Para que una crema se llame así necesita un requisito indispensable: que sea cremosa... pero eso no siempre es sencillo.
Esta fórmula no es de Einstein ni de Arquímedes, pero tiene su dificultad: se trata de reducir la cantidad de líquido para que, cuando tritures las hortalizas de tu crema, obtengas la textura deseada y no necesites añadir espesantes.
Es verdad que la harina es una gran aliada a la hora de espesar, pero nutricionalmente no es muy interesante porque solo aporta almidón, un carbohidrato que en nuestro intestino se transforma en azúcar.
Es mucho mejor incorporar media patata con su piel (lávala bien antes). También tiene el almidón, pero viene acompañada de agua y fibra; es menos calórica y más saciante. Mientras que 100 g de harina refinada nos aportan unas 350 kcal, 100 g de patata, solo 90 kcal.
Cómo preparar una crema perfecta
El truco infalible para que una crema te quede perfecta es que primero hagas un sofrito con las hortalizas de base, incluida la patata. Cuando las dores estarás creando la reacción de Maillard, un conjunto de reacciones químicas que transforman los alimentos.
Así es, sofreír es la forma perfecta de potenciar el sabor natural de los alimentos, sin necesidad de incorporar pastillas de caldo cargaditas de sal y glutamato monosódico.
Una vez las verduras estén pochadas, cúbrelas con agua, sin pasarte. Ve incorporando más líquido poco a poco, según se vaya evaporando. De esta manera, no sobrará caldo y no necesitarás espesantes para conseguir la textura que deseas.
Si vas a hacer una crema blanca o verde, de espinacas, calabacín o puerro, incorpora patata. Y si vas a hacer una crema de zanahoria, anímate a usar boniato para conseguir un extra de sabor.
Alternativas a la nata y al queso
Tradicionalmente siempre se ha echado nata o queso para aportar cremosidad a los purés. ¡Normal, están cargaditos de grasa! Pero eso es porque antes no se conocía la leche evaporada o la leche de coco.
Tanto una como la otra tienen menos porcentaje de grasa que la nata, por eso son menos calóricas. Así que, ya sabes, añade un chorrito de leche evaporada y disfrutarás de unas cremas de verduras nutritivas, más ligeras y deliciosas.
Toma nota de esta receta súper fácil con una textura y sabor brutales, y pocas calorías.
Crema de calabaza thai con curry y leche de coco
Ingredientes (para 4 personas):
- 500 g de calabaza pelada
- 2 puerros
- ½ boniato
- 500 ml de agua
- 200 ml de leche de coco
- 1 cucharadita de curry
- Pipas de calabaza para decorar
Elaboración:
- Lava, pela y trocea las hortalizas. Póchalas en una olla con una cucharada sopera de aceite de oliva. Pasados 10 minutos, a fuego medio/alto, estarán pochadas. ¡Es el momento de añadir el agua hasta cubrirlas!
- Deja cocer 25 minutos, hasta que la calabaza y el boniato estén blanditos. Añade el curry y la leche de coco, y con ayuda de una batidora tritura muy bien todo el conjunto.
- Comprueba el punto de sal, reparte en boles individuales y acompaña con las pipas de calabaza.