El test fácil y rápido del Dr. Sagrera-Ferrándiz para averiguar por qué te duelen las cervicales

Hallar el origen de una cervicalgia es imprescindible para plantear una buena estrategia de tratamiento contra el dolor. Para ello, un primer paso puede ser realizar esta sencilla autoevaluación.

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Dr. Sagrera-Ferrándiz

Médico y Magister en Medicina Manual y Osteopatía

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Hombre cervicales

Averiguar el origen de una cervicalgia es clave para eliminarla.

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Dolor cervical o cervicalgia es el nombre médico con el que se conoce al dolor que tiene su origen en las cervicales y significa simplemente eso: "cervical-", para definir el área; y "-algia", que se traduce como dolor. 

Por lo tanto, no nos encontramos frente a un diagnóstico ni tampoco ante la denominación de ninguna patología en concreto. Tan solo se trata de un término descriptivo que hace referencia al dolor de cuello y, específicamente, al de la zona cervical.

Detección y diagnóstico

A partir del momento en el que se detecta una molestia y se comprueba que existe en realidad, es necesario indagar, no solo para poder definir con precisión a qué es debido, es decir, su origen, sino también para determinar la causa o causas que están contribuyendo a que se produzca. 

Solo estudiando cada caso a conciencia podremos saber qué indica ese dolor, qué esconde y qué circunstancias hay que modificar para que finalmente ceda. 

Podemos adelantar que, en general, ese dolor está causado por problemas mecánicos. Por ejemplo, las malas posturas, los traumatismos, el estrés y la tensión nerviosa y los esfuerzos pueden dañar e inflamar las articulaciones, los músculos, los ligamentos y los nervios del cuello, dando lugar a dolor, contracturas, pérdidas de movilidad, dolores de cabeza, mareos, vértigos, dolor referido a los brazos y hormigueos en las manos, entre otros síntomas.

Identificar el origen

Como el dolor de cuello o cervicalgia puede producirse por diversos tipos de lesiones que originan síntomas parecidos, es preciso identificar (como decíamos antes) la causa concreta del dolor de cada paciente para poder aplicar el tratamiento adecuado de acuerdo con el origen del problema y no solo tratar los síntomas que produce. De este modo, se evita que la lesión empeore y se cronifique.

LAS MUJERES LO SUFREN MÁS

Las mujeres son más proclives a sufrir dolores cervicales crónicos. Esta no es una afirmación hecha porque sí, sino que se trata de una evidencia científica comprobada. Un ejemplo de ello es un estudio que llevó a cabo el Centro Médico de la Universidad Loyola, en Estados Unidos.

Las diferencias no son muy grandes, pero sí significativas y se han justificado de distintas maneras. Algunas de estas explicaciones tienen un carácter sociológico, como por ejemplo el hecho de que las mujeres tienen más costumbre de ir al médico ante un problema que los hombres. Cuando los investigadores del estudio analizaron los casos en los que el dolor se debía a un desgaste de las articulaciones, comprobaron que efectivamente se daban más en mujeres (4,5 % de mujeres frente a un 3,3 % de hombres).

dolor cervicales

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Descartadas otras posibles causas, como el tabaquismo, la edad o el peso, la conclusión fue que, efectivamente, las diferencias hormonales influían en el mantenimiento de las articulaciones. 

También hay una explicación más general. Dentro de su ciclo, la mujer sufre alteraciones hormonales y cada tipo de hormona provoca a su vez otros cambios (retención de líquidos, estrés, hinchazón...). Es por esta razón que, en general, suelen sufrir dolores con más frecuencia.

Y por eso también les duelen las cervicales, aunque no tengan una enfermedad concreta. En los hombres, en cambio, no se dan esas fluctuaciones hormonales. Es cierto que con los años sus niveles de testosterona van disminuyendo, pero este cambio no es comparable con lo que viven las mujeres a lo largo de toda su vida.

Qué tipo de dolor cervical padeces

Realiza esta autoexploración y averigua el posible origen de tus molestias:

  • Siéntate con la cabeza y la espalda rectas, los pies separados y las manos sobre las piernas. Si notas mucho más dolor del que ya tienes, deja de hacerla.
  • Una vez sentado, lleva poco a poco la cabeza hacia atrás. En el caso de que empeore el dolor, seguramente se trate de un problema en las articulaciones y la visita al médico es obligatoria.
  • Si, por el contrario, al levantar la cabeza notas cierto alivio, es probable que el dolor sea muscular. Los músculos del cuello pueden sobrecargarse y ese simple gesto ayuda a relajarlos. Entonces, unos cuantos ejercicios de relajación bastarán.
  • Si el dolor continúa, conviene ir al médico para que descarte una contractura y prescriba un tratamiento más acorde a esa situación.