos ayudan a ralentizar su envejecimiento biológico. Hay muchos vegetales que son antioxidantes. Lo que hace especial a esta alga ecklonia cava es que actúa allí donde el párkinson hace más daño.

El párkinson es una degeneración de las células nerviosas que producen la dopamina, un neurotransmisor esencial para el control de los movimientos. No se sabe qué lo produce, pero sí cómo se llega a esta degeneración: hay un exceso de especias reactivas de oxígeno (ROS, por sus siglas en inglés).

Las especias reactivas de oxígeno son moléculas de oxígeno y otros compuestos que se producen de manera natural dentro por el metabolismo del cuerpo. Normalmente el cuerpo tiene mecanismos para neutralizarlas.

Los investigadores de Osaka han descubierto que los antioxidantes de esta alga son excelentes para controlar los niveles de ROS.

Cómo actúa este tipo de alga

El estudio realizó dos tipos de pruebas de laboratorio. Se probó el alga con ratones especiales, criados para analizar los efectos del párkinson. La capacidad de movimiento de los ratones se recuperó es aspectos como por ejemplo el tracto intestinal, que se había visto afectado.

También se probó la reacción de células de párkinson y la bioquímica que se producía en contacto con las células del alga. Los resultados mostraron que también aquí los antioxidantes inhibían la producción de las ROS.

Este estudio sugiere que los antioxidantes del alga pueden reducir el daño neuronal”, ha confirmado el profesor Kojima Yuasa, uno de los autores. “Esperamos que la ecklonia cava sea un ingrediente eficaz en la prevención de la enfermedad de Parkinson”.

Hasta ahora no había ningún tratamiento preventivo. Todos los que se han probado son tratamientos sintomáticos, cuando la enfermedad ya se ha instalado y ha dado claras señales. Por eso esta puede ser un paso más significativo.

 

cómo se consigue esta alga

La ecklonia cava se encuentra en las costas de China, Japón y Corea sobre todo. Se comercializa como suplemento dietético pues es popular en Asia como remedio para otros tipos de problemas, como la artritis o el colesterol alto.

De todas formas, faltan estudios para indicar cuál tendría que ser su recomendación en el caso del párkinson.

Tampoco es la primera vez que un nutriente antioxidante aporta esperanzas en la lucha contra el párkinson. Otro estudio reciente ha revelado que el consumo de alimentos ricos en flavonoides, otro potente antioxidante, reducían elriesgo de mortalidad en los pacientes.

El estudio, que llevaron a cabo investigadores de la Universidad de Kuopio, en Finlandia, hizo un seguimiento a pacientes de párkinson durante 34 años y confirmó que aquellos que seguían una dieta rica en flavonoides retrasaron más el avance de la enfermedad y un 70% menos de riesgo de muerte.

Podemos encontrar flavonoides en bayas o vino tinto. Los autores no analizaban los mecanismos que hay detrás de este efecto. Aunque apuntaban a que las propiedades antioxidantes podían influir en la inflamación crónica en las neuronas de un modo beneficioso. O interactuar frente a la pérdida lenta de neuronas que se va produciendo.

Los síntomas del párkinson

Los síntomas más típicos que se asocian a la enfermedad son el temblor en una mano, lentitud de movimientos, rigidez muscular e inestabilidad al caminar.

También provoca cambios de comportamiento, depresión, pérdida de memoria y fatiga y otros síntomas menos conocidos como los problemas de sueño o de voz.

El párkinson no afecta por igual a hombres y a mujeres. La incidencia es entre 1,5 y 2 veces mayor en hombres que en mujeres y el inicio en mujeres es ligeramente más tardío que en hombres. Factores genéticos y hormonales pueden explicar estas diferencias.

Las mujeres además suelen ver más afectada su capacidad funcional para realizar las actividades de la vida diaria, lo que aumenta la percepción de pérdida de calidad de vida. Por eso ellas toman más antidepresivos.