Sanidad regula el uso medicinal del cannabis para tres enfermedades

El cannabis es una droga y como tal su uso está totalmente desaconsejado para la población general. Aunque era un secreto a voces que podía ser útil en algunos casos concretos y sus beneficios superaban los posibles riesgos. Tras constatarse la evidencia científica, Sanidad pone por ley en qué casos es adecuado dispensarla.

Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

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Laboratorio cannabis

El uso medicinal del cannabis se restringe a prescripciones muy controladas.

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El consumo del cannabis es uno de los temas más polémicos que afronta la sociedad en estos momentos. Resulta evidente de que esta planta tiene capacidades útiles para el tratamiento de ciertas enfermedades. Hay un gran número de trabajos científicos que lo atestiguan.

 Y, al mismo tiempo, las autoridades sanitarias no quieren que se les escape de las manos un consumo que claramente es perjudicial para la salud, como confirman otro gran número de estudios.

Es haciendo equilibrios entre estos dos aspectos como el Ministerio de Sanidad ha propuesto en qué casos los médicos pueden prescribir el consumo de cannabis con fines medicinales. El decreto quiere dar amparo legal a una práctica que ya se estaba realizando ampliamente.

Cuándo es adecuado tomar cannabis

Sanidad ha anunciado que la regulación del cannabis medicinal se va a limitar a dispensar fórmulas magistrales en las que se incluirán extractos de los componentes de la planta. Se centra en tres enfermedades en las que en estos momentos hay más evidencia científica sobre sus beneficios:

  • Cáncer: se puede utilizar para paliar el dolor, las náuseas y los vómitos provocados por la quimioterapia.
  • Epilepsia refractaria: son los casos en los que el paciente no ha respondido a los tratamientos previos.
  • Esclerosis múltiple: ayuda en la rigidez y los espasmos que provoca.

La indicación será personalizada y siempre que otros tratamientos previos con otros fármacos no hayan dado resultados. El médico extenderá la receta. No será cualquier médico sino el especialista de la enfermedad que se está tratando.

Tampoco se podrá dispensar en cualquier farmacia. Lo harán las farmacia dentro del hospital que proporciona seguimiento del paciente en colaboración con el equipo médico que le atiende. Es decir, en ningún caso es una puerta abierta al uso indiscriminado del cannabis.

Por qué la ley es tan restrictiva

La ley deja margen para que se pueda ampliar la lista de enfermedades de manera rápida, según se vaya ampliando la evidencia científica. Hay varios estudios en marcha. Por ejemplo, los ensayos indican que probablemente el cannabis puede ayudar en casos de enfermedad inflamatoria intestinal. También hay evidencia de su utilidad en los cuidados paliativos de enfermos terminales.

También se ha de hacer notar que ya existen medicamentos específicos, aprobados que ya incluyen algunos ingredientes del cannabis en su composición. Por tanto, lo que la nueva ley intenta encajar es el uso más personalizado.

Mientras se acaba de aprobar la ley (será oficial a finales de octubre), ya han aparecido algunas críticas. Por ejemplo, se pide que los pacientes tengan más facilidad para acceder a su consumo y que la lista de enfermedades sea ya desde el principio más amplia.

Las autoridades, por ejemplo, también han dejado fuera las enfermedades neurodegenerativas y la endometriosis, el dolor relacionado sobre todo con la menstruación. El parecer médico es que ya hay suficientes tratamientos alternativos y que los efectos perjudiciales del cannabis pesan más en estos casos.

Cuándo es legal y cuándo no

El consumo de cannabis da lugar a confusión. ¿Cómo puede haber mafias y tráfico de esta planta y por otro lado legalizar su consumo? La legislación es compleja. Hay que recordar que el cannabis es una planta y hay diversas variedades con diferentes contenidos de THC, el ingrediente psicoactivo.

Consumir dosis altas de THC puede provocar daños neuronales, trastornos mentales, aumenta el riesgo cardiovascular y bajan las defensas. Además el 10% de los consumidores se vuelve adicto.

La marihuana, que es el nombre coloquial, hace referencia sobre todo a las hojas secas de la planta. El tráfico está totalmente penalizado. El consumo no está penalizado en lugares privados y sí en espacios públicos.

Algunas comunidades dejan tener una o dos plantas para consumo propio. Otras no. La nueva legislación no admite el cultivo propio con fines medicinales, al considerar que no se garantiza la calidad del producto.

No se va a dejar utilizar la flor

En medio de este caos legal, otra de las polémicas está en el uso medicinal de la flor del cannabis. La ley no contempla que se pueda usar, porque prefiere limitarse a extractos de la planta más fácilmente estandarizables.

Los pacientes se quejan de que muchos consiguen alivio más rápido del dolor a través de la flor en vaporizador. La ley es tajante y rechaza cualquier uso inhalado o fumado.

Solo acepta la vía oral, que es la que cuenta con mayor evidencia científica. Aunque no descarta su ampliación de usos si se constata su eficacia.