¿Cuánto tiempo está protegida tu piel según el SPF que utilizas?

Seguro que has oído muchas veces que si usas una protección solar SPF 30 tu piel estará protegida durante 30 minutos, pero lo cierto es que no funciona así. Son muchos los factores que influyen en la protección que te ofrece una crema solar. Pilar Gutiérrez, asesora técnica de Bruno Vassari, resuelve las dudas a Saber Vivir.

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El factor de protección solar (FPS) es un valor que no es precisamente universal para todo el mundo. Es decir, el número SPF que observamos en la crema solar indica cuánto tiempo una persona puede tardar en quemarse con el sol, en comparación con el tiempo que pasaría en quemarse de no aplicar protector solar. Igualmente, no todas las pieles son iguales, una piel fototipo I tardará mucho menos tiempo en quemarse que una piel fototipo III.

Cómo funciona el SPF

Entonces, el FPS de un protector solar funciona de la siguiente manera. El número SPF en concreto habría que multiplicarlo por 10, de manera que si estamos ante un SPF 30 al multiplicarlo por 10, el resultado sería unos 300 minutos sin que tu piel sufra quemaduras por el sol.

Sin embargo, como adelantábamos no todas las pieles funcionan de la misma forma y se trata de un valor más aproximado, ya que siempre influyen diferentes factores para que estos minutos de protección no sean siempre completamente reales. No siempre son las mismas condiciones en las que aplicamos el producto, la cantidad que aplicamos suele ser menor a la realmente necesaria, y las condiciones a las que nos exponemos al sol no son las mismas.

No es igual aplicar protección para dar un paseo por una zona sombría del bosque que para pasar todo el día en la playa. La radiación solar que recibiremos no será la misma. Del mismo modo que la radiación no es la misma en enero que en agosto.

Es decir, hay factores externos que también afectan a cómo protege ese factor de protección solar. Pero al final lo que hace el FPS es multiplicar el tiempo que tú estarías protegida.

Más allá del SPF: qué tener en cuenta de un protector solar

Limitar nuestra decisión entre uno u otro protector solar teniendo en cuenta solo su SPF sería un poco sesgado, pues este indicador solo hace referencia a cómo protegida está la piel frente a la radiación UVB, pero no hace referencia a la UVA. Cuando tomamos la decisión, debemos tener en cuenta otros aspectos como el grado de protección frente a las radiaciones UVA, que, aunque hace años se creía que eran inocuas, ahora sabemos que no es así.

Además de esto, también deberíamos valorar que en la fórmula de nuestro solar existan activos antioxidantes que ayudarán a minimizar el daño de la radiación solar en nuestra piel. También, por ejemplo, otro valor que es interesante tener en cuenta es la resistencia que presenta nuestro solar frente al agua. Y después, la sensorialidad de este, es decir, el propio hecho de aplicarte un protector solar debe ser una experiencia agradable y no algo tedioso que conlleva una piel con sensación grasa, con aspecto blanquecino o pesada.

Si te resulta incómodo aplicarlo, todos esos van a ser factores que van a disuadirte de aplicar ese protector solar, con lo cual un protector solar debería ser también cómodo y además tener una textura que te permita aplicar la cantidad necesaria de ese protector solar. Poner tres gotitas de filtro solar es no ponerte nada, entonces teniendo eso en cuenta hay que buscar texturas que sean cómodas porque si no aplicaremos muy poco producto y esto  evidentemente no nos ofrecerá la protección solar que nos indica el envase.

Si todos usamos el mismo fotoprotector, ¿las pieles están igual de proTegidas?

Absolutamente no. Un mismo solar se va a comportar de manera diferente en diferentes pieles. Es decir, un mismo FPS multiplica el tiempo que tu piel es capaz de estar bajo el sol sin quemarse. Ese es un valor personal, con lo cual ahí ya tienes la misma diferencia. Después, un mismo solar aplicado en Finlandia y en Ecuador, no se comporta de la misma manera, porque el contexto en el que se aplica es totalmente diferente. Es decir, no se pueden comparar los usos si el contexto no es el mismo.

Después está en cómo cada uno se lo aplique. Un mismo SPF aplicado correctamente o incorrectamente puede pasar de ofrecer una muy buena protección solar a ofrecer una protección solar inexistente. El tipo de piel también afecta, evidentemente. Si tú tienes una piel muy grasa, esto también va a afectar a la estructura de ese filtro solar, si te lo reaplicas o no te lo reaplicas.