Mario Alonso Puig: "Equivocarse no es fallar, es una oportunidad para volver a empezar”

Enfadarnos con nosotros mismos y criticarnos por nuestros errores puede afectarnos no solo psicológicamente, también daña nuestra salud. El doctor Alonso Puig nos da pistas para que redirijamos esa línea de pensamiento de un modo mucho más sano y constructivo.

Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

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chicas felicitándose

Hay que cambiar el discurso del error para enfocarlo en el agradecimiento y el aprendizaje.

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Como todos, yo voy a equivocarme un montón de veces”, acepta ya de entrada el doctor Mario Alonso Puig, uno de los máximos divulgadores de salud en nuestro país. Las equivocaciones son inevitables. Nadie acierta todos los días todo el rato. Es así porque es imposible tener control de todo lo que te rodea.

Como mucho, se puede decir que triunfa en un ámbito el que tiene un porcentaje más alto de aciertos que de errores. O aquel que consigue que sus errores tengan la menor repercusión posible.

Lo que no puedes hacer es convertir esos errores en tu castigo.  “Lo último que hay que hacer es autoagredirnos”, ha explicado el doctor Alonso en sus redes sociales. “Es esencial sabernos tratar a nosotros mismos.”

El error más grande al equivocarnos

Lo que no hemos de hacer es castigarnos con nuestros propios pensamientos destructivos. Ese sí es un gran error que no tenemos que cometer. El doctor Puig pone ejemplos de frases habituales: “es que no aprendo”, “con la edad que tengo debería saberlo…”.

Lo que hay que hacer es tomar conciencia del fallo. Podemos admitir que alguna cosa no ha salido como esperábamos. Pero ya está. Lo que nos diremos es: “la próxima vez voy a hacerlo mejor”.

Cuanto más nos castiguemos menos nos corregiremos”, asegura este experto. Lo que buscamos no es un castigo, como si fuéramos niños malos. No nos hemos portado mal. Lo que hay que buscar es corregir. Aprender de la experiencia para hacer cambios.

Mira, me he equivocado, me hubiera gustado hacerlo de otra manera; hoy tengo un nuevo comienzo, hoy tengo una nueva oportunidad”, ejemplifica el doctor. De manera natural, vamos a ver que cada vez es más sencillo enfocar los errores de esta manera. Una manera proactiva y productiva.

Cómo nos mejora la gratitud

No pensemos que estas agresiones verbales que nos hacemos son simplemente palabras y que no tienen una implicación en el cuerpo. La Clínica Mayo de Rochester, en Minnesota, y que está considera uno de los mejores hospitales del mundo, ha estudiado a fondo el tema de la crítica y el valor contrario: la gratitud.

Esta clínica ha mostrado que la gratitud mejora el funcionamiento del sistema cardiovascular”, dice el doctor Puig. “Imaginemos la importancia que tiene para una persona que tiene patología cardiovascular, hipertensión o arritmias”.

¿Por qué explica esto el doctor Puig? La gratitud no es simplemente dar las gracias mecánicamente cuando te dan el cambio en una tienda. La gratitud tiene unas implicaciones mucho más profundas.

Si eres una persona amable que agradece siempre, tu cerebro se llena de esa amabilidad. Tus pensamientos están enfocados en sentirte contento y agradecido que son pensamientos positivos. No ocupas la mente con ideas negativas que aumentan la presión sanguínea y que aceleran la producción de cortisol, la hormona del estrés.

Cómo ser compasivo con nosotros

Esa gratitud ha de empezar por uno mismo. “Recuerda que ser compasivo contigo mismo es fundamental para tu bienestar”, apunta el doctor Puig. Has de estar contento de ser quien eres. Aceptarte con tus defectos. Hay que recordar que nadie es perfecto. Es así, aunque a veces lo olvidemos y pensemos que somos los únicos que nos equivocamos.

Por lo tanto, hemos de ayudar a nuestra mente a tratarnos bien cuando esto no ocurre. Te damos cuatro consejos útiles:

  • Cambia el discurso: tal como apunta el doctor Puig, es fundamental convertir el discurso de crítica en lección de aprendizaje.
  • Ten un diario: donde apuntarás cada día tres cosas por las que te sientas agradecido. Puede ser algo tan simple como que te haya salido bien una receta o el haber dado un buen consejo a una amiga. Esto puede ayudarte a enfocar en la positivo.
  • Medita sobre lo bueno. Las personas con problemas de respiración agradecen una bocanada de aire. Fíjate que la alegría y la gratitud pueden estar en eso. Una simple puesta de sol es digna de que nos sintamos agradecidos de haberla disfrutado. Practica este flujo de pensamiento especialmente en los momentos de crisis, cuando cuesta más.
  • Expresa tu gratitud hacia los demás. Al agradecer cualquier detalle que tengan contigo te sentirás mejor con esa persona y especialmente contigo mismo por sentirte digno de este gesto por parte de otro.