El desayuno antiedad de 3 ingredientes que combate arrugas, manchas y ojeras

A medida que cumplimos años, nuestra piel va perdiendo su capacidad para producir colágeno, una proteína que le da su estructura, firmeza y elasticidad. También disminuye la capacidad de nuestro organismo para combatir los radicales libres, unas moléculas que dañan las células y favorecen el envejecimiento de la piel.

Las arrugas y otros signos de la edad son inevitables y forman parte de la vida, no vamos a decir que comiendo un determinado alimento vayan a desaparecer milagrosamente. No obstante, lo que sí es cierto es que hay determinados nutrientes que pueden ayudar a retrasar algunos de estos signos y a lucir una piel más sana y joven, como los 3 que conforman el desayuno que te proponemos.

El mejor desayuno antiedad

Tal como asegura Nicholas Perricone, reconocido dermatólogo y nutricionista estadounidense, "nuestra piel es un barómetro perfecto de lo que sucede dentro de nosotros". Este especialista asegura que, a los pocos días de seguir una dieta antiinflamatoria baja en azúcar, rica en grasas saludables y en antioxidantes, ya puede observarse una gran diferencia en las ojeras, las líneas de expresión y la luminosidad de la piel.

¿Y por qué no empezar cambiando el desayuno? El que te proponemos combina 3 ingredientes repletos de nutrientes saludables. En solo 2 minutos lo tienes listo.

Ingredientes (para una persona):

• Un puñado de arándanos
• Un yogur griego natural
• Un puñado de nueces

Preparación:

• Vierte el yogur griego en un bol.
• Limpia los arándanos, sécalos y añádelos al bol. Mézclalo todo bien.
• Esparce por encima el puñado de nueces. ¡Ya lo tienes listo, más fácil imposible!

Si lo deseas, puedes añadir una pizca de canela para dar un extra de antioxidantes a tu desayuno.

Beneficios para la piel del desayuno antiedad

Este desayuno tan fácil de preparar es una auténtica bomba de nutrientes beneficiosos para la piel. Repasemos qué nos aporta cada uno de ellos:

• Arándanos: los frutos rojos en general, y en particular los arándanos, son una auténtica joya para la piel. Contienen unos potentes antioxidantes llamados antocianinas que combaten las arrugas y otros signos de envejecimiento. Además, ayudan a regular el azúcar en la sangre y a evitar la glicación, un proceso que hace que el colágeno y las fibras elásticas de la piel se vuelvan rígidos y pierdan su firmeza y elasticidad natural. Además, los arándanos contienen vitamina C, que ayuda a nuestro cuerpo a producir colágeno y favorece la luminosidad de la piel. Por otro lado, los arándanos contienen compuestos beneficiosos para la microbiota intestinal, que tiene un papel clave en la salud de nuestra piel.
• Yogur griego natural (sin azúcar): es muy rico en proteínas (más incluso que el yogur normal), que nos aportan los componentes necesarios para que nuestro cuerpo produzca colágeno. También contiene bacterias beneficiosas para el intestino, lo que contribuye a tener una microbiota intestinal equilibrada. Cabe recordar que una microbiota sana ayuda a reducir la inflamación y a mejorar la función de barrera que ejerce la piel. Eso sí, conviene revisar la etiqueta del yogur para comprobar que contiene cultivos vivos, porque a veces el sistema de procesamiento los elimina.
• Nueces: contienen altos niveles de vitamina E, que ayuda a mantener la piel flexible e hidratada y a protegerla frente a los rayos UV. También aportan ácido alfa linoleico, un ácido graso omega-3 que también contribuye a mantener la humedad y la flexibilidad de la piel, además de combatir la inflamación en todo el cuerpo. Son también una buena fuente de potasio, un mineral esencial que ayuda a mantener una hidratación adecuada en la piel y puede contribuir a reducir la hinchazón facial causada por el exceso de sodio (sal).

La bebida ideal para acompañar el desayuno

Para multiplicar los beneficios de tu desayuno, acompáñalo de una taza de té matcha, una auténtico elixir de juventud.

El matcha es un tipo de té verde en polvo originario de Japón que está repleto de una catequina llamada EGCG (galato de epigalocatequina), con un poderosísimo efecto antioxidante.

Además de proteger la piel contra el daño provocado por los radicales libres y los factores estresantes ambientales (como la radiación UV), lo que es clave para prevenir el envejecimiento prematuro, sus componentes tienen también propiedades antiinflamatorias y pueden ayudar a reducir el enrojecimiento y la irritación de la piel.

Por otro lado, el té matcha también puede mejorar la elasticidad de la piel y favorecer la producción de colágeno, con lo que ayuda a disminuir la aparición de arrugas y líneas de expresión.

Para preparar el té matcha, solo tienes que poner una cucharada del polvo de té en un recipiente (idealmente de cerámica, como el que se usa en la tradicional ceremonia del té japonesa). A continuación, vierte unos 60 ml de agua caliente (a 80ºC) en el bol y bátelo con energía. En Japón usan un agitador o batidor de bambú (denominado chasen), pero si no lo tienes, puedes hacerlo con una cuchara. 

Puedes tomar una taza de té matcha caliente recién hecho o guardarlo un rato en la nevera para disfrutarlo bien frío. Incluso podrías hacer un té matcha concentrado (con muy poca agua) y añadirlo al yogur con arándanos y nueces para darle un toque muy especial a tu desayuno.