Namasté, Asana, Chakra: te aclaramos los conceptos básicos del yoga para ponértelo más fácil

El mundo del yoga es tan completo que, incluso, tiene un vocabulario propio. Los términos que se emplean proceden del sánscrito (lengua clásica de la India), algo, por otro lado, totalmente lógico, ya que esta disciplina milenaria tiene sus raíces en la India. En concreto, las primeras referencias al yoga se han datado en torno al año 1500 a.C.

Palabras como Namasté, asana o pranayama forman parte del yoga y se pronuncian con toda naturalidad en cualquier clase de yoga. Tanto es así, que lo habitual cuando asistes a tus primeras prácticas es que te sientas algo perdida e incluso incómoda. No te preocupes. En dos o tres sesiones, a fuerza de escucharlas varias veces, te habrás familiarizado con ellas sin problema. 

Ahora bien, para acelerar este pequeño proceso de aprendizaje, y también para entender mejor qué significan algunos de los principales términos, hemos preparado esta breve guía con los conceptos básicos del yoga. 

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Namasté

“Namas”, quiere decir “reverencia, inclinarse”, y “te” significa “ti”. Por lo tanto, namaste (o namasté) significa “te saludo” o “te reverencio”. 

Al principio y final de cada clase, lo habitual es que el profesor salude a sus alumnos diciendo "Namasté" con las manos unidas a la altura del pecho e inclinando la cabeza, a lo que los alumnos responden del mismo modo. Se trata de un saludo, un acto de respeto mutuo en el que el profesor y los alumnos se reconocen y muestran su respeto y agradecimiento. 

Asana

Este término es el que hace referencia a las posturas que componen la práctica del yoga. Todas ellas, independientemente del estilo o rama del yoga al que pertenezcan son asanas. 

Si te fijas, los nombres de las posturas incluyen la palabra asana. Por ejemplo, tadasana, balasana, padmasana, virabhadrasana... Son términos que se pueden descomponer en dos y así comprender su significado. Así, tadasana es la postura de la montaña o balasana es como se denomina la postura del niño.  

La mayoría de los nombres de las posturas se tomaron de la naturaleza, son plantas o animales que de algún modo se asemejan a la postura. Estos son algunos de los nombres procedentes de la vegetación, vrska (árbol), padma (loto); de insectos, la langosta (salabha); de animales acuáticos, el pez (matsya), la tortuga (kurma), aves; o de cuadrúpedos: perro, camello (ustra).

Tengan el nombre que tengan, las asanas son el vehículo que nos lleva del mundo físico al espiritual. De hecho, parte del argot del yoga es decir, "entrar y salir" de la postura. Esto es así, porque la práctica de cada postura afecta a unos chakras o centros de energía haciendo que el prana (energía) circule de nuevo por los nadis (canales) que recorren nuestro cuerpo y que suelen estar bloqueados.

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Pranayama

Tan importante como las asanas es el pranayama. Este término hace referencia al control de la respiración. La palabra se compone de “prana” (energía o fuerza vital) y “yama” (control) o “ayama” (liberación). Por tanto, “prana-yama” significaría “control de la respiración” o “restricción de la respiración”. 

Existen infinidad de ejercicios de pranayama que podemos hacer, siempre con la guía del profesor, para obtener distintos beneficios. Así, la respiración completa o diafragmática, aquella que realizamos con el diafragma, es la más eficaz para desbloquear la energía vital y ayudar a que se reequilibre. 

Según sus efectos y beneficios los ejercicios de pranayama se pueden clasificar del siguiente modo:

• Purificantes: Douti, Anunasika, Nadi Shodana.
• Estimulantes: Kapalabhati, Bhastrika, Ujjayi.
• Refrescantes: Shitali.
• Regenerativos: Surya bheda, Kumbaka, Samavritti

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Mantra

Puede que hayas escuchado alguna vez la expresión: "repetir como un mantra". Bien, esta expresión tiene su origen en los mantras del yoga, palabras o frases que se repiten con un fin o una intención determinada, normalmente para entrar en un estado de meditación.

Pero ¿qué es exactamente un mantra? Como decíamos, son palabras o frases (no son oraciones), cuya repetición origina una vibración que afecta de una manera determinada al sistema nervioso. La idea es recitar un determinado mantra poniendo toda nuestra atención en ello. 

El mantra más conocido es Om. Se suele cantar al inicio y al final de cada sesión de yoga. Cuando se pronuncia correctamente es realmente A-U-M. AUM consiste realmente de cuatro sílabas: A, U, M, y la sílaba silenciosa. Se trata de un sonido sagrado de gran importancia espiritual en el hinduismo y, por tanto, en la práctica de yoga. Además, por otro lado, cuando lo pronunciamos se produce una vibración que proporciona calma y ayuda a entrar en el estado de meditación.  

Chakra

La palabra “chakra” deriva del sánscrito “cakra”, que significa rueda, haciendo alusión a la espiral de energía que reside en cada localización de los chakras.

Existen 7 chakras principales que forman una línea recta desde la base de nuestra columna hasta la coronilla. Cada uno de los chakras corresponde a un color único y es responsable de ciertas funciones fisiológicas y emociones. Además, cada chakra es un punto de cruce de los canales de energía que recorren nuestro cuerpo. Se llaman nadis, y se calcula que hay más de 72.000, aunque los más importantes son dos, Ida y Pingala.

La práctica de asanas, de pranayama o de cantos de mantras ayudan a mejorar el fluyo de la energía a través de los chakras, permitiéndonos sanar desde dentro nuestros desequilibrios físicos, emocionales y espirituales.

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Mudra

¿Has visto la típica imagen de alguien sentado en la postura del loto con las palmas de las manos unidas? Ese gesto de los manos, es un mudra. Este, en concreto, se llama Anjali Mudra. 

Los mudras son gestos que hacemos con nuestras manos con el objetivo de desbloquear nuestros canales energéticos.

Las manos al igual que los pies tienen cientos de miles de terminaciones nerviosas, que activadas de forma consciente pueden generar cambios a nivel psicológico, físico y energético.

Existes muchísimos mudras. Si meditas o practicas yoga, seguro que los utilizas, tal vez sin ser consciente. El mudra más conocido y usado es el Gyan Mudra, ya que es la posición de las manos que se utiliza habitualmente en meditación. Consiste en unir el dedo índice y el dedo pulgar. Gyan Mudra estimula la conexión física, mental y espiritual, y también favorece la calma y la receptividad.