Con el comienzo del año hacemos muchos propósitos de mejora y repasamos qué ha pasado en el año que dejamos atrás. La memoria nos suele jugar malas pasadas. Es fácil que en este contexto no estemos satisfechos y que nos veamos a nosotros mismos como víctimas de las circunstancias.
El doctor Mario Alonso Puig, reconocido especialista en inteligencia emocional y desarrollo personal, ha explicado el daño que puede ocasionar este tipo de pensamiento. Victimizarse es una actitud que puede ser comprensible en determinadas ocasiones. Pero no podemos usarlo como justificante.
“Es un error pensar que no tener las circunstancias adecuadas todo lo determina”, dice. Eso no solo no es cierto, sino que nos atrapa en un ciclo negativo que nos impide avanzar y mejorar nuestro bienestar.
¿Por qué nos victimizamos?
Victimizarse es “la solución más fácil”, explica el doctor Puig. Supone adoptar la postura cómoda, el papel pasivo y la falta de capacidad ante las adversidades. Es decir, sentir que todo lo que nos pasa está fuera de nuestro control. Somos espectadores de nuestra propia vida, porque las circunstancias nos superan.
El doctor ha analizado este tipo de conducta y explica que puede deberse a varias razones. Es común que sea por experiencias traumáticas o falta de herramientas emocionales para lidiar con estos pensamientos.
Incluso pueden tener un origen aprendido. La actitud de nuestros padres pueden habernos llevado a imitarlos o interiorizar sus consejos como verdades inamovibles: “es voluntad de Dios”, “así lo ha querido el destino”…
No podemos dejarnos llevar por esta actitud, porque la victimización provoca una sensación de impotencia y amargura, muy dañina para nuestra autoestima. Además, va unida a elevados niveles de estrés y ansiedad.
Las circunstancias no lo son todo
El doctor Puig deja claro que culpar a las circunstancias es un error. Lo ha ejemplificado fácilmente: “Qué pasa con esas personas que con las mejores circunstancias no les va bien las cosas; o que pasa con aquellas personas que con las peores circunstancias sí les va bien, y tendemos a ignorarlas.”
Como es mucho más fácil sentirse víctima, nos apuntamos al derrotismo, a ver los escollos del camino y decidir que la mejor opción es pararnos en la cuneta y no querer avanzar más.
Para este médico la solución pasa por cuatro pilares. Sin embargo, antes que nada, es reconocernos en esta actitud. Tenemos que ver que realmente estamos victimizándonos y asumir que estamos siguiendo este patrón que ha descrito.
Es esencial darse cuenta de que estamos atrapados en un círculo dañino y creer que hay posibilidades de cambiarlo.
Las claves para superar la victimización
Aquí tienes las cuatros estrategias que propone:
- Acepta la responsabilidad. Unido a lo dicho antes, una vez asumes que te victimizas, hay que aceptar que es culpa nuestra. Somos nosotros los que decimos que las circunstancias son insalvables. No hemos probado de salir de este bache, así que no sabemos con seguridad que realmente son insalvables. No las controlamos las causas, sí controlamos cómo responder.
- Cambia la forma de pensar. No te centres en lo que falta o va mal. El doctor Puig sugiere enfocarse en la mínima oportunidad. Te has de decir: “Mira, no sé si lo conseguiré, pero desde luego voy a poner todo lo que esté en mi mano para conseguirlo”. Ante este cambio de actitud, este especialista es tajante: “Antes o después lo consigues”. Lo dice asegurando que su propia experiencia lo ratifica.
- Desarrolla la resiliencia. El doctor ya advierte que no siempre se consigue a la primera. Por eso, para no volver a caer en la actitud inmovilista y derrotista, hemos de fortalecer la resiliencia. Ya sabes que la resiliencia es la capacidad de enfrentarnos a las adversidades. Una forma de hacerlo es rodearte de personas positivas.
- Practica la gratitud. Dedica un tiempo a pensar en las cosas positivas de la vida. Dedica un poco de tiempo cada día, antes de acostarte o al levantarte (según si eres más matutino o vespertino). Dar gracias por lo bueno que te ha pasado te ayudará a llenar el cerebro de pensamientos positivos. Haz un esfuerzo por encontrar esas cosas buenas, porque siempre las hay. Por ejemplo, el café de primera hora o una galleta puede ser placeres que agradecer.
La opinión de los grandes psicólogos
Muchos grandes pensadores de la psicología ya han tratado este tema y coinciden en las ideas que aporta el doctor Puig. Por ejemplo, Martin Seligman, fundador de la Piscología Positiva, ya sostenía que aprender el optimismo es clave para evitar caer en los patrones de la victimización.
Según Seligman, hay que cambiar el “estilo explicativo”; es decir, la manera en la que interpretamos los acontecimientos de nuestra vida. Una buena idea es buscar un propósito claro, una meta concreta y trabajar sobre ella. Eso aumenta la sensación de control y dirección.
Otro experto, Brené Brown, especialista en vulnerabilidad, destaca la importancia de abrazar nuestras emociones en lugar de ignorarlas. Propone que aceptemos nuestras experiencias con compasión y evitemos la autocrítica excesiva.