La frecuencia cardíaca indica el número de veces que nuestro corazón late cada minuto y lo normal es que, en reposo (es decir, cuando no estamos haciendo ningún esfuerzo físico) esté entre los 60 y 100 latidos por minuto en las personas adultas.
No obstante, hay diversos factores que pueden hacer que el número de latidos por minuto varíe, como la edad, los problemas de salud, el estado físico, los hábitos diarios o el nivel de actividad.
Las pulsaciones óptimas
El número de pulsaciones por minuto responde a las necesidades de nuestro organismo en cada momento y está regulado por una parte del sistema nervioso denominado autónomo, con dos tipos de actividad principales:
- El sistema nervioso simpático, que activa y aumenta las pulsaciones
- Y el sistema nervioso parasimpático, que las reduce.
La frecuencia cardíaca depende de diversos factores (la edad, la actividad, el momento del día…) y entre los factores que pueden aumentar el número de pulsaciones están ser fumador, tener enfermedades cardiovasculares, colesterol alto, diabetes u obesidad, el estrés, el calor o el frío, algunos medicamentos (como los antigripales) o la contaminación.
Aunque lo normal, como hemos mencionado, es que la frecuencia cardíaca esté entre 60 y 100 pulsaciones por minuto, se considera que cuantas menos pulsaciones en reposo, mejor.
Se cree que, con una menor frecuencia en reposo, el corazón es más eficiente, y es por ello que los atletas bien entrenados pueden llegar a tener 40 latidos por minuto en reposo.
De hecho, diversas investigaciones realizadas tanto en personas sanas y como en personas con problemas cardíacos indican que aquellas con una frecuencia cardíaca algo menor viven más.
El riesgo de tener las pulsaciones altas
Tener una frecuencia cardíaca alta cuando estamos en reposo puede ser un riesgo para la salud cardiovascular, pero ¿a partir de qué número de pulsaciones?
Un estudio llevado a cabo en 2021 en población española y liderado por investigadores del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) situó en umbral en 70 pulsaciones por minuto en reposo. Por encima de esta cifra, habríaun mayor riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular y de morir.
"De promedio, las personas que tienen 80 latidos por minuto en reposo tienen un 30% más riesgo de morir en los próximos 10 años comparado con las personas que tienen 70 latidos por minuto", aseguró el Dr. Albert Clará, jefe del Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital del Mar y uno de los autores del estudio.
A más pulsaciones más riego para la salud cardiovascular
Los investigadores estudiaron los datos de 10.466 personas que participaron en el estudio REGICOR (Registre Gironí del Cor) a las que se les midieron las pulsaciones tras 5 minutos de reposo mediante un electrocardiograma y se les evaluó su estado de salud regularmente durante más de 10 años.
A lo largo de este periodo, 1.398 personas murieron y 962 presentaron un problema de salud cardiovascular.
Tras analizar todos los datos, vieron que existe una clara relación entre tener más pulsaciones en reposo y un mayor riesgo tanto de desarrollar enfermedades cardiovasculares como de mortalidad.
Es a partir de las 70 pulsaciones cuando el riesgo aumenta y, en concreto, a partir de esta cifra aumenta un 30% el riesgo de muerte por cualquier causa por cada aumento de 10 pulsaciones por minuto.
Cómo medir las pulsaciones por minuto
Puedes medirte tú mismo las pulsaciones en la muñeca de forma fácil siguiendo estos pasos:
- Coloca la palma de tu mano hacia arriba y localiza la arteria radial, en el lado del pulgar de la muñeca, entre el hueso de la muñeca y el tendón.
- Pon las puntas de dos dedos (el índice y el medio) sobre la arteria radial, presionándola ligeramente hasta que sientas el pulso.
- Cuenta el número de latidos que notes en 15 segundos y luego multiplícalos por cuatro para calcular tus latidos por minuto.
Las pulsaciones dan pistas sobre el estado de salud
Las pulsaciones, como el estudio que hemos comentado indica, pueden ser un buen indicador del estado de salud y podrían servir para pronosticar el riesgo de sufrir enfermedades cardiacas o de morir en los próximos años. Así, podría ayudar a establecer programas para prevenir enfermedades que afecten al corazón.
Aquellas personas que tienen una frecuencia cardíaca alta conviene que pongan en práctica medidas que ayuden a reducir el número de pulsaciones para proteger su salud cardiovascular, como evitar el consumo de sustancias estimulantes, aumentar la práctica de ejercicio físico o hacer meditación.