Después de que la DANA arrasara con todo a su paso por Valencia, los epidemiólogos ya alertaron de que era muy probable que viéramos brotes importantes de infecciones. Los cálculos son de que un 25% de quienes participen en las tareas de limpieza acaben infectándose.
El motivo es que el barro que queda se ha formado con aguas fecales al desbordarse las alcantarillas. Estas aguas contienen muchos microorganismos infecciosos.
Por fortuna, la mayoría son virus y bacterias leves, que provocan problemas gastrointestinales. Se producen cuando bebemos agua contaminada o nos ensuciamos con el barro y luego nos llevamos las manos a la boca.
Pero entre estos virus y bacterias también está el de la leptospirosis. No era esperable un gran brote, sin embargo la Consejería de Salud de la Generalitat valenciana ya ha anunciado dos primeros casos.
Qué es la leptospirosis
La leptospirosis la produce una bacteria que puede provocar una enfermedad más seria, aunque no es tan fácil el contagio. Esta bacteria se encuentra en el organismo de algunos animales, sobre todo las ratas. Se contagia a partir de la orina del roedor. Contamina el agua que luego pasa al barro.
Si hemos dejado la comida en una zona de barro contaminado o no nos hemos lavado bien las manos después de haber limpiado se puede producir el contagio.
La leptospirosis tarda más en aparecer. Una gastroenteritis aparece entre uno y tres días después. La leptospirosis se incuba y no surge hasta entre 5 o diez días más tarde. Por eso es probable que los dos infectados sean del primer grupo que ayudó a limpiar cuando no se habían divulgado suficiente todas las medidas preventivas.
Sus síntomas son fiebre, tos seca, dolor de cabeza, diarrea, vómitos y dolor muscular. No son muy diferentes a otras infecciones intestinales. Es importante detectarla a tiempo. Si se tarda en iniciar el tratamiento es cuando pueden surgir problemas serios, como daños en el hígado, los riñones o los pulmones. En situaciones excepcionales podría provocar la muerte.
Cómo se trata esta enfermedad
El tratamiento es el habitual contra las bacterias. Hay antibióticos eficaces que ponen fin a la infección: penicilina, doxiciclina, entre otros. Por eso, lo principal es que el médico pueda hacer un buen diagnóstico y recetarlo lo antes posible para maximizar su efectividad.
También hay que mantener una buena hidratación puesto que es fácil que con los vómitos se pierda líquido. En los casos más graves, en personas con las defensas débiles, por ejemplo, o con una infestación de bacterias muy grande suele ser necesario un control hospitalario.
Algunos signos que pueden alertarnos de que es leptospirosis y no una infección más débil son: una orina más oscura, una tos persistente, dificultades para respirar, erupciones en la piel o rigidez de cuello.
La Consejería de Salud valenciana ha explicado que las dos personas contagiadas por el momento eran voluntarios que hacía tareas de limpieza y desescombro en dos de los municipios afectados. “Ambas presentan buena evolución clínica y una está ingresada en un centro hospitalario”, añadía el comunicado.
Cómo se puede prevenir estas infecciones
Uno de los primeros problemas que han surgido en la ola de solidaridad que siguió a la DANA es que muchas personas desconocían todos los posibles riesgos, tanto entre los voluntarios como entre la población afectada. Así se empezaron a hacer las tareas de limpieza sin las medidas adecuadas.
Entre estas medias es fundamental llevar botas de agua y guantes, tener cuidado de no tocarse nunca la cara mientras se están haciendo las tareas de limpieza. Ni siquiera si llevamos guantes, porque los microorganismos se quedan pegados a los guantes y van a contagiarnos igual. Luego, lavar todo a 60 grados mínimo.
Tampoco había mucho conocimiento de que las bacterias no solo están presentes en el agua contaminada, sino también en el lodo que ha quedado. Y en cuanto al agua, hay muchos municipios en los que el agua corriente todavía no es potable. Las autoridades sanitarias debaten incluso si se puede autorizar el agua hervida o solo embotellada.
El uso de mascarillas es también recomendable, aunque aquí tampoco los expertos se ponen de acuerdo. Según el doctor Martín Moreno, catedrático de Salud Pública en la Universidad de Valencia, la mascarilla es imprescindible.
El epidemiólogo Oriol Mitjà cree que es recomendable pero no imprescindible, puesto que es molesta. Para el epidemiólogo Salvador Peiró la recomendación será a partir del momento en que todo ese lodo contaminado se convierta en polvo seco y lo arrastre el viento.
La leptospirosis no es la única infección que preocupa. Puede haber casos de tétanos, hepatitis A y plagas por mosquitos o cucarachas. Las autoridades sanitarias han de seguir vigilantes.