Piensa en ocho mujeres que formen parte de tu vida, incluida tu misma. Una de ellas tendrá cáncer de mama en algún momento de su vida. Es lo que señalan las estadísticas. El cáncer de mama es el tumor más extendido entre las mujeres y con una prevalencia muy alta. Y también está empezando a notarse en los hombres.
Afortunadamente, hace ya tiempo que el diagnóstico ha dejado de considerarse un sinónimo de muerte. Es también el cáncer con mayor índice de supervivencia junto con el de piel. El 85% de pacientes se recupera. Gracias al diagnósticos precoz y la mejora de los tratamientos.
«El tratamiento del cáncer de mama ha experimentado cambios drásticos durante los últimos años. Es probablemente el tumor donde se han hecho más avances”, asegura la doctora Eva González Suárez, del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). “En los últimos años hemos asistido a cambios fundamentales en su abordaje gracias a que ahora entendemos mucho mejor la enfermedad”, ha explicado en la Fundación La Caixa.
Qué ha cambiado en el cáncer de mama
El mayor cambio que se ha producido al hablar de cáncer es que ya no se trata de bloques monolíticos. Ya no hay cáncer de pulmón, cáncer de mama, etc. Ya no se trata como un todo, porque no lo son. La personalización y la subdivisión han sido claves.
“Sabemos que el cáncer de mama no es una enfermedad única, sino que en realidad existen muchas distintas, cada una de ellas con una serie de características específicas”, explica la doctora González Suárez.
Saber el subtipo de tumor y cuál es la mejor estrategia para afrontarlo son los que han permitido estas mejoras. Además tenemos la suerte de que España “es uno de los países punteros en investigación a nivel mundial”, añade.
El otro gran avance es el enfoque en el sistema inmune. Es fundamental porque debería estar protegiéndonos de que el tumor se extienda y no lo hacen. Por eso estudiar las defensas y cómo estimularlas para que luchen contra el cáncer, la inmunoterapia, es uno de los objetivos de investigación.
Las nuevas técnicas de tratamiento
Entre las nuevas terapias que hay en marcha, un equipo de investigadores del CNIO, que dirige la doctora González Suárez, tienen una apuesta muy prometedora.
Se trata de manipular las células mieloides. Estas células del sistema inmunitario son macrófagos: se comen a las células malignas. Pero por alguna razón no lo hacen. “Hemos descubierto que manipulando una proteína, la proteína Rank, modificamos el comportamiento de las células mieloides y queremos ver cómo hacerlo para atacar el cáncer de mama”, explica.
El papel de esta proteína Rank es muy importante es la aparición de algunos tumores. Por ejemplo, “parece estar más activa en mujeres menopáusicas, en las que una mayor presencia de esta proteína se asocia a menos supervivencia”, señala la doctora.
El objetivo de la investigación es desarrollar tratamientos que no solo ataquen el tumor sino también las células mieloides, que entorpecen la respuesta de las defensas. Ya hay medicamentos antiRank. Se utilizan para la osteoporosis. “Estos fármacos previenen el cáncer de mama en mujeres con alto riesgo y es importante ver si pueden ser curativos una vez que ya se ha desarrollado el tumor”, añade la experta.
Cómo hacer frente a la metástasis
Igual que el tratamiento no es igual según el subtipo de tumor, el pronóstico tampoco. Es un poco engañoso hablar de un 85% de supervivencia, porque hacemos referencia a aquellos tumores que se cogen en etapas tempranas. Cuando el tumor se propaga más allá de la mama y hace metástasis, el pronóstico se agrava.
Pero también en este aspecto hay mejoras. Ahora se sabe que la metástasis no sigue una patrón aleatorio. Mayoritariamente va hacia el hueso y ya se está investigando por qué. De nuevo una proteína tiene un papel clave. Si se detecta esta proteína permite suponer que la paciente tendrá más riesgo de desarrollar metástasis en el hueso y se puede actuar con antelación.
El otro gran reto es combinar la quimioterapia tradicionalcon la inmunoterapia. Hasta ahora la inmunoterapia ha obtenido sus mejores resultados con el cáncer de mama más agresivo. Y la mejora es pequeña. Apenas alarga la supervivencia unos meses.
Parece ser que hay células tumorales que consiguen crear resistencia a la inmunoterapia. Saben cómo ocultarse de las defensas. Sin embargo, también hay proyectos en marcha para solucionar este problema. La investigación con ARN mensajero, la técnica de las vacuna de la covid, podría ser la clave.