Las dudas más comunes sobre la diabetes resueltas por dos expertos

A pesar de que la diabetes es una de las enfermedades con mayor incidencia en la sociedad actual, lo cierto es que todavía existen dudas y malentendidos al respecto. Estas son las respuestas a las preguntas más frecuentes.

Dra. Ana Bellón
Dra. Ana Bellón

Médico de familia y experta en Nutrición

Dr. Francisco Marin
Dr. Francisco Marín

Médico de Atención Primaria

Actualizado a

Medir glucosa

La diabetes es una enfermedad metabólica crónica que se caracteriza por niveles elevados de glucosa en la sangre.

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Sin duda, la diabetes es una de las enfermedades con mayor incidencia en la población a nivel mundial. Basta con echar un vistazo a las cifras que recoge la 10ª Edición del Atlas de la Diabetes de la Federación Internacional de Diabetes (FID), las cuales revelan que 537 millones de adultos viven actualmente con diabetes en todo el mundo, de los cuales, se estima que en España se encuentran unos 5 millones, lo que representa un 14,8% de su población.

Estas cifras, ya de por sí preocupantes, aún lo son más si tenemos en cuenta que supone un incremento de un 42% desde 2019. Y lo peor es que se prevé que la tendencia siga al alza.

¿Es una enfermedad solo de adultos?

Mucha gente tiende a pensar que la diabetes es una enfermedad propia de personas que ya han cumplido los 50 años. Ahora bien, puede que esto fuera así en el pasado, sin embargo, la radiografía de la sociedad actual muestra que la diabetes no solo afecta a este colectivo. Es un hecho que en los últimos años se está viviendo un aumento en el número de casos en edades tempranas, incluso entre los adolescentes, lo cual tira por tierra tal afirmación y nos obliga a buscar los motivos de este nuevo escenario.

Una de las principales razones que explican este preocupante panorama es que actualmente, los niños llevan una vida mucho más sedentaria (ven más televisión, juegan más a consolas en lugar de salir a la calle...) y siguen una peor alimentación, en la que las grasas saturadas y los azúcares tienen una presencia que antes no tenían.

Estos nefastos hábitos llevan a muchos de jóvenes hacia la obesidad, lo cual propicia la aparición de la diabetes. Una diabetes que, en muchos casos, se podría haber evitado si no hubieran llevado ese tipo de conductas. 

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Por tanto, controlar la dieta y hacer ejercicio es esencial para prevenirla. Pero también ayuda a evitar que vaya a más cuando es incipiente, e incluso cuando ya se tiene que recurrir a la medicación estos hábitos ayudan a responder mejor al tratamiento.

Es muy conveniente poner en práctica este tipo de medidas preventivas, ya que, a largo plazo, el exceso de glucosa siempre provoca complicaciones como por ejemplo, daño en las arterias y a los vasos sanguíneos (de los ojos, los riñones, el corazón).

¿Es bueno hacer ejercicio?

El ejercicio es uno de los factores fundamentales no solo para controlar la diabetes sino también para mejorar otras patologías asociadas que con frecuencia presentan las personas que la sufren, como la obesidad, la hipertensión o la hipercolesterolemia.

Los beneficios del ejercicio son múltiples, ya que aumenta la utilización de glucosa por el músculo, mejora la sensibilidad a la insulina y reduce las necesidades diarias de insulina o permite disminuir la dosis de antidiabéticos orales.

Además, ayuda a controlar el peso, a regular la tensión arterial y los niveles de colesterol, reduce la incidencia de enfermedades cardiovasculares y mejora el bienestar psíquico.

Cualquier tipo de ejercicio es bueno y, si bien es cierto que en el caso de la diabetes clásicamente se ha recomendado ejercicio aeróbico (caminar, bicicleta, correr, nadar...), las recomendaciones recientes consideran también el beneficio del ejercicio anaeróbico o de resistencia (pesas, carrera tipo sprint de corta duración, etc.).

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En cuanto a la alimentación, actualmente no se aconseja una dieta específica para personas con diabetes (las recomendaciones son las mismas que para las personas sin diabetes). Lo fundamental es seguir los principios de la dieta mediterránea.

Sí existen recomendaciones específicas en caso de que además de la diabetes exista hipertensión (reducir la sal), hipercolesterolemia (reducir las grasas) u obesidad (controlar el aporte de calorías). El secreto está en variar los menús y en intentar adaptarlos a lo que come toda la familia.

¿Qué tipo de ejercicio es el más adecuado?

En primer lugar, partimos de la idea de que lo más conveniente es el ejercicio de intensidad moderada. Ahora bien, ¿qué actividades se consideran moderadas? Cuando notas que tu respiración tiene un ritmo acelerado, pero sin llegar a quedarte sin aliento, esa intensidad es moderada.

