Qué sensación más desagradable la de acabar el día tumbada en la cama con la barriga hinchada y el vientre inflamado. Y lo peor es que es difícil determinar las causas exactas de esta hinchazón. Habitualmente se deben a una mala alimentación. Pero si ya has intentado ajustar tu dieta mil y una veces, y aun así no consigues el resultado esperado, puede que te sientas desperada.
Si estás en ese punto, tranquila. Es muy probable que estés cometiendo uno de los errores de los que te vamos a hablar a continuación, que marcan la diferencia a la hora de prevenir la hinchazón del vientre. Si eliminas estos hábitos de tu vida, conseguirás llegar al final del día ligera y liviana. ¿Preparada para intentarlo?
Comer muy rápido
El primer error que muchos cometen en su dieta y que causa una gran hinchazón en el vientre es comer muy rápido. Al comer a gran velocidad, tragas grandes cantidades de aire sin darte cuenta. Este se acumula en el estómago y los intestinos, haciendo que el vientre se abulte y te sientas hinchada.
Además, al comer rápido masticamos peor. Esta falta de masticación de los alimentos hace que el sistema digestivo tenga que trabajar más de lo normal para descomponerlos, haciendo que se genere una sensación de malestar y pesadez en el estómago. Esto también puede causar más gases.
Para ponerle remedio a este problema, prueba a comer sin pantallas delante. La televisión, el teléfono móvil y otras distracciones pueden hacer que comas más rápido de lo normal sin darte cuenta. En su lugar, busca un lugar tranquilo, reserva al menos una hora para tu comida y disfruta de cada bocado con calma, masticando bien antes de tragar.
Consumir fibra en exceso
La fibra es un nutriente esencial para el organismo, y muy positivo para la digestión. Al menos, lo es cuando se consume en cantidades adecuadas. Un error muy común que solemos cometer es que cuando nos cuesta ir al baño o nos notamos con el vientre especialmente pesado, añadimos más fibra a nuestra dieta, sin saber que quizá estemos empeorando la situación en lugar de corregirla.
En exceso, el cuerpo deja de poder digerir la fibra, por lo que las bacterias del intestino grueso comienzan la fermentan, produciendo gases como resultado.
Si incrementas la cantidad de fibra que comes cada día de forma repentina, tu sistema digestivo puede no estar preparado para este cambio abrupto, haciendo que la producción de gases y la hinchazón empeoren aún más todavía.
Es por eso que, si quieres corregir tus hábitos alimenticios y aumentar la cantidad de fibra que consumes de forma diaria, debes hacerlo de forma gradual, permitiendo que el sistema digestivo se adapte y reduciendo la probabilidad de hinchazón.
También es importante que no superes la cantidad de fibra diaria recomendada, que es de entre 20 y 35 gramos para el adulto medio.
Bebidas y líquidos
El último error que muchos cometemos casi sin darnos cuenta, y en especial en verano, es abusar de bebidas con gas o azucaradas. Lo ideal es que, si notas que llegas muy hinchada a las noches, procures eliminar de tu dieta diaria todo lo que no sea agua o infusiones sin azúcar.
Esto se debe a que los azúcares presentes en bebidas azucaradas, zumos y otros líquidos similares pueden ser fermentados por las bacterias del intestino, produciendo gases incluso si no son bebidas gaseosas.
En este último caso, la situación puede llegar a ser todavía más grave. Las bebidas carbonatadas (gaseosas) contienen dióxido de carbono, un gas que puede acumularse en el sistema digestivo y causar hinchazón.
Además, muchas de estas bebidas contienen edulcorantes artificiales, como el sorbitol o el manitol, que pueden ser difíciles de digerir para algunas personas y causar hinchazón y gases.
En lugar de tomar estas bebidas, si no quieres beber simplemente agua, puedes prepararte agua de frutas. Para ello, en un contenedor con agua fría, añade las frutas que quieras que den sabor a tu bebida. No debes licuarlo ni triturar nada. Sencillamente, corta las frutas (no es necesario retirar la piel) y deja que floten en el agua fría durante un día completo antes de servir y disfrutar de tu agua de frutas.
De esta forma, conseguirás una bebida refrescante y con un sabor agradable, que no hará que tu vientre se hinche ni te provocará gases.