Comerse el coco es algo que todos hacemos en algún momento. Las dudas, los remordimientos y las obsesiones nos atrapan en una espiral de pensamientos que, en lugar de ayudarnos, nos complican la vida aún más. Sin darnos cuenta, nos enredamos en preocupaciones que a menudo no tienen tanto que ver con la realidad, sino con la forma en que las interpretamos. Y lo peor es que, cuantas más vueltas le damos, más difícil parece encontrar una salida.
La psicóloga Júlia Pascual, especializada en terapia breve estratégica, conoce bien este fenómeno. En su libro No te comas el coco. 10 psicosoluciones para salir de las trampas de la mente (Vergara), explora cómo nuestros pensamientos pueden jugar en nuestra contra, llevándonos a sobre analizar, anticipar problemas inexistentes o castigarnos con pensamientos negativos. A lo largo de sus páginas, desmonta esas trampas mentales y ofrece estrategias para recuperar el control, dejando claro que muchas veces el problema no es lo que sucede, sino cómo lo procesamos.
¿Qué hace que este libro sea diferente de otros en su campo?
Este libro está escrito con un lenguaje persuasivo, sugestivo, hipnótico, y a través de cuatro casos diferentes de pacientes reales, junto con una escritura muy precisa, busca que la persona viva un proceso de transformación. A través de las palabras, esas historias que leerá deben tocarle el corazón y acallar sus propios comecocos. Es un libro muy trabajado, no solo técnicamente, sino que también es transformador, de intervención.
Creo que he conseguido parir, de verdad, un libro que, aparte de ofrecer la teoría, mientras se la transmito, también transforma al lector hacia un camino hacia la paz mental. Los psicólogos tenemos muchas herramientas y, de hecho, el paciente viene a consulta para decir: "Oye, tengo este problema, cámbiame". Pero siempre presenta una resistencia al cambio, es como si viniera y dijera: "Cámbiame, pero sin cambiarme".
¿En qué consiste la Terapia breve estratégica?
La terapia breve estratégica, y en palabras de Arthur Clarke sería una tecnología lo suficientemente avanzada que en sus efectos no se distingue mucho de la magia. Esta es la magia del libro, basarse en esta terapia. A través de las palabras y de indicaciones raras, extrañas, ilógicas, muchas de ellas paradójicas, buscamos que el paciente salga de las trampas de la mente para que se ancle en su vida. Le ayudamos a que afronte el miedo de mirar a la cara ese problema para que desaparezca.
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Es una prescripción paradójica: si no puedes dejar pasar el pensamiento trampa, utilizas la paradoja de aumentarlo para disminuirlo. De manera que el lector, involuntariamente y sin darse cuenta, encontrará esas ganas de poner en práctica lo que le da miedo hacer.
¿Cómo explicas esa tendencia de la mente a buscar el control, incluso cuando nos causa más ansiedad?
Las personas, para buscar seguridad, queremos controlarlo todo. Pero la mente funciona constantemente sin nuestro control. Nos autoengañamos, creemos que pensamos lo que queremos pensar. Pero, cuando la mente nos lanza un pensamiento involuntario y disruptivo, una imagen involuntaria, una duda, nos asusta. Es algo que aparece de manera espontánea e involuntaria, y nos asustamos porque vivimos en una sociedad donde buscamos el control y pensamos: "¿Cómo estoy pensando esto?".
¿Cómo nos atrapa la mente cuando empezamos a analizar demasiado un pensamiento?
El problema comienza cuando, al no venir de nuestro control, empezamos a preguntarnos "¿por qué estoy pensando esto?", y ese "por qué" nos lleva a la trampa de la mente de la parálisis por sobre análisis. Podemos caer en el por qué o rápidamente intentar no pensar en lo que estamos pensando. Y si intento no pensar en algo, ya lo estoy pensando.
¿Cómo nos afecta el sobrepensar, y qué consecuencias puede tener en nuestra vida diaria?
Sobrepensar puede afectar la salud física y mental. Las personas que sobrepiensan suelen experimentar insomnio, contracturas en el cuerpo e incluso una sensación constante de estar agotados. Cuando el pensamiento se convierte en una obsesión, nos desconectamos del presente, y esto puede llevarnos a bloquearnos.
La mente está constantemente en conflicto con nosotros, y si no aprendemos a gestionarla, nos controla. Hay que aprender a equilibrar los pensamientos y no dejar que la ansiedad y el miedo se apoderen de nosotros.
¿De qué manera esa parálisis afecta nuestra mente?
Intentar no pensar en algo es ya pensarlo. Y esa es la primera trampa en la que caemos. Los seres humanos, o bien empezamos a preguntarnos el "por qué" y caemos en el bloqueo de la acción, o bien intentamos no pensar en algo que no sabemos por qué estamos pensando. Entramos en un círculo vicioso. Nos lanzamos a un combate con la mente en el que intentamos neutralizar el pensamiento negativo con pensamientos positivos. Y lo que estamos haciendo es generar tensión y ansiedad.
¿Existen perfiles más propensos a pensar demasiado o a tener pensamientos negativos?
