Señales de Helicobacter pylori: cómo sospechar que sufres la infección

La infección por Helicobacter pylori es muy habitual y en algunos casos puede tener consecuencias graves, como las úlceras pépticas. Te explicamos cuáles son sus síntomas y cómo tratarla.

Dr. Francisco Marin
Dr. Francisco Marín

Médico de Atención Primaria

Soledad López
Soledad López

Periodista especializada en salud y nutrición

Actualizado a

helicobacter pylori

La infección por Helicobacter pylori puede causar gastritis crónicas o úlceras.

iStock

La infección por Helicobacter pylori afecta a cerca de una 60% de la población, de acuerdo con la Fundación Española del Aparato Digestivo, aunque la mayoría de personas ni lo saben, ya que solo causa síntomas en entre un 10% y un 25%.

En las personas en las que sí se manifiesta, la infección puede llegar a ser muy molesta y provocar gastritis crónicas y, a la larga, se cree que puede favorecer la aparición de úlceras pépticas y, en algunos casos, cáncer de estómago.

¿Qué es el Helicobacter pylori?

Helicobacter pylori es el nombre de un tipo de bacteria con forma de espiral y una especie de pelos móviles (denominados flagelos) en uno de sus extremos que le ayudan a moverse y a aferrarse a la mucosa delestómago, la parte del cuerpo donde suele alojarse.

Para sobrevivir en un medio tan hostil como es el estómago con sus jugos gástricos, el Helicobacter pylori produce amoniaco, que neutraliza el ácido.

El contagio es muy fácil porque es una bacteria que está presente en la saliva, las heces y la placa dental y la infección puede darse al entrar en contacto directo con saliva o materia fecal de una persona infectada (por ejemplo, si no se ha lavado bien las manos tras ir al baño).

Para evitar el contagio, es importante que si un miembro de la familia tiene la bacteria se extremen las medidas de higiene y se evite tocar sus objetos personales (cepillos de dientes, toallas, ropa…).

"Se ha comprobado que la bacteria incluso resiste a la cloración de las aguas y es posible la transmisión por insectos", explicó a Saber Vivir el Dr. Antoni Juan-Creix Comamala, jefe de servicio del Aparato Digestivo del Hospital Universitario Dexeus, de ahí que sea una infección tan extendida entre la población.
 

Síntomas de la infección por Helicobacter pylori

Algunos de los síntomas que pueden indicar que hay una infección por Helicobacter pylori incluyen:

  • Molestias o dolor en la parte alta del abdomen que duran varios días.
  • Sensación de saciedad.
  • Cansancio.
  • Náuseas o vómitos.
  • Falta de apetito.

¿Cómo se diagnostica la infección por Helicobacter pylori?

Si existe sospecha de que una persona puede tener Helicobacter pylori, el médico puede recomendar la realización de un análisis de heces o de aliento para corroborarlo.

En algunos casos también puede ser necesario hacer una endoscopia para tomar muestras y realizar una biopsia.

En caso de antecedentes familiares de cáncer gástrico, anemias crónicas y en pacientes con úlcera gastroduodenal activa, el médico también puede recomendar que se hagan pruebas para descartar la infección, aunque no se presenten síntomas.

Consecuencias del Helicobacter pylori

La infección por Helicobacter pylori puede provocar molestias digestivas cuando la bacteria afecta a la barrera protectora del aparato digestivo y estimula la inflamación.

De hecho, se cree que esta bacteria es la principal responsable de la aparición de úlceras pépticas y de algunos casos de cáncer de estómago.

No hay una única cepa de Helicobacter pylori y no todas tienen en su estructura genómica la posibilidad de provocar esas alteraciones en la mucosa gástrica. De ahí que los resultados de la infección sean diferentes en función de la cepa que se tenga.

Tratamiento del Helicobacter pylori

Una vez se ha diagnosticado la infección por Helicobacter pylori, el médico valorará en cada caso la conveniencia de aplicar un tratamiento destinado a eliminar la bacteria. "El problema de la infección no es tanto la existencia de la bacteria como la capacidad que tenga de lesionar la mucosa", nos explicó el Dr. Creix Comamala.

En caso de que se opte por erradicar la bacteria, el tratamiento suele combinar dos antibióticos y un inhibidor de la bomba de protones (un tipo de medicamento que reduce la cantidad de ácido gástrico).

Es fundamental seguir la pauta de forma estricta para lograr la eliminación de la bacteria porque, de lo contrario, esta puede hacerse resistente a los medicamentos. Por lo general, el tratamiento suele durar unos 14 días, aunque depende de los medicamentos concretos que recete el médico.

Aunque por lo general el tratamiento no suele causar efectos secundarios (a no ser que haya alergia a alguno de los antibióticos), es habitual que se recomiende también la toma de probióticos para compensar la pérdida de bacterias intestinales beneficiosas.

Una vez completado el tratamiento, conviene hacer una prueba para comprobar si realmente se ha eliminado la bacteria. En algunos casos no muy habituales, puede haber una reinfección pasado un tiempo y hay que estar alerta a la reaparición de los síntomas.

En la actualidad, tal y como nos comentó el doctor, todos los esfuerzos van dirigidos a obtener una vacuna contra el Helicobacter pylori. “Sería la solución definitiva a medio plazo, si bien hay que tener en cuenta que determinadas cepas, que podríamos llamar “benignas” forman parte de la microbiota normal y este factor es relevante para su formulación y eficacia."

Alimentación en caso de Helicobacter pylori

Cuidar la alimentación es algo esencial en caso de tener la infección para evitar síntomas digestivos como la gastritis.

Se recomienda seguir una dieta equilibrada, rica en productos frescos (como fruta y verdura) y evitar platos pesados como los fritos o los rebozados o los procesados, así como el exceso de condimentos y salsas, las bebidas alcohólicas y el café.  

Por otro lado, es importante también la forma de comer: conviene hacerlo despacio, masticando bien cada alimento, y beber suficiente agua.

Helicobacter pylori en la infancia

No es raro que la infección ocurra durante la infancia o la adolescencia, aunque puede que no se manifieste hasta años más tarde.

En cualquier caso, hay que consultar al médico si el niño tiene dolor abdominal frecuente o intenso o si las molestias ocurren después de comer o durante la noche y hacen que el niño se despierte.

Como en el caso de los adultos, se valorará si hay que hacer pruebas para diagnosticar la bacteria, aunque en este caso suelen ser las menos invasivas, y si hay que aplicar algún tratamiento, que suele ser con antibióticos (aunque los que se pueden aplicar en los menores de 12 son menos).