Cuando apareció el proyecto Genoma Humano, a finales del pasado siglo, cambió la medicina. Se había conseguido secuenciar todo nuestro ADN. A partir de ahí se han resuelto muchas incógnitas sobre enfermedades genéticas y orígenes de tumores. Y se continúan descubriendo nuevos aspectos de nuestra biología.
Pero ese hito no lo explicaba todo. Hay otra parte fundamental. Cómo algunas partes de esa secuencia de ADN se van activando y se crean un tipo de células u otras. Esa otro historia ya tiene respuesta. Un consorcio formado por 3.600 de científicos de más de cien países se puso en marcha hace ocho años para identificar todos los tipos de los 37.000 millones de células que componen el cuerpo humano.
Este gran atlas celular se está completando. Se están empezando a publicar los primeros estudios. El de las células de todo el aparato digestivo, en el que han participado científicos españoles, es uno de ellos. ¿Cómo va a transformar ahora la medicina?
En qué consiste el atlas de las células
En el núcleo de cada una de nuestras células está toda nuestra herencia genética. A partir de unas primeras células madre, las células se van encargando de diferenciarse y especializarse. Eso lo hacen con los ARN mensajeros. Son los que parten del ADN y le dicen a esa célula que proteínas va a crear y para qué va a servir.
Así unas se convierten en células de la piel, del hueso, de la placenta y del aparato digestivo, por ejemplo. Luego, estas también se especializan en unas tareas concretas dentro de su órgano. De momento, se han publicado todas los diferentes tipos de células de estos órganos.
Estamos todavía en un primera fase. Los científicos participantes se dividieron el trabajo en 18 órganos y sistemas biológicos y cada equipo va a ir publicando el mapa celular de su parte.
En sucesivas tandas se publicarán las del resto del cuerpo. “Es un hito que marca un gran salto adelante en nuestra comprensión del cuerpo humano”, ha descrito la doctora Sarah Teichmann, de la Universidad de Cambrigde, y una de las coordinadoras del proyecto.
Qué va a aportar este estudio
Puede resultar sorprendente que los científicos no supieran las células. ¿Qué estudian si no? Eso es como preguntar a un geógrafo si conoce todos los detalles geográficos del planeta. Es imposible. Se necesitaba un atlas que los agrupara y que permitiera ir a buscar un dato o comparar la estructura celular de un órgano.
“Este mapa busca comprender cómo las células cambian a lo largo de la vida, cómo se alteran en el contexto de las enfermedades, cómo interactúan entre sí, qué las hace diferentes según el órgano o tejido, e incluso descubrir tipos celulares hasta ahora desconocidos”, ha explicado la investigadora Beatriz Mateos, del laboratorio vasco Integrative Genomics, a la agencia SMC España.
Por ejemplo, al analizar las células que forman los huesos y los cartílagos (los tejidos que recubren las articulaciones y protege los huesos), han descubierto grupos de células diferentes y que podrían ser claves para conocer por qué aparece la artrosis.
Una de las cosas más importantes que proporciona este atlas es que se han investigado las células de personas sanas. Los científicos tenían muchos análisis celulares de personas con enfermedades, que es a la gente que más se estudia. Ahora también tienen al detalle cómo es el sistema celular de una persona sana.
Qué se ha descubierto ya
Y ya está empezando a dar resultados. Por ejemplo, al comparar el tejido intestinal de personas sanas y personas con problemas digestivos han visto que hay un tipo de células madre alteradas en las personas con enfermedad inflamatoria intestinal (la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn).
Este mapa del aparato digestivo nos va a dar una información importantísima y no solo para estudiar los problemas digestivos. Hay que recordar que está también muy implicado en todo el sistema inmune. El saber cómo interactúan unas células inmunes con otras va a permitir entender mejor qué lleva a que aparezcan estos procesos inflamatorios. La inflamación es una reacción defensiva de nuestras células.
Para obtener el mapa de las más de un millón de células que hay en la boca, esófago, estómago, intestino grueso y delgado, y colon, han intervenido especialistas de varios países. Entre ellos estaban los científicos del instituto Idibaps, del Hospital Clínic de Barcelona.
“Estamos construyendo un mapa detallado de las células gastrointestinales y sus funciones -resumía la investigadora Mateos-. Este avance representa un progreso significativo para toda la comunidad científica dedicada al estudio de enfermedades intestinales, fortaleciendo nuestro conocimiento y abriendo nuevas posibilidades para mejorar el diagnóstico, tratamiento y evolución de estas patologías”.