El sobre pensar es un elemento central de la gran mayoría de problemas psicológicos, y todos lo experimentamos alguna vez. En el libro explico cómo detectar tu propio "comecocos" y te ofrezco herramientas para gestionarlo. Algunas personas pueden funcionar más como fóbicos, queriendo evitar pensar, y otras más como obsesivos, intentando racionalizar todo de manera excesiva. Para los obsesivos paranoicos, que se creen las profecías catastróficas, también ofrezco técnicas.
¿Pensar demasiado siempre es perjudicial?
Pensar demasiado, sea en positivo o negativo, es malo. Pensar demasiado en positivo puede incluso convertirse en un cuadro maníaco si no se equilibra con el pensamiento negativo. La clave está en encontrar un balance entre los dos lobos, que me los imagino jugando al pilla pilla en la mente. Está el lobo blanco -positivo- y el lobo negro -negativo-. Ambos deben coexistir sin generar angustia o ansiedad. Deben de estar en armonía.
¿Cómo influye el equilibrio entre pensamientos positivos y negativos?
Si te concentras únicamente en lo positivo, debes tener cuidado. El ojo del lobo blanco, ese pequeño punto que aparece en su mirada, es negro. Esto simboliza que, aunque busquemos lo bueno, siempre hay un componente de negatividad. Por otro lado, en el lobo negro, si se trabaja adecuadamente, también puede surgir algo positivo. Siempre que haya equilibrio entre ambos, como el yin y el yang.
¿Por qué es importante equilibrar nuestras emociones?
Existen técnicas para que aprendamos a bloquear la respuesta a los pensamientos trampa para así inhibirlos. Pero antes de intentar eliminar los pensamientos negativos involuntarios que no podemos evitar, a veces necesitamos activar el lobo negro, el cual hemos mantenido reprimido. Este lobo negro también necesita su espacio y, cuando lo dejamos aullar, contribuye a un equilibrio que favorece nuestro bienestar.
¿Por qué muchas personas sienten que su mente es su enemiga?
Las personas que vienen a terapia conmigo sufren, piensan y luego siguen sufriendo, y tienen la percepción de que su mente es su enemiga, porque siempre les está mostrando cosas negativas o les sabotea constantemente. La mente no es nuestra enemiga, pero hay que saber gestionarla.
Los estudios dicen que un 80% de lo que pensamos lo percibimos como negativo. Esto no ocurre porque la mente nos quiera hacer daño, sino porque está demasiado bien hecha para garantizar nuestra supervivencia.
Si la mente no quiere hacernos daño, ¿por qué genera tantos pensamientos negativos?
Los pensamientos negativos sobre el futuro buscan que planifiquemos y prevengamos posibles accidentes, y cuando nos lanza pensamientos hacia el pasado, es para reflexionar sobre si lo hemos hecho bien, para aprender y poder vivir mejor en el presente. Pensar es inevitable, pero sobrepensar es opcional. Reflexionar de manera voluntaria nos permite ordenar nuestras ideas y proyectarnos hacia un futuro con más ilusión.
¿Es el miedo un factor que influye en este patrón de sobrepensamiento?
El miedo es una de las emociones centrales que nos lleva a sobrepensar. Cuando evitamos enfrentarnos a nuestros miedos, estos se incrementan. Si miramos al miedo a la cara, lo superamos, pero si lo evitamos, solo crece. Vivimos en una sociedad que promueve la evitación del miedo, pero la verdadera libertad y salud mental se encuentran en aceptar la incertidumbre y asumir el riesgo. El miedo bien gestionado puede ser nuestro aliado, pero el miedo evitado nos lleva a la parálisis y a la compulsión.
¿Cómo puede la escritura terapéutica ayudar en la gestión de los pensamientos compulsivos?
La escritura terapéutica ayuda a procesar los pensamientos al ponerlos en papel. Pensar mentalmente es peligroso porque no nos damos cuenta de cuánto estamos sobrepensando. Al escribir, podemos ordenar las ideas, tomar distancia y evitar quedarnos atrapados en un ciclo repetitivo. Escribir nos ayuda a reflexionar de manera estratégica y a tomar acción. Además, cuando escribimos, logramos un efecto de saturación, nos cansamos de la actividad, eso nos permite digerir esos pensamientos y dejarlos atrás, evitando que nos bloqueen. Es una forma de liberarnos de la rumiación y de conectar con el presente.
¿Es posible vivir con estos pensamientos sin buscar ayuda profesional?
Es posible, pero si no tomas acción, es probable que con el tiempo te afecte más. Si sigues sin gestionar tu mente, otras personas, por ejemplo las narcisistas, tomarán las riendas por ti. La clave está en asumir que pensar es inevitable, pero sobrepensar es opcional. Si no te atreves a tomar las riendas de tu vida, el entorno o las influencias externas lo harán por ti.
No podemos evitar el cambio, y si no hacemos nada por nuestra salud mental, probablemente empeorará. Es fundamental que busques ayuda, a través de un proceso psicoterapéutico donde va a incluir una o varias de las técnicas que explico en el libro.