La ciencia ha dedicado mucho tiempo y esfuerzo a comprender los mecanismos del envejecimiento y la manera de poder retrasarlo. No hay consenso al respecto. Una amplia mayoría de la comunidad científica coincide en que la vida tiene un límite y no vamos a poder alargarlo más allá de este límite.
De momento, en lo que sí se está avanzando es en las maneras de que al menos tengamos una vida longeva y, más importante, que esos años sean de calidad y que nuestras capacidades sufran la menor merma posible. En este aspecto, se está estudiando a fondo varios mecanismos que parecen íntimamente relacionados con el envejecimiento.
Uno de ellos son los telómeros, los capuchones protectores de los cromosomas, cuya longitud está muy relacionada con el envejecimiento y enfermedades asociadas con la edad. Desde hace unos años, hay otro marcador de tiempo muy prometedor, la proteína klotho.
Qué es la proteína klotho
La molécula klotho es una proteína que se encuentra en diversas partes del cuerpo. No se consigue con los alimentos sino que la crea el propio cuerpo. Principalmente se sintetiza en los riñones y también en el cerebro y algunos otros tejidos.
La relación de la proteína klotho en la regulación del metabolismo y el envejecimiento se descubrió en 1997. El doctor japonés Makoto Kuro-o y su equipo observaron en investigaciones con ratones que la deficiencia de klotho provocaba un envejecimiento más rápido. Cuando había una presencia elevada, la vida de los ratones se prolongaba.
Eso le llevó a bautizarla con el mismo nombre de Cloto, una de las tres hijas de Zeus que, según la mitología, controlaban los hijos que unían los humanos a la vida.
La función principal de esta proteína parece ser la regulación del fósforo y el calcio. También se han identificado propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, lo que ayuda a reducir el daño celular. Esto permite explicar su papel clave en el envejecimiento de los tejidos y de enfermedades crónicas como la diabetes y enfermedades neurodegenerativas.
Cómo nos protege klotho
Las investigaciones sobre klotho no están concluidas ni mucho menos. No obstante, ya hay suficiente evidencia científica para apuntar que puede tener un importante papel en la salud de diferentes órganos:
- Riñones. Dado que se produce en estos órganos parece evidente que juega un papel fundamental en la salud renal. Su deficiencia se ha identificado con envejecimiento acelerado de estos órganos y con mayor riesgo de enfermedades renales.
- Cerebro. Klotho tiene efectos protectores en las neuronas, evitando el estrés oxidativo que provoca su envejecimiento prematuro. En investigaciones con voluntarios se ha observado que las personas con niveles altos de klotho tenían mejor capacidad mental y menos riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer.
- Corazón. La presencia de la proteína se asocia a una menor rigidez de los vasos sanguíneos. Al regular el calcio y el fósforo evita que se calcifiquen. Unos vasos sanguíneos flexibles previenen la hipertensión, ya que la sangre circula con más facilidad, y reducen el riesgo de infartos e ictus.
Además, mejora el metabolismo y previene de enfermedades relacionadas como la diabetes tipo 2. Asimismo, nuevos estudios en animales han corroborado que prolonga la esperanza de vida: los ratones a los que se les suministra klotho viven entre un 20% y un 30% más que los ratones normales.
Cómo podemos aumentar su nivel
A medida que envejecemos, los niveles de esta proteína disminuyen. Si es tan beneficioso, ¿por qué no estamos ya tomando suplementos de klotho? No es tan fácil. Para empezar, los experimentos han sido en laboratorio con animales. Hay que discernir cuáles son los niveles adecuados en las personas. Se ha visto que a partir de cierta cantidad suministrada a los ratones, los beneficios se estancaban y ya no había mejoras.
Tampoco se dispone de hoy de un suplemento aprobado. Hay farmacéuticas trabajando en ellos y a la espera de que se establezcan esas cantidades adecuadas. Todo indica que serán dosis inyectables.
Tener una rutina de ejercicio aumenta los niveles de la proteína klotho en adultos de mediana edad.
ISTOCK
De momento los más afortunados son ese 20% de las personas que, según las investigaciones, tiene genéticamente unos niveles elevados de la proteína, lo que les asegura mejores capacidades de memoria y razonamiento a medida que envejecen.
El resto también tiene opción de sintetizar más klotho. Hay varias maneras:
- Haciendo ejercicio. Un estudio del doctor Francis Amaro, profesor de Fisiología en la Universidad de Granada, demostró que una rutina de ejercicio aumenta los niveles en adultos de mediana edad. Su recomendación es practicar entrenamiento HIIT, que consiste en ejercicios muy intensos en periodos breves.
- Dieta saludable. Algunos estudios apuntan que la dieta rica en antioxidantes y baja en fósforo (reduciendo lácteos, carnes y primando vegetales y productos frescos) puede ayudar a mantener los niveles adecuados.
- Restricción calórica. Investigaciones en animales han probado que reducir la ingesta de calorías aumenta la expresión de klotho y prolonga la vida. Esto coincide con la experiencia. Las personas con dietas pobres en calorías viven más años.