Las fiestas navideñas han propiciado la proliferación de dos epidemias que están tensando los sistemas sanitarios en España. Una es bien conocida y hasta esperable, la gripe. Lo que ha sorprendido más es el aumento notable de casos de norovirus o virus del estómago, una infección gástrica altamente contagiosa.
Las reuniones familiares y sociales son la causa más plausible de este repentino aumento de casos. El brote está siendo muy significativo en Estados Unidos y ya ha llegado a Europa. Aunque no se dispone de cifras exactas de la afectación, diversas comunidades autónomas, especialmente la zona de Andalucía, han notificado el aumento de consultas médicas relacionadas con síntomas gastrointestinales.
El norovirus es uno de los patógenos más contagiosos. Se estima que entre diez y cien partículas virales son suficientes para infectar a otra persona. Eso hace que se expanda con rapidez una vez se inicia un brote.
En qué consiste la ‘gripe estomacal’
El norovirus entra en el cuerpo a través de los alimentos o al ponernos la mano en la boca y pasa al sistema digestivo, donde se multiplica y provoca una gastroenteritis aguda.
La gastroenteritis, que significa inflamación del estómago, se produce porque nuestro sistema inmune reacciona y para defenderse las células de las paredes del tubo digestivo se hinchan. Es una enfermedad leve y bien conocida.
Popularmente se la ha conocido como “gripe estomacal”, porque es más habitual en los meses fríos, como la gripe, ya que las bajas temperaturas favorecen la supervivencia del virus. Además, coinciden en algunos síntomas, como fiebre y malestar.
Pero el norovirus no tiene ninguna relación con los virus de la gripe. Los otros síntomas más habituales y característicos de la infección son dolor de barriga, vómitos o diarrea.
No existe un tratamiento específico para curar esta infección. Son nuestras defensas las que la eliminarán. El tratamiento, por tanto, se basa en suavizar esos síntomas en lo posible y poner los medios para que el sistema inmune sea lo más eficaz posible.
Cómo evitar el contagio
La prevención es la mejor medida para evitar la propagación del virus. El método es bien conocido, porque es extensible a todo tipo de infecciones gastrointestinales: la higiene.
- Lavarse bien las manos. Recuerda que es lo hemos de hacer con frecuencia y siempre que vayamos a comer o manipular alimentos. Es mejor agua y jabón que gel hidroalcohólico, y no olvides los espacios entre los dedos.
- Desinfectar superficies. Sobre todo en la cocina y la mesa del comedor. El norovirus puede sobrevivir en superficies durante días e incluso semanas. Usa desinfectantes a base de cloro o soluciones de lejía.
- Cocina a conciencia. Si hay riesgo en casa por tener un enfermo, esos días consume pocos productos crudos o poco cocidos. Y lávalos bien sumergiéndolos en agua.
- Evita el contacto con el enfermo. Las personas con síntomas es mejor que estén aisladas hasta dos días después de la aparición de síntomas. Al vomitar puede saltar una alta concentración de partículas víricas. Igualmente, los enfermos no pueden encargarse de cocinar. A buen seguro tendrán virus en las manos y pueden expulsarlos al hablar.
Cómo tratar al enfermo
Las gastroenteritis por norovirus suelen ser benignas. Los niños y las personas mayores, por tener un sistema inmune menos preparado, son las que deben estar más vigilados. El tratamiento se basa sobre todo en dos pilares:
- Hidratación. Es fundamental reponer líquidos. La diarrea o los vómitos pueden provocar deshidratación. Para detectarla, fíjate si el bebé no ha modado el pañal en las últimas tres horas o que llora siempre sin lágrimas. En el caso de personas mayores, la orina es muy oscura o mantiene la boca seca.
- Descanso. El paciente ha de reponer fuerzas y centrarse en la recuperación. Evita cualquier actividad innecesaria.
La infección no suele durar más de dos o tres días. Si persiste o hay signos de deshidratación continua, llama al médico.
No des medicamentos sin consultar al médico o farmacéutico. Al ser un virus los antibióticos no son eficaces. Además, el estómago está delicado y cualquier automedicación oral puede ser perjudicial.
¿Y cómo sé que es el norovirus? Para distinguirlo, hay que acudir al especialista que tome muestras y las analice. De todas formas, el norovirus es responsable del 90% de las gastroenteritis no bacterias. Es decir, casi todas las que no están provocadas por una bacteria. Por tanto, si en esta época y en pleno brote tienes una gastroenteritis, lo más probable es que el culpable sea él.