Nuestro sistema inmunitario lucha a diario para eliminar células tumorales y protegernos contra el cáncer. A pesar de ser sumamente eficaz, en ocasiones las células cancerígenas acaban esquivándolo mediante diferentes mecanismos. Unos ellos es la inflamación, que provoca que células del sistema inmunitario como las mieloides dejen de luchar contra el cáncer, con el que el tumor sigue creciendo.
En este sentido, un equipo del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) liderado por Eva González Suárez investiga nuevas terapias que mejoren la actividad de las células mieloides en su lucha contra el cáncer. Y aquí es donde entra en acción la proteína Rank.
Proteína Rank y cáncer de mama
En trabajos realizados anteriormente por este equipo se ha descubierto que la proteína Rank tiene un papel clave en el cáncer de mama. Se encuentra en la membrana de las células y cuando se une a su pareja, Rankl, activa el desarrollo de la glándula mamaria. Un mal funcionamiento de estas proteínas hace que las células tumorales se multipliquen sin control, favoreciendo el desarrollo del cáncer de mama.
Investigadores del CNIO y el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge han demostrado que, si bien en las fases iniciales del cáncer de mama, unas altas concentraciones de Rank tienen un efecto protector y retrasan el tumor; en fases avanzadas el efecto es el contrario, provocando que el tumor crezca rápido, sea más agresivo y genere metástasis en el pulmón.
En un trabajo publicado en la revista Developmental Cell explicaron cómo ocurría esta doble respuesta de la proteína Rank, beneficiosa al principio para frenar el tumor pero nefasta posteriormente. Para demostrarlo, usaron ratones que producían grandes cantidades de Rank en las células epiteliales del tejido mamario. En un principio, la proteína Rank induce a la senescencia (envejecimiento y muerte celular) de las células, retrasando así el desarrollo del cáncer de mama. El problema es que, en respuesta a esta situación, las células adquieren características de células madre y el tumor, que un principio parecía frenado, acaba siendo más agresivo.
Desarrollo de nuevas terapias
La proteína Rank no solo se expresa en las células cancerígenas; también lo hace en las células mieloides, las células del sistema inmunitario que luchan contra el tumor, consiguiendo así esquivarlas.
El equipo que dirige Eva González Suárez ha comprobado en laboratorio que manipulando la proteína Rank se modifica el comportamiento de las células mieloides. Ahora buscan generar nuevas terapias que mejoren la función de estas células del sistema inmune.
Ya existen fármacos contra la proteína Rank que atacan el tumor; el siguiente paso sería desarrollar tratamientos que vayan dirigidos a esta proteína en las células mieloides. La investigación está financiada por la Fundación "la Caixa".
De hecho, tal y como apunta la investigadora, los fármacos actuales contra Rank son útiles para prevenir el cáncer de mama en mujeres con alto riesgo, pero falta demostrar si estos medicamentos pueden ser curativos cuando ya se ha desarrollado el tumor.