Comenzar a practicar ejercicio de forma cómoda, suave, es lo más recomendable en estos casos. Es importante que no genere un cansancio excesivo ni la aparición de agujetas u otros efectos secundarios "invalidantes" que empujen a abandonar las buenas intenciones a las primeras de cambio.

Te interesa aumentar la intensidad de forma progresiva, pero continuada. Y es que la constancia es más importante que la intensidad excesiva limitada en el tiempo.

Yendo a lo práctico, según las guías médicas, practicar actividad física al menos 3 veces a la semana, en sesiones de 30-45 minutos, es suficiente. Eso sí, también dicen que si en lugar de 3, son 5 o 7; y en lugar de 30 practicamos deporte 45 minutos o una hora por sesión, mejor que mejor.

¿La cirugía bariátrica ayuda?

Efectivamente, la cirugía metabólica es mucho más que una "intervención quirúrgica". Además de que permite bajar de peso porque reduce la capacidad del estómago y la absorción del intestino (para ello se utilizan diversas técnicas elegidas según el caso), tras esta cirugía se modifican las hormonas intestinales (incretinas) y los ácidos biliares.

De este modo, en muchos casos corrige la resistencia a la insulina característica de la diabetes tipo 2.

Asimismo, con las técnicas de cirugía bariátrica aplicadas a pacientes con diabetes 2, cambia el comportamiento de dos hormonas relacionadas con el apetito:

  • Disminuye la producción de grelina y eso hace que desaparezca la sensación de hambre continua.
  • Mejora el funcionamiento de la leptina, aumentando el gasto metabólico y permitiendo una mayor quema de calorías.
  • Además, se suele restituir la microbiota intestinal (los gérmenes buenos que habitan nuestro intestino y que digieren los alimentos que ingerimos).

Esta intervención tiene otros efectos beneficiosos sobre la salud más allá de los estrictamente relacionados con el peso, como:

  • la resolución o mejoría de la hipertensión arterial,
  • el colesterol alto (dislipemia),
  • la apnea del sueño,
  • problemas de artrosis,
  • o el hígado graso.

Por todo ello, la cirugía metabólica es un paso al futuro y está indicada en pacientes incluso con obesidad grado I (con un índice de masa corporal superior a 30) y que no pueden controlar su diabetes tipo 2.

Los datos nos dicen que consigue la remisión completa en más del 80% de los pacientes, eliminando la dependencia de la insulina.

¿Qué es el índice glucémico y para qué sirve?

El índice glucémico (IG) es una medida que se utiliza para cuantificar los carbohidratos de los alimentos, no por su número de calorías sino en función de cómo afectan a nuestros niveles de azúcar en la sangre tras la digestión. Una medida que deben tener muy en cuenta las personas que sufren diabetes.

El grupo de alimentos más recomendable es el que tiene un índice glucémico menor a 55. Si un alimento tiene un índice mayor a 70 significa que eleva los niveles de glucosa rápidamente. Esto puede ser perjudicial, especialmente para las personas diabéticas, porque puede provocar una subida brusca de la glucemia. En cambio, los productos con un índice glucémico bajo producen una absorción más pausada.

pan integral

Hay una serie de alimentos de los que es mejor no abusar como el azúcar, la miel, el pan blanco, el puré de patatas y el arroz blanco porque tienen un índice glucémico elevado. En cambio, el pan integral, el arroz integral y las legumbres lo tienen bajo. En general, los alimentos refinados y procesados suelen tener mayor índice glucémico que los productos integrales.

Hay que tener en cuenta que el IG de un alimento depende del tipo de azúcar del carbohidrato y de su almidón pero también:

  • De cómo lo combines: no es lo mismo consumir el alimento de forma aislada que dentro de una dieta mixta. Si comes un bocadillo de pan integral y queso manchego, la combinación con un alimento rico en grasas y proteínas reduce el IG global. La fibra también lo hace disminuir.
  • Cómo lo prepares: si cueces demasiado la pasta, las patatas o cualquier otro cereal, su IG aumenta. Asimismo, este valor cambia según se trate de un alimento fresco, enlatado o procesado.
  • Tu metabolismo: el índice glucémico de un alimento puede ser diferente para cada persona, dependiendo de cómo asimile su organismo los carbohidratos.

¿Se pueden comer zanahorias en caso de diabetes?

Mujer mordiendo zanahoria

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Esta hortaliza es un alimento muy recomendable para los diabéticos... siempre que la coman cruda. ¿Las razones? Entre otras cosas, porque consumiéndola de ese modo estás tomando buenas dosis de vitamina C sin necesidad de acudir a fruta que quizá pudiera tener más azúcar.

En crudo, además, el índice glucémico (IG) es bastante bajo y, consecuentemente, los niveles de azúcar en sangre se mantendrán mucho más estables. En cambio, si la cueces, su IG sube, es decir, sus azúcares pasan más rápidamente a la sangre, algo que no te interesa.