En España nos acercamos al millón de personas que padecen alguna demencia, sobre todo el alzhéimer. Las enfermedades neurodegenerativas son uno de los mayores retos a los que se enfrenta la medicina actual.
Todo indica que estas cifras van a duplicarse en los próximos veinte años si no se encuentran soluciones eficaces para retrasar su avance. Ya es la segunda causa de preocupación de salud entre la población, solo por detrás del cáncer. En la tercera edad ya es directamente la máxima preocupación.
Aumenta la longevidad, pero a qué precio si uno de cada diez mayores de 65 años se ve afectado por el alzhéimer. El rayo de esperanza es que hay muchas investigaciones en marcha y aunque no se han dado con soluciones definitivas, ya hay mucho más conocimiento para poder hacerle frente.
Coincidiendo que el 21 de septiembre es el Día Internacional del Alzhéimer, el doctor Josep Mari Argimon, director científico de la Fundación Pasqual Maragall, ha repasado en rueda de prensa con Saber Vivir y otros medios los avances en prevención y detección.
Por qué no se cura aún el alzhéimer
El alzhéimer se ha investigado muy poco hasta épocas recientes. Ha habido poca ciencia y eso se nota muchísimo. “Fíjate en la comparación con el cáncer, por ejemplo. Verás que lo que gasta la sanidad pública en tratamientos de cáncer es enorme y lo que supone de gasto para las familias es muy poco”, explica el doctor Argimon.
Con el alzhéimer es al revés. A la Sanidad le cuesta muy poco. Por la sencilla razón de que no tiene mucho que hacer. No tiene cura y los gastos son ayudar a reducir otros problemas que puedan aparecer. Por ejemplo, que si se suma una depresión al alzhéimer.
Pero el verdadero coste lo asumen las familias cuidando del enfermo en casa, mientras se va deteriorando poco a poco. Es una situación que hay que ayudar a revertir. ¿Por qué no se había invertido? Por desconocimiento. No se sabía lo que era y se creía que era algo que te toca al azar y ya no se puede hacer nada.
Se veía el alzhéimer como una consecuencia natural inevitable del envejecimiento. Hoy sabemos que no es así. “El 41% de los que llegan a los 90 años tienen alguna forma de demencia -apunta el doctor Argimon-. Pero en otros 59% de los casos no es así. Por tanto, puedes envejecer bien.”
Podemos retrasar el alzhéimer
Si llega, de momento no hay cura. Pero se puede frenar. Podemos retrasar la llegada del alzhéimer. Los factores de riesgo, de hecho, son muy similares a los que nos encontramos con los riesgos del corazón. “Cada vez tenemos más claro que los mismos factores que dañan el cerebro dañan el corazón”, dice este especialista.
La gente tenemos muy presente lo que has de hacer para proteger el corazón. No somos tan conscientes de que también te ayudarán a prevenir el alzhéimer.
- “No dejes de fumar solo por el riesgo cardiovascular. También deja el tabaco en favor de tu cerebro”, pide el doctor.
- El colesterol, la diabetes, el sueño, el sedentarismo son factores que sumados ayudan a prevenirlo.
- También el aislamiento social. “Tendríamos que acostumbrarnos a recetar vida social igual que prescribimos ya ejercicio físico”, añade.
“Cuidando la dieta y los estilos de vida podríamos evitar el 40% de los casos de alzhéimer”, asegura.
Por tanto, cuando los médicos aconsejan que hagamos ejercicio y nos cuidemos hemos de dejar de pensar que lo hacemos solo por el cuerpo. Pensemos que también lo estamos haciendo por la salud de nuestra mente.
Las mejoras en detección
El cambio en la prevención no es el único giro importante que ya ha dado la investigación sobre el alzhéimer. También se ha mejorado la detección.
“Hoy tenemos unos biomarcadores que se pueden detectar a partir de un análisis de sangre que ya nos avisarán de la presencia de la enfermedad”, apunta el doctor Argimon. Nos permite una detección precoz que puede ser muy útil.
El alzhéimer, a diferencia de otras enfermedades, tarda mucho en dar los primeros síntomas, porque el cerebro es muy plástico y le permite adaptarse. Es solo cuando hay mucha neurodegeneración que comienzan los síntomas.
Con la detección precoz y la prevención podemos tener ya dos herramientas importantes. Y las investigaciones en medicamentos también están aumentando. “Hay una revolución del abordaje de la enfermedad que veremos en muy pocos años”, añade el doctor.
Se encontró una primera solución que por primera frenaba la enfermedad, el lecanemab. Se ha prohibido en Europa por tener demasiados efectos secundarios. Pero hay otros 164 ensayos clínicos en marcha.