En una época de buenos sentimientos como la Navidad, solemos sentirnos mejor. ¿Es una percepción o es algo real, tangible y con evidencia científica?
Pues es cierto y muy cierto. El amor y las emociones positivas tienen un impacto sanador en nuestro cuerpo y nuestra mente. Esto lo han podido demostrar las investigaciones hechas en el campo de la psiconeuroinmunología, que estudia la relación entre el cerebro, las emociones y nuestras defensas.
El amor cura. Seguro que ya lo imaginabas. “Pero hoy en día, con la investigación que existe, tenemos ya un soporte claro para mostrar lo que intuitivamente tenía tanto sentido”, explica el doctor Mario Alonso Puig, experto en inteligencia emocional y neurociencia.
Cómo ayuda a curar el amor
“Cuando tratas bien a una persona, la tratas con afecto, tanto tú, como esa persona e incluso las personas que están viendo esa escena liberan una hormona que se llama oxitocina”, ha explicado el doctor en redes sociales.
La oxitocina es una de las hormonas más populares, puesto que es neurotransmisor del amor y la felicidad. Se señala por sus beneficios de bienestar mental y se sabe menos de esos otros beneficios en el bienestar físico.
“La oxitocina protege el corazón, protege el sistema cardiovascular y mejora el funcionamiento del sistema inmune”, explica el doctor Puig.
El sistema inmune responde mejor cuando estamos en un estado emocional positivo porque hay menos inflamación. “Cuando sentimos amor o alegría, las células defensivas como los linfocitos T funcionan mejor, ayudando al cuerpo a combatir infecciones y enfermedades”, añade.
Frena el dolor y protege el corazón
“Cuando tú tratas bien a una persona, si esta persona tiene un dolor, ya sea mental o físico, se reduce el dolor, porque hay una liberación de péptidos opiáceos endógenos”, dice el doctor Puig. Es decir, se libera de manera natural un tipo de morfina interna que reduce el dolor.
De ahí la expresión, el dolor cura todos los males. Y no solo eso. Como señala el experto, es un excelente cardioprotector:
- Las emociones positivas como el amor reducen la frecuencia cardíaca. El afecto sincroniza su actividad con el sistema nervioso. Esta coherencia cardíaca reduce la presión arterial, mejora la oxigenación celular y ayuda al equilibrio hormonal.
- Mejora el revestimiento de los vasos sanguíneos, previniendo enfermedades cardíacas. Además la oxitocina es un vasodilatador natural. Mejora la circulación sanguínea y disminuye el riesgo de que se produzcan taponamientos, causantes de ictus e infartos.
- La aparición de la oxitocina también contrarresta al cortisol, la hormona del estrés, relajándonos, frenando la tensión alta y la inflamación crónica. Una presión arterial equilibra es esencial para reducir el riesgo de enfermedades como hipertensión e infarto. Varios estudios han confirmado que el contacto social beneficiaba a las personas estresadas.
También mejora la longevidad
“Cuando las personas sentimos que les importamos a los demás, que no les somos indiferentes, también se alargan los telómeros”, apunta el doctor Puig. Los telómeros son unas terminaciones en el núcleo de nuestras células que protegen el ADN. “Los telómeros predicen en gran medida la longevidad”, añade.
Estos telómeros se reducen a medida que la células van duplicándose y envejeciendo. Si se mantienen largos, se evita el envejecimiento prematuro. O dicho de otro modo, hay más opciones de vivir más años. Los telómeros largos es como tener un manantial de eterna juventud.
Las emociones positivas también disminuyen el estrés oxidativo que daña a las células. Y, como hemos dicho, reducen la inflamación crónica, que es corresponsable de ese envejecimiento celular.
Se ha demostrado con diferentes estudios científicos que quienes mantienen relaciones afectivas sólidas, con familiares y amigos, gente que te importa y a la que importas, hay muchas más posibilidades de vivir más años. La soledad es un factor de riesgo de muerte prematura.
Por lo tanto, amar, sentirnos amados y conectar con los demás no solo nos hace más felices, sino también más sanos y longevos. Recuérdalo estos días: abrazos, caricias o incluso la compañía de una mascota estimulan la liberación de oxitocina, reduciendo el cortisol y promoviendo mejor salud.