A diferencia de la covid, que llegó a nuestras vidas de golpe y lo trastocó todo, el virus del Nilo Occidental es una enfermedad que se ha ido extendiendo en España de una manera progresiva pero imparable.
Este verano ha habido un brote muy importante en la provincia de Sevilla (en especial en la localidad de Coria del Río), que ha causado ya cinco muertes y varios casos graves más. Sin embargo, los contagios no se circunscriben a esta zona.
El virus es también endémico en Extremadura, Comunidad Valenciana y Cataluña. Y se han detectado contagios en Castilla-La Mancha y, en menor medida, en Castilla y León. Es una enfermedad que no se va a poder erradicar, aunque sí podemos reducir los riesgos.
Qué es el virus del Nilo
El virus del Nilo Occidental, como su nombre indica, proviene de África. Está presente en algunas aves y se transmite por la picadura de mosquitos, que previamente han picado a un ave u otro animal infectado. El calentamiento global ha favorecido que se haya extendido por el sur de Europa. También se ha detectado en Estados Unidos y Asia.
Hace años que se empezaron a detectar casos. Es una infección que no siempre es grave. Al contrario, hay un 80% de contagiados que apenas notan síntomas, y además, tras la infección y crear anticuerpos se vuelven inmunes.
La preocupación está en ese otro 20% que sí enferman. Los síntomas más habituales son:
- Fiebre.
- Dolor de cabeza y muscular.
- Erupciones en la piel.
- Problemas digestivos: diarrea, vómitos.
En un 1% de los que se contagian, el virus llega al sistema nervioso y provoca una infección grave. Puede causar meningitis, encefalitis e incluso la muerte (entre un 1% y un 2% de los casos graves). Y aunque las personas mayores son las más vulnerables, los casos graves pueden producirse a cualquier edad.
Cómo se puede tratar
De momento no hay un tratamiento específico para los enfermos. Se controlan los síntomas con medicamentos para aliviar en lo posible el dolor y la fiebre. La recomendación es descanso, hidratación y esperar que las defensas actúen.
En los casos graves, en los que el paciente empieza a mostrar fiebre más alta, desorientación, y que avisan de que el virus ha llegado al sistema nervioso, es probable que haya que hospitalizar.
Tampoco hay una vacuna autorizada. Sin embargo, son varios los laboratorios que están trabajando y hay varios prototipos en marcha, aunque ninguno aprobado para uso humano.
Mientras tanto, el mayor esfuerzo se ha de centrar en la prevención y evitar que surjan brotes como el de este varano en Andalucía.
Cómo evitamos el contagio
No hay contagio directo entre personas (si no es por transfusión de sangre, y eso ya se controla). El mosquito ha de picar primero a una persona infectada o a un animal para que pueda transmitirte el virus.
Tampoco contagia cualquier mosquito. La especie de mosquito que transmite el virus en España es la más común, el mosquito Culex o trompetero. Curiosamente, el temido mosquito tigre no contagia esta enfermedad.
Por tanto, los esfuerzos ahora se centran en intentar evitar la picadura de los mosquitos y en evitar que proliferen. Las zonas más peligrosas son los deltas de los ríos.
En los arrozales de Valencia y en Tarragona se han tomado medidas y no hay tantos focos. En Andalucía, en la zona arrocera del Guadalquivir, es donde se extiende uno de los principales riesgos ahora.
En las zonas donde se detecten focos hay que evitar aguas estancadas para que no proliferen cerca de casa. Hay que recurrir más que nunca a los insecticidas, poner mosquiteras, llevar manga larga y procurar no salir al exterior en los momentos que más actúan, a primera hora del día y al atardecer.
Hasta cuándo hay riesgo
Como bien sabes, los mosquitos han extendido su periodo de circulación debido al cambio climático. Aparecen antes y seguimos sufriendo sus picaduras hasta bien entrado el otoño en las zonas más cálidas de España. El año pasado hubo casos hasta noviembre.
Por eso, las autoridades sanitarias recomiendan no bajar la guardia. Con el frío dejará de circular el mosquito y, por consiguiente, también se acabará este foco.
Pero el problema nos lo volveremos a encontrar la próxima primavera. Bastará que un mosquito pique a una de las aves que es donde se mantiene el virus latente para que vuelva a iniciarse el ciclo.
Además, según el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, cada año se detectan más presencia del virus y las zonas afectadas van en aumento.