Ana Molina, dermatóloga: “Es un error bañarte cada día y más hacerlo con agua caliente. No estamos tan sucios y el agua caliente te quita demasiado bien la grasita natural de la piel”

Los baños o duchas diarios no son buenos ni necesarios. Los médicos insisten en ello. Hay que limpiarse con lógica. “No estamos tan sucios como para bañarnos a diario”, advierte la dermatóloga Ana Molina.

Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

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chica bañándose

El baño diario, especialmente con agua muy caliente, no es recomendable.

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La piel es nuestra primera barrera de protección frente a las infecciones de todo tipo. Sin ella estaríamos a merced de todo tipo de microorganismos perjudiciales, algunos de ellos que ya están instalados en nuestro cuerpo a la espera de una oportunidad para entrar en el cuerpo.

Por eso está bien tener una buena higiene y no permitir que esos microorganismo proliferen en nuestro cuerpo. Sin embargo, nuestra piel también ha sabido protegerse. Forma una capa lípida (de grasa) y convive con una bacterias que sí nos son beneficiosas.

Esa capa y esa microbiota la podemos hacer desaparecer al bañarnos muy a menudo y de modo incorrecto. Por eso cada vez hay más médicos y pediatras que aconsejan frenar la costumbre del baño diario.

Los errores al bañarse cada día

La Organización Mundial de la Salud ha señalado que lo recomendable sería bañarse cada tercer día. Eso sí, no bañarse el cuerpo entero no significa no mantener una buena higiene.

Podemos tener una limpieza más frecuente de las zonas con mayor sudoración y que provoquen olor, como ingles, axilas y pies.

Insistiendo en esta línea se ha expresado la dermatóloga Ana Molina, que ha comentado los dos errores más frecuentes que cometemos al bañarnos o ducharnos:

  • Poner el agua muy caliente. “No estamos tan sucios y el agua caliente te quita demasiado bien la grasita natural de la piel”, advierte la doctora Molina.
  • Utilizar jabones con pH muy alcalinos. “La piel no tiene un pH neutro como muchos creen. La piel tiene un pH ligeramente ácido, en torno a 5.5”, recuerda. No tiene sentido limpiar con un pH tan lejano al de tu piel. “Va a limpiar demasiado bien”, añade.

Ni niños ni adultos necesitan baño diario

También los pediatras se han sumado a esta campaña para no insistir tanto en el baño diario. Un hábito muy extendido, porque ese los niños se ensucian mucho y porque el baño calma antes de irse a dormir.

No se debe bañar al bebé todos los días, lo ideal es que se bañen cada dos o tres días”, ha comentado la pediatra Lucía Galán.

Hay un informe de la Universidad de Harvard muy contundente. Indica que este hábito reseca e irrita en exceso la piel. Favorece las infecciones cutáneas y reacciones alérgicas especialmente en niños.

La doctora Sara Carrasco, de la Academia Española de Dermatología, también nos insiste en que en ningún caso es necesario una ducha diaria. Tampoco en adultos. Aunque admitía que todo depende de las actividades que se realicen y las necesidades de higiene.

Cómo contrarrestar los efectos del baño

Por tanto, limpieza sí, pero con lógica. Procurando no dañar esa protección natural de la piel. En ese sentido, otros consejos para minimizar los daños son:

  • Evita el uso de esponjas y lávate con la mano. En primer lugar porque la esponja permanece húmeda y es un foco de bacterias. Y procura no frotarte demasiado en zonas que no estén especialmente sucias.
  • Si te bañas, no te quedes en exceso en el agua. Es mejor una ducha que un baño y que no dure más de dos o tres minutos.
  • “Es un error bañarse cada día, pero lo ideal para mantener intacta la barrera protectora es con agua templada, ni fría ni hirviendo”, explica la doctora Molina.
  • Otra cosa es el baño de agua helada, que va bien para los músculos. Los beneficios para la piel son más limitados y sin evidencia científica. Puede estimular la producción de colágeno.
  • Elige oleogeles, que aportan una capa extra de hidratación mientras limpian. O jabones sindet, los jabones sin jabón que venden en farmacias.
  • Hidrata tu piel después para recuperar la grasita que has perdido”, añade la dermatóloga. Es el mal menor, ya que “lo único que haces es poner grasa artificial donde tenías tu grasa natural”, concluye.

Qué pasa con los baños de verano

En verano se suda más y por tanto podemos tener más necesidad de bañarnos. Además acudimos a las piscinas y a la playa.

Es una situación especial. El agua de la piscina tiene exceso de cloro y otros productos químicos que pueden dañar la piel. Por eso es aconsejable pasar por la ducha inmediatamente después.

En el caso del agua del mar, la sal puede provocar irritación y también es conveniente ducharse. No obstante, son duchas rápidas y sin jabón.

No tanto por el agua como por el sol, en esta época hemos de ponernos cremas hidratantes con filtros para ayudar a proteger la piel.