Grandes, pequeñas, redondas, alargadas, violeta oscuro, rayadas... Tipos de berenjena hay muchos, pero todos tienen en común su riqueza en agua y también en fibra (lo que las hace un alimento muy apropiado para combatir el estreñimiento).
Pero no es la única propiedad de esta hortaliza de la familia de las solanáceas (a la que pertenecen, también, vegetales que a simple vista puedes no relacionar, como el tomate o la patata).
- La berenjena es, además, rica en potasio y pobre en sodio, una combinación que la hace especialmente indicada en caso de sufrir hipertensión. Su fibra también ayuda a "barrer" el exceso de colesterol en sangre.
- También contiene nasunina, la sustancia responsable de su característico color violeta que, además, la dota de propiedades antioxidantes. Se ha visto que este tipo de antiocianinas son buenas especialmente para la salud del cerebro, porque protegen las membranas de las neuronas.
- De entre los minerales, destaca su contenido en calcio (que reduce el riesgo de osteoporosis) y hierro (muy útil contra la anemia).
Así puedes reducir su amargor
Pese a todas estas propiedades, hay quienes se resisten a incorporarla a sus menús por su ligero toque amargo. Pero puedes eliminarlo fácilmente de la siguiente manera:
- Pon las berenjenas en remojo en agua y un puñadito de sal gruesa durante media hora. Después, enjuágalas bien.
- Este sencillo gesto, además, facilita que la pulpa absorba menos aceite al cocinarlas.