Cuando ocurre un ictus, cada minuto cuenta. La rapidez en restablecer el flujo sanguíneo es clave para minimizar el daño cerebral y las posibles secuelas porque la muerte celular cerebral aumenta con cada momento que pasa y, por cada hora de retraso en el tratamiento, el cerebro envejece el equivalente a 3,6 años.
Identificar rápidamente el ictus y actuar con prontitud puede marcar la diferencia entre la recuperación y consecuencias graves a largo plazo. A continuación, repasamos 8 síntomas que pueden alertar de un ictus.
1. Alteraciones repentinas del lenguaje
Las dificultades súbitas en el habla o la comprensión pueden ser indicadores de un ictus. El lenguaje involucra amplias áreas de la corteza cerebral, y puede verse alterado en caso de que haya una lesión cerebral, como ocurre en el ictus.
Hay que buscar atención médica de forma inmediata si notas que tienes dificultades para ordenar o pronunciar palabras simples o si tienes problemas para entender lo que otros dicen.
2. Asimetría facial
La asimetría facial, especialmente en la boca, es uno de los indicadores más evidentes de un posible ictus. Este síntoma está estrechamente relacionado con las alteraciones del lenguaje mencionadas anteriormente.
Hay que pedir ayuda si la boca está visiblemente torcida o caída hacia un lado, si hay dificultad para sonreír de manera simétrica o si hay problemas para articular palabras claramente.
3. Pérdida súbita de visión
La pérdida de visión en uno a ambos ojos que ocurre de manera repentina requiere atención médica inmediata.
Puede ser una señal de alarma de un posible ictus o de otros trastornos, como la migraña, un desprendimiento de retina o una neuritis óptica. En cualquier caso, es el médico quien debe establecer el diagnóstico y es siempre una emergencia médica.
4. Entumecimiento y problemas de movimiento
El ictus afecta al cerebro de dos maneras principales: daña directamente las neuronas cerebrales e interrumpe la comunicación entre el cerebro y los músculos.
Es por ello que un síntoma frecuente es la debilidad y el entumecimiento repentinos que afecta a grupos musculares grandes (brazos o piernas), generalmente ocurre en un lado del cuerpo. Así, pueden ocurrir problemas para mover un brazo o una pierna, hormigueo en la zona afectada o pérdida de sensibilidad.
También puede haber parálisis facial, normalmente en un lado del rostro que aparecerá "relajado" o caído, con sensación de desconexión en los músculos faciales.
5. Alteraciones sensoriales
El ictus puede afectar a cualquier parte del cerebro, incluyendo las responsables del procesamiento sensorial. Esto puede provocar síntomas como alteraciones auditivas, cambios en la percepción táctil, problemas en el olfato o alteraciones del gusto.
Los síntomas sensoriales más comunes son los relacionados con el tacto y con la visión.
6. Pérdida de memoria y desorientación repentinos
El ictus puede afectar a diversas áreas cerebrales y provocar una "reacción en cadena" que altere múltiples funciones cognitivas, como la memoria, la orientación o el procesamiento de información.
Los síntomas cognitivos más frecuentes son la confusión repentina, que puede ir acompañada de desorientación o de pérdida de memoria.
7. Alteraciones de la consciencia
El ictus puede afectar gravemente al estado de alerta y la percepción temporal y causar síntomas como pérdida de la noción del tiempo, alteraciones en la consciencia o síntomas similares a la lipotimia.
La lipotimia se caracteriza por la sensación de estar al borde del desmayo, un vértigo intenso, fatiga extrema, debilidad generalizada y disminución de la actividad nerviosa.
8. Problemas de coordinación
Las áreas cerebrales responsables de la coordinación muscular también pueden verse afectadas a causa del ictus. Esto puede alterar los movimientos automáticos cotidianos, el equilibrio, la estabilidad y la capacidad para realizar tareas motoras complejas.
Busca ayuda inmediatamente si percibes dificultades en la marcha, sensación de inestabilidad al estar de pie o caminar, problemas para mantener una postura erguida, mareos, sensación de vértigo o de que el entorno gira, náuseas, dificultad para realizar tareas que requieren precisión motora o problemas para alcanzar o manipular objetos.
Síntomas que pueden confundirse con un ictus
Hay que tener en cuenta que algunos de los síntomas del ictus pueden tener otras causas. La diferencia suele estar más en la forma y la rapidez en la que aparecen, y, en cualquier caso, será el médico quien lo determine. Estas son algunos de los problemas no relacionados con el ictus que pueden provocar la aparición de los síntomas.
1. Efectos secundarios de medicamentos o enfermedades
Algunos medicamentos que afectan el sistema digestivo o enfermedades neurológicas (como la esclerosis múltiple) pueden originar síntomas neurológicos como los que hemos mencionado antes. Sin embargo, la diferencia clave está en que en el ictus los síntomas suelen aparecer de forma muy repentina y simultánea.
2. Parálisis facial
La exposición a cambios bruscos de temperatura (un "golpe de frío") puede paralizar la cara. En el ictus, no obstante, generalmente hay múltiples síntomas a la vez, no solo parálisis facial.
3. Adormecimiento de un miembro
La compresión de un nervio es una causa frecuente de adormecimiento de un miembro, pero en este caso es algo localizado que desaparece en minutos. En el ictus, en cambio, el adormecimiento es persistente y no tiene una causa aparente de compresión.