Durante las horas de sueño pasamos por varias fases. Son ciclos que se repiten a lo largo de la noche varias veces: sueño ligero, profundo, sueño delta y REM, que son las siglas en inglés de rápido movimiento de ojos.
La fase REM es de especial importancia. Varios estudios la han descrito como la más importante para la salud y función del cerebro. Uno de los posibles trastornos del sueño tiene que ver con esta fase. Se llama así “trastorno aislado de la conducta del sueño de la fase REM”.
Este trastorno, que parecía un mero inconveniente a la hora de dormir, cobra mucha importancia gracias a una investigación que acaban de realizar en el Hospital Clínic de Barcelona. Han podido demostrar que este trastorno es la antesala de varias enfermedades cerebrales degenerativas. Las más comunes son el párkinson, la demencia con cuerpo de Lewy y la atrofia multisistémica.
Qué es el trastorno en fase REM
La fase REM es el momento del sueño en el que hay una mayor actividad cerebral. Es también cuando aparecen la mayoría de sueños. Por eso si nos despertamos en medio de la fase REM podemos conservar el recuerdo del sueño, sobre todo si nos ha impresionando.
En esta fase, el cerebro manda una señal al cuerpo para que se desconecte. Se mueven mucho los ojos (de ahí el nombre), aumenta la presión sanguínea y respiramos más rápido. Pero el cuerpo no lo movemos. Esto es así porque si no, estaríamos zarandeándonos todo el rato al ritmo del sueño.
A veces esta desconexión del cuerpo falla. La persona tiene pesadillas, grita, da patadas y puñetazos e incluso puede caerse de la cama. Es un trastorno más habitual en hombres que en mujeres y sobre todo a partir de los 50 años.
Había sospechas de que cuando este trastorno ocurre con frecuencia podría estar relacionado con demencia o párkinson. Los investigadores del Hospital Clínic lo han confirmado con evidencias científicas.
La clave está en una proteína del cerebro
En su estudio confirman que identificar pronto este trastorno del sueño REM puede servir de aviso de que el paciente está desarrollando una enfermedad neurodegenerativa. Lo han hecho analizando el cerebro de una veintena de pacientes que habían fallecido con este trastorno REM.
En todos ellos descubrieron el mismo patrón. Hay una proteína en el cerebro, la a-sinucleína, que es clave. Esta proteína normalmente se encuentra en el tronco encefálico. Sin embargo, en estos pacientes se había desplazado a otras áreas del cerebro, como la amígdala. Estas áreas son la responsables de controlar la relajación muscular durante el sueño REM.
Los pacientes que además del trastorno REM habían desarrollado párkinson o una demencia tenían esta proteína mucho más extendida en esta zona. Esto sugiere una relación entre el avance de la enfermedad y la a-sinucleína.
Esta proteína no estaba solo en las neuronas. También se había detectado en otras células del cerebro, las células gliales, que son las encargadas de proteger las neuronas y ayudar a limpiar la zona para que las neuronas trabajen bien. Esto indica que también estas células juegan un papel importante en estas enfermedades degenerativas.
Qué repercusión tendrá este descubrimiento
“Estos hallazgos coinciden con investigaciones previas, pero este estudio proporciona la evidencia más sólida hasta la fecha de que el trastorno de fase REM es una manifestación temprana de estas enfermedades”, explica el doctor Gerard Mayà, neurólogo y uno de los autores del estudio.
Además, hay indicios de que este trastorno de fase REM también puede estar vinculado con un mayor riesgo de desarrollar alzhéimer, “aunque su implicación todavía no está clara”, apunta el doctor Mayà.
Los hallazgos de este estudio tienen importantes implicaciones para el futuro diagnóstico y tratamiento de personas con el trastorno en fase REM y estas enfermedades neurodegenerativas.
Por un lado, las proteínas a-sinucleínas son un aviso temprano del riesgo de estas enfermedades. Por otro, abre la vía a buscar soluciones.
Se pueden diseñar terapias dirigidas a la a-sinucleína. Además se puede combinar con otras terapias para otros proteínas también involucradas en la demencia, como la b-amiloide y la tau.
El estudio sugiere que los ensayos clínicos centrados en tratar de forma combinada estas diferentes proteínas podrían ser una estrategia prometedora para prevenir o retrasar la aparición de Parkinson y la demencia.