Las células grasas o adipocitos son un tipo de células especializadas encargadas de almacenar la energía que luego puede utilizar nuestro cuerpo para realizar sus funciones. Esta energía se almacena en forma de grasa.
En general, hay dos tipos de estas células grasas, diferenciadas por su color: las células marrones o pardas y las células blancas. Estas células blancas son las más comunes en los adultos. Son las típicas con las que se forma nuestro tejido adiposo, los michelines, por ejemplo.
Las células pardas son más comunes en los bebés. Les dan calor y es muy útil para conservar la temperatura. Cuando los bebés crecen este tejido adiposo marrón se pierde en su la mayoría.
Hay además un tercer tipo de células, menos común y conocido, y que se creía que no todos los adultos tenían: las células grises. Ahora una investigación internacional, encabezada por la Escuela Politécnica de Zúrich, en Suiza, ha podido demostrar no solo que casi todos tenemos células beige, sino que pueden sernos muy útiles para controlar el peso y riesgo diabetes.
Las células beige adelgazantes
Las células grasas beige sí son bien conocidas por los especialistas. Se sabía que pueden ayudar a mantener el cuerpo caliente aunque no de modo tan eficiente como las células marrones en los bebés. En los adultos están distribuidas entre medio de las células adiposas blancas, en especial en la zona de los hombros y el cuello.
Lo que han descubierto estos investigadores internacionales es que hay un tipo de células beige diferente. “Este nuevo tipo de células beige juegan un papel importante en el metabolismo energético y tienen un efecto positivo sobre las enfermedades metabólicas y la obesidad”, ha explicado el doctor Anand Sharma, bioquímico y coautor del estudio.
Estas células de grasa beige ayudan a descomponer el exceso de grasa a base de convertir la energía que producen en calor. Constataron que las personas que tenían un gran número de células beige eran más delgadas y solían tener una mejor salud metabólica que los que tenían menos.
Las posibilidades de este descubrimiento son muchas. Podrían utilizarse en medicamentos para personas con diabetes o problemas de obesidad. Serían unos tratamientos que activen estas células. O podría plantearse trasplantes de células beige a personas que tengan pocas.
"La activación de sus células de grasa beige podría ayudarles a mantener su peso corporal más bajo a largo plazo", ha confirmado el doctor Sharma.
Qué tienen de especial estas células
Estas nuevas células grasas se han descubierto primero en ratones. Cuando se examinó el tejido adiposo de humanos, ya sabiendo lo que se buscaba, vieron que también nosotros las tenemos.
Se detectaron estas células beige en casi todos los voluntarios, mientras que las células beige que ya se conocían solo se habían visto en menos de la mitad de la población. La clave de su importancia es cómo actúan.
- Las células grasas blancas tienen en su interior una gran gota de grasa (triglicéridos) mientras que las beige tienen múltiples gotas de grasa.
- Todas, mediante un proceso bioquímico, convierten la grasa en energía. Además, producen hormonas y sustancias que influyen en el metabolismo. Pero las beige, más y mejor.
- Las beige son más activas y eficientes en esta actividad metabólica. Ya eran las conocidas hasta ahora, y las nuevas resultan todavía más. Por eso se ha puesto tantas esperanzas en ellas.
Cómo trabajan estas células
El proceso bioquímico que se produce en la célula beige es el siguiente: al igual que las células pardas, generan calor a través de una proteína. Una especie de mecha llamada UCP1. Esta proteína hace que la célula produzca una corriente de protones y esa corriente produce calor cuando rozan unos protones con otros.
La novedad de las nuevas células beige es que no tienen esa mecha UCP1 que inicia todo el proceso. También producen calor, pero funcionan de otra manera. Lo que hacen es descomponer las gotas de grasa que contienen en elementos más simples. Y lo hacen a toda velocidad. En esta cambio químico generan el calor.
¿El objetivo de este mecanismo? Parece inútil. Y así es como lo han llamado los investigadores: “ciclos inútiles”. No parece aportar nada al proceso del cuerpo. Pero consume energía y genera calor.
Las personas que necesiten una forma rápida y fácil de quemar su grasa, tienen en sus células grises una posible solución.