Dieta flexitariana: qué dice la Clínica Mayo de la última moda en nutrición que conquista las redes sociales

¿Te has replanteado alguna vez si la dieta que llevas es la más saludable posible? El consumo habitual de carne no solo aparece como un indicador de riesgo en la salud, sino que supone graves consecuencias para el planeta. Por eso, la dieta flexitariana toma más importancia que nunca.

Celia Perez León
Celia Pérez León

Redactora especializada en salud y nutrición

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dieta flexitariana

La dieta flexitariana reduce el consumo de carne, consiguiendo ofrecernos así grandes beneficios para el corazón y la salud en general. 

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La clínica Mayo es clara en lo que respecta al consumo de carne. La mayoría de los estadounidenses (y este dato puede trasladarse sin complicaciones a otros países del primer mundo) consumen más caloría de la necesaria de sus dietas. Para un adulto, la media se ubica en uno 50 g diarios.

El principal problema es de dónde obtenemos esta proteína. Habitualmente, de la carne, que solemos comer más de una o dos veces a la semana. Y no es necesario consumir con tanta regularidad este tipo de alimentos. Hay otras opciones, tanto de origen vegetal como de origen animal, que brillan por su ausencia en nuestra dieta, y que, sin embargo, son parte esencial de una dieta flexitariana. Y los estudios lo dejan claro: esta podría ser una mejor alternativa para nuestra salud.

 

¿En qué consiste una dieta flexitariana?

Cuando hablamos de alimentaciones alternativas siempre mencionamos dos. La vegana, que es aquella en la que no se consume ningún alimento de origen animal (ni huevo, ni leche, ni miel, por ejemplo) o la vegetariana, que elimina la carne, pero deja espacio para otros alimentos de origen vegetal, como el queso, la leche o el huevo. También hay versiones del vegetarianismo que aceptan el consumo de pescados y mariscos.

En cualquier caso, ante estas dos alternativas “más radicales”, existe una alternativa que equilibra salud, ecologismo y adaptación a la vida diaria: la dieta flexitariana.

Esta empieza por una reducción paulatina del consumo de carne hasta casi su extinción, sin eliminar otros productos de origen animal como ya los mencionados, el pescado o el marisco.

Esta reducción puede hacer que la carne llegue a desaparecer casi por completo de nuestra dieta, mientras sustituimos su aporte proteico por otros alimentos que, como explican en la Clínica Mayor, son imprescindibles para la salud, como las legumbres.

De esa forma, conseguimos adoptar una dieta semivegetariana, o flexitariana, en la que se alcanza el equilibrio nutricional de fuentes más saludables, dejando de lado la carne, pero sin olvidarnos de ella para siempre.

Beneficios de llevar una dieta flexitariana

Los profesionales de la Clínica Mayo lo dejan claro: la alimentación flexitariana ha demostrado disminuir el riesgo de enfermedades cardíacas y otras afecciones crónicas. Así que, ¿por qué no ser más flexible y comenzar a disfrutar de los beneficios de una dieta rica y variada?

Si estás pensando en reducir tu consumo de carne y abrazar la dieta flexitariana, estos son los principales beneficios que aportará a tu vida:

  • Mejora de la salud cardiovascular. Una dieta rica en frutas, verduras, legumbres y granos enteros, como la flexitariana, tiende a ser baja en grasas saturadas y colesterol, lo que conlleva una mejor salud arterial y una disminución en el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
  • Control del peso. Los alimentos vegetales, por norma general, tienen menos calorías por volumen que los de origen animal, lo cual puede ayudar a controlar el peso y a prevenir la obesidad. La fibra presente en este tipo de alimentos, además, promueve una sensación de saciedad más duradera, que puede conducir a una reducción en la ingesta calórica.
  • Reducción del riesgo de diabetes tipo 2. Las dietas ricas en vegetales, como la flexitariana, tienden a tener un bajo índice glucémico, lo cual puede mejorar la sensibilidad a la insulina, ayudando a mantener los niveles de glucosa en sangre más estables.
  • Mejora de la salud digestiva. La alta cantidad de fibra que se encuentra en este tipo de dietas promueve una digestión más saludable y una mayor regularidad intestinal. Los prebióticos presentes en muchos alimentos vegetales favorecen también una microbiota intestinal saludable.
  • Impacto en el medioambiente. La dieta flexitariana tiende a ser más sostenible que aquella que se basa principalmente en productos de origen animal, por lo que contribuye a la reducción de la huella ecológica, disminuyendo la demanda de producción intensiva de animales.