Una vez más, la microbiota se revela como el lugar donde hallar las respuestas a muchas de las patologías que aquejan a la población mundial. En esta ocasión, investigaciones recientes han revelado que los simbióticos (una combinación de probióticos y prebióticos) son una herramienta prometedora para tratar la irritabilidad y otros problemas emocionales que afectan a una buena parte de los adultos con déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y trastorno límite de la personalidad (TLP).
Ahora bien, ¿de cuántas personas estamos hablando? Es decir, ¿cuál es la prevalencia actual de TDAH en adultos? Se estima que este colectivo suma unos 366 millones de adultos en todo el mundo, lo que equivale aproximadamente a la población de Estados Unidos. Una cifra preocupante en sí misma, pero que todavía lo es más si tenemos en cuenta su tendencia al alza. Una trayectoria que muchos atribuyen a la tecnología, y en concreto, al mal uso de las redes sociales.
un problema creciente
Uno de los síntomas del TDAH es la irritabilidad. Hasta ahora, los tratamientos no han conseguido mejorar este síntoma, el cual suele aparecer junto con otros problemas emocionales, como por ejemplo, la impulsividad. De hecho, se estima que alrededor del 70% de los pacientes con TDAH y TLP sufren este tipo de problema, algo que afecta a su día a día, sobre todo, a sus relaciones personales, tanto en el ámbito laboral como doméstico. Incluso, en los casos más graves, los expertos señalan que la irritabilidad puede llegar a ser un síntoma tan persistente que incluso aumente el riesgo de suicidio.
Control de las emociones
Este avance científico es fruto de la conclusión del primer ensayo clínico que se realiza con un simbiótico, el cual combina un conjunto de bacterias con azúcares que les sirven de nutrientes, para comprobar la reducción de los niveles de irritabilidad y la mejora del control emocional en los pacientes con estos trastornos psiquiátricos.
¿En qué consistió el trabajo? La investigación, publicada en Brain, Behavior and Immunity, e impulsada por el grupo de psiquiatría, salud mental y adicciones del Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR) y el CIBER de salud mental, revela el potencial de los probióticos en estos casos. Este mismo grupo de trabajo, ya había llevado a cabo un ensayo en el que se evidenciaba que el perfil de la microbiota intestinal de las personas diagnosticadas con TDAH es diferente.
Descripción del estudio
En la investigación participaron un total de 180 pacientes con edades comprendidas entre los 20 y los 65 años. En el grupo había 113 casos con TDAH, 44 con TLP y 23 con las dos patologías. Además, tenían en común que todos presentaban síntomas de irritabilidad, y la mayoría tomaba otros tipos de medicaciones.
La mitad de la muestra recibió placebo y la otra, un simbiótico compuesto por cuatro tipos de bacterias (probiótico) y un conjunto de azúcares que son nutrientes para el crecimiento de las bacterias (prebiótico).
Al cabo de diez semanas, los investigadores observaron una reducción de los niveles de irritabilidad en el 11% de los pacientes (19 casos). Lo más interesante es que dentro de este grupo, el 79% había tomado el simbiótico y el 21%, placebo.
Unos sí, y otros no
A la luz de los porcentajes registrados, la pregunta que surge es ¿por qué unos pacientes reaccionaron a los simbióticos, mientras que otros mantuvieron intactos sus niveles de irritabilidad. Según los investigadores, la respuesta está influenciada por las condiciones inflamatorias de base de cada individuo.
Después de estudiar la relación entre el éxito de la terapia y los niveles de algunas moléculas del sistema inmunitario, estiman que con niveles bajos de la molécula RANK-L en sangre hay mayor inflamación de base que puede afectar al cerebro. En este caso, los simbióticos podrían ayudar a reducir la inflamación y, por lo tanto mejorar los síntomas.
seguir investigando
Actualmente, existen cuatro medicamentos para el tratamiento psicológico y farmacológico habitual del TDAH. Está comprobado que son muy útiles contra la hiperactividad, pero su eficacia respecto a síntomas de irritabilidad es más baja.
Por esta razón, la idea es, en primer lugar, seguir analizando y sacando el máximo partido a los datos obtenidos en el estudio, aumentar la muestra de pacientes y extenderlo a otras patologías que provoquen desregulación emocional.