La genética, lo que se transmite de padres a hijos, es importante. Basta que cumplas años y te mires en el espejo para darte cuenta hasta qué punto tus padres o abuelos han dejado huella en ti y te pareces más a ellos.
La genética tiene varias caras. No todo está escrito en el ADN. No es un libro sagrado inamovible que se cumplirá a rajatabla. Hay otros elementos muy importantes. Qué parte de esa información del ADN vamos a utilizar. Cada vez las investigaciones dan más importancia a eso. Es lo que se llama la epigenética. Qué genes se van a activar o no.
Cada vez se descubren más cosas que relativizan la genética y dan importancia a la epigenética. La actividad física, el ambiente o la alimentación pueden ser fundamentales. Ahora, además, se van acumulando indicios de que no solo es importante lo que hagamos nosotros, sino lo que hayan hechos nuestros antepasados más inmediatos, padres y abuelos.
El cerebro del nieto hereda el ejercicio
Un equipo de investigadores españoles ha aportado sorprendentes nuevos datos al respecto. La conclusión a la que han llegado es que si tu abuelo era una persona activa, tu cerebro se puede haber beneficiado de ello.
“Hemos hecho este trabajo en ratones de laboratorio. Y hemos descubierto que los ratones nietos de abuelos que hicieron ejercicio tienen más capacidad de aprendizaje y memoria” explica el doctor José Luis Trejo, investigador científico del CSIC en el Instituto Cajal de Madrid y coautor del estudio.
Es significativo que en el experimento los ratones no eran activos. Eran sedentarios. Los beneficios que les daba esa ventaja respecto a otros ratones se habían transmitido de sus abuelos. “Ni siquiera sus padres hicieron ejercicio”, remarca el doctor.
Este estudio arranca de un trabajo previo de 2019 donde ya habían presentado pruebas de que los beneficios de la actividad física pasaban de padres a hijos. Ahora se ha ido un pasa más allá y se ha comprobado que esos beneficios llegan, aunque sea parcialmente, hasta los nietos.
Cómo es el mecanismo de transmisión
El trabajo se ha hecho con ratones macho para limitar el estudio. El siguiente paso es incluir también hembras para confirmar que en los dos sexos ocurre igual.
El mecanismo de transmisión, como comentábamos al principio, es epigenético. “A través de unas pequeñas moléculas que se llaman micro-ARNs, pasan a través de las células sexuales, ya sean espermatozoides u óvulos, de una generación a la siguiente, llevando esa información”, aclara el doctor Trejo.
Esta información en este caso es beneficiosa para las generaciones posteriores. No obstante este mecanismo tiene dos filos. Podría ser que la información que se hereda sea negativa. Unos abuelos sedentarios podrían pasar información perjudicial. Es un elemento que se ha de seguir estudiando.
¿Es igual en humanos que en ratones?
Lo que no cabe duda es que esta investigación con animales puede tener gran trascendencia en las personas. Por dos motivos:
- “Los mecanismos epigenéticos, de transmisión de estos efectos entre generaciones, son esencialmente los mismos en humanos y en ratones”, aclara el especialista.
- Además, algunos de los mecanismo celulares, por ejemplo la formación de nuevas neuronas en el ratón adulto, que podrían explicar esa mejora de su capacidad mental, también existen en los seres humanos.
Por tanto, son dos potentes elementos que hacen pensar que nosotros también nos beneficiamos de unos abuelos activos o nuestros nietos se beneficiarían si nos activamos nosotros.
“Por supuesto habrá que demostrarlo, pero confiamos en que va a ser así”, ha añadido el doctor Trejo.
Más motivos para ser activo
No es necesario insistir en la importancia de hacer ejercicio y evitar el sedentarismo. Moverse al menos cuatro horas a la semana, ya sea andando o haciendo deporte, es lo mínimo que recomiendan los médicos.
La evidencia científica es abrumadora. Las personas activas tienen menos riesgo de enfermedades cardiacas, osteoporosis, diabetes, algunos tipos de cáncer y un largo etcétera. Además te sube el ánimo. Y ahora ya sabemos que puedes estar haciendo una buena labor por tu descendencia.
El estudio del CSIC no es el único reciente que ha puesto en evidencia el factor de la epigenética. Una investigación en Estados Unidos, de universidades de Filadelfia y California, reveló un significativo dato estadístico. El nivel educativo de los abuelos ayudaba a definir la edad biológica de los nietos, en aspecto como las opciones de longevidad y el estado de salud en la vejez.
Los nietos de universitarios tienen estadísticamente una edad biológica más joven. Si quieres a tus futuros nietos, estudia y haz ejercicio.