Notarse un bulto en el pecho, ya sea por casualidad o durante una exploración de las mamas, puede ser algo muy alarmante y es probable que te pongas en lo peor.
Aunque es importante acudir al ginecólogo ante cualquier bultito o cambio en las mamas, debes tener en cuenta que no tienen por qué ser graves. De hecho, en muchos casos son cambios benignos que tienen una explicación.
Un nódulo benigno en las mamas
Se caracteriza porque su superficie es lisa, está bien delimitado y es móvil. El diagnóstico suele confirmarse con una ecografía que sirve, también, para diferenciar el tipo de nódulo (puede ser un quiste líquido o un fibroadenoma sólido). La mamografía es otra opción para diagnosticarlo.
- Los quistes pueden aumentar y disminuir según el momento del ciclo. Si tienes un bulto en el pecho, fíjate en si aumenta con la ovulación y si disminuye los días de la regla (en los que puede llegar, incluso, a desaparecer). Cuando son muy grandes pueden doler y se recomienda eliminar el líquido con una aguja (aunque es un procedimiento molesto, no es doloroso).
- Los fibroadenomas son comunes durante la pubertad y el embarazo, y suelen reducir su tamaño tras la menopausia (siempre que no se siga una terapia hormonal, que los propicia). Suele recomendarse un control en 6 meses para comprobar que no han cambiado de tamaño o forma.
Un bulto de grasa en el pecho
Se forma por debajo de la piel, suele ser blando y móvil y no duele al tacto. Para diagnosticarlo basta con una exploración.
- Si crece, ve de nuevo al ginecólogo. El especialista valorará si es necesario extirparlo para reducir el riesgo de infección.
Si sale líquido por el pezón...
Algunas mujeres acuden a la consulta por haber notado manchado el sujetador, en la zona del pezón, o haber visto secreción clara, transparente, láctea o a veces sanguinolenta, de una sola mama o de las dos.
Tras la lactancia, el primer año es muy común que se genere secreción láctea (galactorrea). Pero no es la única causa de esta alteración:
- Una de cada 4 mujeres tiene galactorrea en algún momento de su vida (sin necesidad de estar embarazada o haber dado a luz). Se debe a un exceso de una hormona (prolactina), que puede explicarse por varios motivos. Uno de los más habituales es la toma de ciertos medicamentos, sobre todo los psicofármacos.
- Si te sale un líquido verdoso o sanguinolento por uno de los pezones ve al médico. Aunque puede deberse a tumores benignos, debe ser el especialista quien valore siempre este tipo de alteración.
¿Qué indican las manchas en las mamas?
A veces, por edad o genética pueden aparecer manchas, te explicamos lo que pueden indicar según su color:
- Marrones. Se deben habitualmente a cambios en la piel provocados por el paso del tiempo. Y aunque aparecen en cualquier parte, son más frecuentes en zonas de pliegues (como la parte baja de la mama).
Se calcula que más del 80% de los bultos que aparecen acaban siendo benignos
- Rojas o rubí. Suelen ser redondeadas y se producen por un acúmulo de vasos capilares. Aunque también son más frecuentes con la edad, a veces aparecen en mujeres jóvenes por predisposición familiar.
¿Por qué se puede enrojecer el pecho?
Una mastitis es la causa más habitual. Aunque es frecuente en la lactancia, puede darse en cualquier etapa de la vida.
Además de enrojecido, el pecho se nota caliente, inflamado y dolorido. Una infección suele estar tras este trastorno.
¿Por qué pueden doler los pechos?
Sentir dolor justo antes de la regla es muy frecuente. Pero si no se relaciona con el ciclo suele generar alarma.
- Los cambios hormonales de la menopausia también pueden provocarlo. Normalmente ocurre justo antes de la llegada de esta etapa, si los ovarios producen demasiados estrógenos. Al cabo de un tiempo el organismo se estabiliza y la molestia suele desaparecer.
- Unas mamas muy fibrosas también pueden generar dolor, aunque no ocurre siempre. El uso de un sujetador adecuado, que recoja bien la copa (sin apretarla) te aliviará.
- Un tirón muscular que irradie el dolor hacia el pecho, un golpe en la zona o una contractura son otras de las posibles causas del dolor. En todo caso, es importante desterrar el falso mito de que este tipo de lesiones pueden acabar causando un cáncer.