El momento del nacimiento te marca. No es igual ser el primogénito de una familia y nacer en enero que ser el benjamín y nacer en diciembre, por poner los dos extremos.
El mes de nacimiento, por ejemplo, influirá en que seas más activo y estés mejor preparado durante las primeras etapas de estudio. Fíjate que casi ningún futbolista profesional nació en diciembre. ¿Por qué? Sencillamente porque en esos primeros años en que te aficionas al fútbol, los que destacan son los mayores del curso, los que nacieron en enero o febrero. Los entrenadores les prestarán más atención y les darán más opciones.
¿Ocurre los mismo con los hermanos? Diversas investigaciones que han comparado la inteligencia y personalidad de los hermanos mayores, los medianos y los pequeños y apuntan que sí. Unos son más listos que otros. Sin embargo, hay matices importantes.
Cuál es el hermano más listo
Hace casi un siglo que el médico y psicólogo Alfred Adler hizo la primera investigación amplia sobre cómo influye el orden de nacimiento. Su conclusión es que el mayor era el más inteligente y responsable. Lo justificaba por la manera en que los padres trataban a cada hijo. Se vuelcan más en su educación y luego le hacen madurar más rápido al encargarle el cuidado de sus hermanos pequeños.
La investigación de Adler se centró más en la personalidad que en la inteligencia, por la que no ha tenido consenso entre los científicos. Otra investigación llevada a cabo por la Universidad de Oslo (Noruega) en las décadas de los años sesenta y setenta del siglo pasado sí se centró en la inteligencia.
El estudio confirmaba que los hermanos mayores tendían a tener un coeficiente intelectual más alto: 103.2 frente a los 100.4 de los hermanos medianos y los 99 de los terceros hermanos. Sin embargo, como bien sabes, las teorías sobre la inteligencia han variado con los años. Ya no se considera que tenemos una, sino varias inteligencias y el coeficiente intelectual no refleja toda la complejidad del pensamiento inteligente.
La propia universidad noruega publicó en 2007 otra investigación a partir de los datos de 250.000 reclutas del ejército que clarificaba la explicación. Es la estimulación de cada hijo en la familia y no su orden de nacimiento lo que influye. Es verdad que el primer hijo suele recibir más atención, pero en los casos en que es el pequeño el que recibe más tiempo de juego y más interacción, será él el más inteligente.
Cómo eres según el orden de nacimiento
Finalmente, la investigación que se ha considerado más extensa y rigurosa hasta la fecha la llevaron a cabo psicólogos de la Universidad de Illinois en 2014. En este estudio se analizaron datos de 377.000 estudiantes de institutos estadounidenses. El perfil fue muy variado, tanto por clase social como por origen.
Los investigadores concluyeron que hay tres perfiles de hermanos basados en el orden de nacimiento:
- Hermano mayor: suelen ser simpáticos, extrovertidos y ambiciosos. Tienen más iniciativa y reconocían que habían recibido más atención de los padres.
- Hermano mediano: son mejores negociadores y se adaptan mejor a las situaciones de crisis. También son más independientes y pacificadores, con mayor grado de empatía.
- Hermano pequeño: son sobre todo independientes y aventureros. Se debe a que han disfrutado de más libertad y eso también les ha hecho más rebeldes debido a haber tenido reglas más laxas. Han sido más mimados y pueden ser también más egocéntricos.
¿De verdad el orden nos determina tanto?
Puede que no te hayas sentido identificado con estos rasgos. No es extraño. Uno de los aspectos que destaca el psicólogo Brent Roberts, coautor del estudio estadounidense, es que sus datos son estadísticamente significativos pero no se pueden dar por válidos. Hay muchos otros factores que los tergiversan, empezando por la manera de educar en cada casa.
Respecto a la inteligencia, su estudio confirma que los hijos mayores tienen un coeficiente intelectual ligeramente más elevado. Sin embargo, las diferencias son tan pequeñas entre unos hermanos y otros que no se pueden considerar científicamente relevante.
Y ya para acabar de remachar lo difícil que es extraer conclusiones, en 2015 una investigación de la Universidad de Leipzig, en Alemania, rechazó de plano que se puedan extraer conclusiones de personalidad.
Tras analizar más de 20.000 personas de Estados Unidos, Gran Bretaña y Alemania, “no encontramos relación entre el orden de nacimiento sobre y la extraversión, la estabilidad emocional, la amabilidad, la escrupulosidad o la imaginación”, zanjaba una de sus autoras, la psicóloga Julia Rohrer.