Las enfermedades cardiovasculares, y en particular las enfermedades isquémicas del corazón, son la principal causa de muerte en las mujeres a nivel mundial, por encima de los tumores y otras enfermedades.
En España, aunque las muertes por enfermedades del sistema circulatorio descendieron un 5,3% respecto a 2022, siguen siendo también una de las principales causas de mortalidad entre las mujeres.
Sin embargo, este grupo de enfermedades siguen siendo poco estudiadas, poco reconocidas, poco diagnosticadas y poco tratadas, y las mujeres están subrepresentadas en los ensayos clínicos, algo incomprensible si tenemos en cuenta su prevalencia. Esto es lo que aseguraba, ya en 2021, un comité de 17 expertos de 11 países que redactó el primer informe mundial sobre las enfermedades cardiovasculares en mujeres, publicado en The Lancet. En él, se instaba a la comunidad médica a mejorar la situación en los próximos años.
Pero ¿por qué se estudian, diagnostican y tratan menos las enfermedades cardiovasculares en las mujeres que en los hombres? ¿Qué factores influyen?
Las enfermedades cardiovasculares se estudian menos en las mujeres
“Tradicionalmente se ha creído siempre que la enfermedad cardiovascular era más habitual en hombres que en mujeres”, explicó a Saber Vivir la Dra. Antonia Sambola, cardióloga de la Unidad de Cuidados Agudos Cardiológicos del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona.
Pese a las campañas que se han llevado a cabo en los últimos años para recordar que estas enfermedades son una de las principales causas de muertes entre ellas, la situación no ha cambiado, algo que preocupa especialmente a los cardiólogos porque supone un freno tanto para la mejora del diagnóstico como del tratamiento.
En los ensayos clínicos que se hacen para ver si los medicamentos son eficaces participan muchas menos mujeres que hombres. “Solo participan un 25-30% de mujeres y en algunos apenas un 20%, el resto son hombres”, nos aseguró la doctora.
Son diversos los motivos que hay detrás de este sesgo. Por un lado, la incidencia de algunas de estas enfermedades, como el infarto, es mayor en los hombres, aunque las mujeres mueren más por infarto, ya que a ellos de les diagnostica y trata mejor. Por otro, las mujeres suelen estar menos predispuestas a participar en los ensayos debido a sus obligaciones familiares. Además, muchos medicamentos no se pueden testar en mujeres embarazadas, lo que lleva a descartar a las mujeres en edad fértil de muchos ensayos por precaución.
Todo esto lleva a que los fármacos para las enfermedades cardiovasculares se prueben básicamente en hombres y los resultados se extrapolen a las mujeres, con el gran sesgo de la información que comporta.
“No olvidemos que las mujeres tienen una biología diferente del hombre para metabolizar y para excretar o eliminar el fármaco”, alertó, “la absorción de la medicación también es diferente. Tampoco el peso es igual en el hombre que en la mujer.” Así, hay muchos motivos para creer que los efectos de los medicamentos no serán iguales en ambos sexos.
De hecho, hace unos años la FDA ya retiró 10 fármacos para el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares porque provocaban reacciones adversas en las mujeres. “Por eso es tan importante que los fármacos se prueben igual en hombres que en mujeres”, nos insistió la experta.
Menos diagnóstico de enfermedades cardiovasculares en mujeres
“La mujer tiene menos conciencia de que puede sufrir una enfermedad cardiovascular y piensa que es más propio del hombre o de personas más mayores”, nos explicó la Dra. Sambola, que también es coordinadora del Grupo de Trabajo Mujeres en Cardiologíade la Sociedad Española de Cardiología.
Suelen minimizar los síntomas y anteponer sus obligaciones familiares y domésticas a su salud, con lo que es habitual que o bien no acudan al médico o lo hagan tarde.
Por otro lado, la doctora nos explicó que también hay una falta de sensibilidad por parte del colectivo médico. “Muchas mujeres consultan por un dolor en el pecho y lo primero que se les pregunta es si tienen ansiedad o están nerviosas. Esto no se le pregunta al hombre”.
Lo correcto sería preguntar más sobre los síntomas y hacer un electrocardiograma. En caso de que se sospeche de angina de pecho, habría que hacer también una prueba de esfuerzo y una de imagen para confirmar el diagnóstico.
En cambio, lo más frecuente es que se les recete un ansiolítico. “Cuando esta misma mujer vuelve a sufrir el mismo dolor, pero de forma más intensa, sigue pensando que es ansiedad, se toma el ansiolítico y cuando acude a Urgencias es porque ya tiene un infarto”, se lamentó la experta.
Esto hace que el diagnóstico llegue más tarde y el resultado sea peor. De hecho, tal y como nos contó la doctora, “las mujeres llegan de promedio una hora más tarde en la atención al infarto en comparación con el hombre”. El tiempo es oro en caso de infarto porque la arteria coronaria queda obstruida por un trombo y hay que abrirla cuanto antes para que la sangre vuelva a llegar circular. De no hacerlo, aumenta el riesgo de complicaciones y muerte.
Síntomas de infarto en hombres y mujeres
Tradicionalmente se ha dicho que los síntomas de infarto son diferentes entre hombres y mujeres, algo que la doctora nos desmintió: “es un mito que se ha repetido constantemente y lo único que ha logrado es confundir a la mujer”.
El primer y principal síntoma de infarto, en ambos sexos, es el dolor en el pecho o, en algunos tipos de infarto, dolor en el estómago que se irradia hacia el pecho. Ese dolor puede desplazarse también a la espalda, a un brazo o a los dos, al cuello o a la mandíbula.
No es verdad que a las mujeres les duela más el lado derecho del pecho y a los hombres el izquierdo. Y la única excepción son las personas con diabetes (tanto hombres como mujeres) que no suelen tener dolor.
“La única diferencia entre hombres y mujeres”, nos comentó, “es que ellas suelen tener más síntomas adicionales como mareos, vómitos y malestar general que las puede confundir”.
“Un estudio que realizamos entre 320.000 pacientes con infarto en el que un 29% eran mujeres reveló que la mortalidad en las mujeres era el doble (un 18% en mujeres frente a un 9% en hombres)”, nos explicó.
Así pues, el síntoma que deben alertar a las mujeres (igual que a los hombres) para acudir inmediatamente a Urgencias es la opresión en el pecho o ahogo, y es esencial no demorarse.
Cómo reducir las muertes cardiovasculares en mujeres
Para reducir la mortalidad debida a enfermedades cardiovasculares en mujeres es esencial, en primer lugar, controlar los factores de riesgo, como la hipertensión, la diabetes, el sedentarismo o la obesidad.
En opinión de la doctora, deben hacerse campañas para concienciar a la población sobre el riesgo cardiovascular en la mujer y establecer protocolos para controlar los factores de riesgo.
“Los estudiantes de medicina deben formarse en enfermedad cardiovascular en la mujer y los médicos y sanitarios deben reciclarse en este sentido”, también nos recalcó.
Por otro lado, y como hemos ido comentando, hay mucha información sobre los hombres y poca respecto a las mujeres. “Faltan datos epidemiológicos, estudios realizados en mujeres que nos den datos sobre la evolución de las ECV en la mujer”, advirtió. También hace falta que ellas participen más en los ensayos clínicos.